viernes, 12 de julio de 2013

EL ANDRÓGENO DEL SIGLO XXI: LOS SERES DEL FUTURO



Era el escalón necesario para iniciar su Ascensión desde el cuerpo físico, sin necesidad de pasar por la muerte irremediablemente, como generalmente había estado ocurriendo con anterioridad. Los seres humanos se estaban transformando en Andrógenos, seres completos al cien por cien, o al menos en una proporción considerablemente más elevada de lo que se había estado haciendo hasta entonces.

Las parejas se unían por amor, un amor muy especial, lleno de altruismo, que no estaba cargado de las connotaciones egoísta y de control sobre la pareja, que antiguamente se tenía como patrón.

El hombre y la mujer se unían siendo ya seres completos, pues aunque su apariencia física denotara una diferencia de sexo, ambos emanaban de sí, una energía de equilibrio entre la parte femenina y la masculina, que todos tenemos inherentes: estaban en Armonía.

Hasta entonces y desde hacía muchos miles de años, cuando la Humanidad perdió su Armonía y la noción de quien realmente era, se había estado practicando un sexo eminentemente genital, cargado de egoísmo, en el que por lo general, cada miembros de la pareja, buscaba principalmente su satisfacción, y desde ahí, controlar al otro.

Pero en los tiempos en que se sitúa este cuento, la Humanidad había dado ya pasos muy interesantes en su evolución. Ahora no necesitaban la genitalidad para practicar un sexo que le resultase gratificante a ambos. Ya no había un macho predominante ni subyugador, ni la mujer sometida, ahora se trataba de unhombre/mujer y de una mujer/hombre: dos Andrógenos que se unían amándose, con el deseo de agradar y hacer feliz el uno al otro, mirándose en él, o en ella, y no conseguía ser feliz si su pareja no lo era.

Llegaron a tal punto de evolución, que eran capaces de ver más allá de la materia, de lo físico. Así que sabían cuando su pareja era feliz, no sólo porque lo expresase con gestos o palabras, sino por las energías que emanaba de sí, por su aura.

UNA VISIÓN DEL FUTURO

Había una pareja de Andrógenos, que se unieron con el deseo de ser felices, haciéndose feliz el uno al otro, y como consecuencia generar una energía de fusión en ambos, una energía que...

fuese capaz de crear un nuevo ser. Pero ahora se trataba del nacimiento de un ser muy especial, pues ya no nacerían los bebés como antes. No necesitaban ser engendrados en el vientre de la mujer, sino que sería producto de la combinación de las energías emanadas de los dos miembros de la pareja.

Así que un día decidieron tener un hijo, y tras ponerse de acuerdo, ambos se miraron, se acariciaron y besaron, sin que ninguno de los dos dominase sobre la situación, y sin que ninguno de los dos quedase sin disfrutar de aquel acto. Y estando los dos amándose, visionado las energías emanadas de ambos, supieron cuál era el momento de fusionarlas para crear a su hijo.

Sintieron que una energía sumamente agradable, subía por sus columnas, y sin detenerla, la dirigieron hasta sus cabezas, justo donde la columna se une con el cráneo y desde allí la dirigieron por el canal central de sus cerebros, hasta que la hicieron salir por sus frentes, por un lugar que se llama el tercer ojo, para luego hacerla salir los dos a la vez.

Previamente, ambos habían creado con la mente un espacio virtual, algo así como un espacio holográfico situado entre ellos. Al mismo tiempo, proyectaron los dos a la vez, aquella energía sexual que habían hecho subir por sus columnas.


Al fusionarse éstas y ser proyectadas dentro del espacio holográfico que habían creado, se fue formando un cuerpo con todas sus partes bien diferenciadas, y encapsulado en aquel espacio que los padres habían creado. Se trataba de una burbuja protectora totalmente aséptica y únicamente permeable a las energías de sus progenitores.

Ambos sabían cómo sería su hijo. Con anterioridad lo habían visualizado, y estuvieron de acuerdo en que fuese así y no de otra manera. Cuando lo vieron formarse, quedaron maravillados, porque era lo primera vez que vivían esa experiencia y nadie que ellos conociesen la había vivido aún.

Ahora tendrían que encargarse de que ese hijo llegase a término.

Él se encargó de cuidar que ninguna energía extraña afectase a la madre, porque ella estaba junto al hijo, transmitiéndole su energía a través de la burbuja energética en la que éste se encontraba, mientras que el padre alimentaba a la madre con la suya.

El niño, poco a poco, fue teniendo un cuerpo con mayor consistencia física que cuando nació, es decir, que cuando fue engendrado (que en este caso viene a ser lo mismo). Y cuando se hizo energéticamente adulto, los padres se encargaron de hacer desaparecer la burbuja protectora. Ahora podía desplazarse por donde quisiera, sin peligro de ser destruido, o dañada su formación.

¡ HABÍA NACIDO EL PRIMER NIÑO ANDRÓGENO DEL S.XXI!
Por Naty Eugenio

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PRIMER DRUIDA ANDRÓGENO: ABUC, SECRETO TEMPLARIO, AKHENATON Y YING Y YANGJesús les dijo: «Cuando seáis capaces de hacer de dos cosas una, y de configurar lo interior con lo exterior, y lo exterior con lo interior, y lo de arriba con lo de abajo, y de reducir a la unidad lo masculino y lo femenino, de manera que el macho deje de ser macho y la hembra hembra; cuando hagáis ojos de un solo ojo y una mano en lugar de una mano y un pie en lugar de un pie y una imagen en lugar de una imagen, entonces podréis entrar en el Reino».

