Un joven náufrago de Panamá se perdió en el mar durante 26 días
En la tarde de un viernes de febrero Adrián Vásquez, un joven de 18 años de Río Hato, Panamá, aceptó una invitación de dos de sus amigos para que los acompañara en lo que iba a ser una expedición de pesca durante la noche. Su plan, según dijo la madre de Vásquez, Nilsa de La Cruz, “era regresar la mañana siguiente. El 24 de febrero salieron de la playa Ensenada en el poblado de San Carlos a bordo de un pequeño bote pesquero”.
Pero a la mañana siguiente no regresaron, y la familia Vásquez empezó a buscar al joven y a sus amigos.
Arnaldo Vásquez, padre del joven y empleado de un hotel, les pidió a los pescadores buscar a los desaparecidos en la costa de la que partieron, y su madre oró en casa con familiares y amigos. Poco después, la Armada panameña se unió a la búsqueda, enviando barcos y aviones para hallar a Vásquez, a Oropeces Betancourt (de 24 años) y a Fernando Osorio (de 16 años).
Durante casi un mes, su destino fue un misterio. Pero el 21 de marzo unos pescadores vieron el bote, el Fifty Cents, a la deriva al norte de las islas Galápagos, alrededor de 960 kilómetros de distancia de donde zarpó.
Después de ser alertada por los pescadores, la Armada ecuatoriana rescató al único tripulante.
En un comunicado, el contralmirante Freddy García Calle dijo que Vásquez mostró “severas señales de deshidratación y desnutrición”. García dijo que el sobreviviente había arrojado los cuerpos de sus amigos al océano “porque estaban muy descompuestos”. Vásquez regresó el martes de Ciudad de Panamá en un vuelo comercial. Según su madre, perdió 10 kilos. “Después de 28 días de angustia, después de orarle a Dios pidiéndole que fuera encontrado con vida… esto es un milagro”, dijo de la Cruz. Ella le dijo a CNN que su hijo le contó que el viaje pesquero empezó bien.
Los tres agarraron muchos peces. Pero el motor del bote se dañó sin previo aviso y, sin herramientas ni experiencia en navegación, poco pudieron hacer. Luego, las corrientes se llevaron a la embarcación por el Pacífico, muy lejos de la costa. De la Cruz dijo que los jóvenes comieron peces crudos y bebieron agua de lluvia. No detalló cómo murieron los otros dos. La Armada ecuatoriana dijo que no está investigando las muertes y considera el hecho como una operación de rescate.
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