miércoles, 23 de noviembre de 2011

JURAMENTO HIPOCRÁTICO:



"Juro por Apolo médico, por Esculapio, Higia y Panacea y pongo por testigo a todos los Dioses y a todas las Diosas, cumplir según mis posibilidades y entendimiento el siguiente juramento":
“Estimaré como a mis padres a aquél que me enseñó este arte, haré vida común con él, y si es necesario partiré con él mis bienes.
Consideraré a sus hijos como hermanos míos y les enseñaré este arte sin retribución ni promesa escrita, si necesitaren aprenderlo.
Comunicaré los principios, lecciones y todo lo demás de la enseñanza a mis hijos, a los del Maestro que me ha instruido, a los discípulos regularmente inscriptos y jurados según los reglamentos, pero a nadie más.
Aplicaré los regímenes en bien de los enfermos, según mi saber y entender y nunca para mal de nadie.
No daré a nadie por complacencia un remedio mortal o un consejo que lo induzca a su pérdida.
Tampoco daré a una mujer un pesario que pueda dañar la vida de un feto.
Conservaré puros mi vida y mi arte.
No extraeré cálculo manifiesto, dejaré esta operación a quienes saben practicar la cirugía.
En cualquier casa en que penetre lo haré para el bien de los enfermos, evitando todo daño voluntario y toda corrupción, absteniéndome del placer del amor con las mujeres y los hombres, los libres y los esclavos.
Todo lo que viere u oyere en el ejercicio de la profesión y en el comercio de la vida común y que no deba divulgarse, lo conservaré como secreto.
Si cumplo íntegramente este juramento, que pueda gozar dichosamente de mi vida y mi arte y disfrutar perenne gloria entre los hombres.
Si lo quebranto que me suceda lo contrario”.
Hipócrates, 400 a.C.

El compromiso ético y profesional que tantos miles de médicos HIPÓCRITAS incumplen, sumisos al dictado de la industria farmacéutica.  La mayoría de médicos juran en vano, sumisos a la OMS desde el primer día.

Hipócrates, llamado el padre de la medicina, tenía como precepto médico la famosa frase de su autoría “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”, que sintetiza una verdad descomunal, una frase que si se tuviera en cuenta en la vida contemporánea, ayudaría a toda la humanidad, alejando las enfermedades y también el hambre de la faz de la tierra. Ya que fue el padre de la medicina quien sostenía esto, son los médicos quienes en su totalidad deberían promover y practicar esta forma de vida.

También dijo: “Natura morborum medicatrix” (la naturaleza cura las enfermedades).
El vivió del año 460 al 357 antes de Cristo, y se lo consideró como la máxima autoridad durante siglos, a través de la Edad Media y en el propio Renacimiento. Sus obras representan un monumento único en la historia por cuanto señalan el comienzo de la medicina racional (en occidente). La medicina del genial Hipócrates, propiciaba la exclusiva utilización de los agentes naturales, como la alimentación, el agua, el ayuno, los ejercicios, etc… él fue el primer naturista, y sus ideas no han dejado de tener validez, a pesar de los años.

Increíble suena que hoy en día, en muchos países los médicos -al recibirse- realicen el Juramento Hipocrático, para luego transitar su vocación, recetando remedios tan lejanos de lo natural, y tan cercanos a lo artificial.

Manuel Alfredo Martí

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