domingo, 12 de mayo de 2013

Gran Hermano se mete en las aulas

A no asustarse: hablamos de una aplicación que permite a los profesores saber si sus alumnos han leído los libros de texto, incluso si han salteado páginas u omitido tomar notas al margen.  Recogemos una interesante noticia aparecida en El País y The New York Times, la cual aborda un interesante movimiento que tiene lugar en diversas instituciones académicas alrededor del mundo. 

CourseSmart es una compañía que desarrolla una herramienta capaz de indicar al profesorado si los alumnos han dedicado tiempo a la lectura de los textos de clase. “Es una especie de Gran Hermano, pero con buena intención”, opina la decana de una escuela en Texas que ya utiliza esta tecnologíaPara desprevenidos, las referencia es al gran ojo que todo lo ve, un personaje del libro 1984 de Orwell, más tarde adoptado por el famoso reality show.



Tal como anota El País, no quiere decir que los docentes sean todopoderosos. Su don es tecnológico: la herramienta desarrollada por CourseSmart permite, no solamente saber si los estudiantes han leído los textos (obviamente en formato digital), sino también si han subrayado pasajes, si han salteado páginas o si han dedicado tiempo a la toma de notas. En definitiva, la aplicación permite establecer un índice de compromiso con la materia, permitiendo evaluar en forma ceretera a los integrantes de una clase.


El apercibimiento no es el faro de este avance técnico-académico: a partir de la información que la herramienta provee, los profesores pueden buscar nuevos caminos de incentivación a la lectura, evaluar si el material entregado es realmente interesante para ellos, y dialogar con los alumnos acerca de sus hábitos de estudio. En definitiva, los datos se presentan como alertas tempranas que permiten, en el mejor de los casos, orientar hacia méjores métodos de aprendizaje. Según informan, ya son más de 3,5 millones de estudiantes y educadores los que se han sumando a esta tecnología novedosa.


Las ventajas de la herramienta también están fuera de las aulas, del lado de las editoriales. Estos “gestores de contenidos” ahora pueden saber cuál es exactamente el interés de los lectores en determinados capítulos de un libro, qué hojas son las más tediosas, las menos repasadas, etc. El debate final advierte un recelo: La privacidad, aquello que todo Gran Hermano (aunque sea uno bueno) se encarga de echar por tierra.


http://www.lacapital.com.ar/canales/tecno/contenidos/2013/05/08/Noticia_0002.html

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