OOOOOOOOOOO


SIMBOLISMO: El andróginoRaimon Arola
La figura del andrógino representa la completitud de la creación que se alcanza después de superar la dualidad de la creación caída.
El andrógino

(Discurso visual)

En muchas tradiciones el ser primordial, anterior a cualquier división, era completo y por eso contenía en sí mismo ambos sexos. En las tradiciones monoteístas este relato aparece personificado por un ángel, el más hermoso de toda la creación, que, según el Corán por ejemplo, tras un pecado de orgullo fue precipitado a los abismos. En la acuarela de William Blake se muestra a este ángel como era al principio: destinado a ser el príncipe de este mundo, porta un cetro símbolo de su realeza y una esfera rematada con una cruz, que representa tanto al orbe como a la piedra filosofal.

En la tradición hindú el ser primordial y completo es llamado Purusha. En un mandala que lo representa se muestra el resultado de su sacrificio por el que es dividido en partes que serán el origen del cosmos y de los seres vivos. Se trata de distintos modos de relatar la división de la unidad primordial, la separación entre el cielo y la tierra, entre el espíritu y la materia.


La geometría sagrada explica cómo recomponer la unidad perdida de las creaciones perecederas. El alquimista Michel Maier concibió un emblema extraordinario en el que se observa a un sabio con un enorme compás que traza distintas figuras geométricas encima de una pared ruinosa, el epigrama reza: «Traza un círculo a partir de un hombre y una mujer, luego un cuadrado, después un triángulo; traza finalmente un círculo y tendrás la Piedra filosofal». El círculo, el triángulo y el cuadrado son las tres formas básicas. El círculo representa el origen de la naturaleza, el cuadrado el final del arte y el triángulo los tres componentes del hombre o los tres principios alquímicos.

La enérgica cruz en forma de X que reposa sobre un rectángulo, tan representativa de la obra de Tàpies, es la consecuencia de un gesto que describe la alianza y armonía entre los elementos que componen el todo: el espíritu activo y la materia pasiva, y pone de manifiesto el vínculo oculto de las distintas partes de la creación.


El reencuentro o la reconstrucción de la unidad primordial entre el cielo y la tierra simbolizados por el ángel caído o el Purusha védico, es el objeto de todas las tradiciones y también el fundamento del pensamiento simbólico. En la tradición occidental la fórmula usual para representar dicha unión no es, como sucede en las tradiciones orientales, mediante la cópula de los dos sexos tal y como aparece en la reproducción del manuscrito nepalí del s. XVIII, sino bajo la forma de un ser mitad hombre y mitad mujer.

Así se ve en tratado alquímico titulado Splendor solis: un misterioso personaje vestido de negro que posee dos caras, de una de ellas surgen los rayos del sol y de la otra, los rayos lunares; también posee dos alas, una roja y otra blanca; con una mano sostiene la esfera de lo creado y con la otra el huevo cósmico, origen unitivo de toda la creación. Según la mitología griega, este andrógino era Hermafrodito, el hijo de Hermes y Afrodita, que se unió para siempre a la ninfa Salmacis que habitaba en las aguas cristalinas.

El andrógino es también el famoso Rebis alquímico, que en latín significa «cosa doble». Como las dos serpientes entrelazadas alrededor de una vara que forman el famoso caduceo hermético o de Mercurio. Según a leyenda, Mercurio vio a dos serpientes que luchaban entre si, el dios las separó con su bastón e inmediatamente dejaron de luchar. Acto seguido se enroscaron armoniosamente alrededor de la vara dando origen al caduceo. Este caduceo también simboliza el arte médico, pues en la unión de los contrarios consiste la auténtica medicina.

En la doctrina tántrica, la unión de los contrarios o, en este caso, de complementarios, se representa por la unión y la penetración de la pareja divina Shiva y Shakti, que simbolizarían respectivamente la energía masculina y femenina de Purusha (espíritu) y Prakriti (materia), representados por los dos triángulos, uno con el vértice hacia lo alto y el otro hacia lo bajo.


Más que a un símbolo o a un mito, la unión en un sólo cuerpo de lo masculino y lo femenino se refiere a un misterio que estaba en el origen de las antiguas iniciaciones y que tiene que ver con una experiencia. Una pintura de Charles Schwabe parece querer representar el secreto que los alquimistas denominaron el cuerpo-espíritu. El ángel de la muerte sostiene la llama de vida del sepulturero que acaba de expirar, esta llama irradia un cuerpo sutil de color verdoso que los ocultistas amigos de Schwabe conocían por sus experiencias y que sin duda representa el cuerpo-espíritu.

Movido por una evidente inquietud espiritual, Mark Rothko pintó diversos cuadros que parecen inspirados en los movimientos ascendentes y descendentes de las fuerzas que antes hemos denominado cuerpo-espíritu. Estas fuerzas que los artistas manifiestan en sus creaciones son las que los alquimistas intentaron fijar para alcanzar la Piedra filosofal. En El Mensaje Reencontrado está escrito: «El cuerpo-espíritu no tiene princi­pio ni fin. Cuando se desdobla, los uni­ver­sos nacen en el amor; es el tiempo del movimiento. Cuando se reúne, los mundos desaparecen en el conocimiento; es el tiempo del reposo» (4, 90’)

En el tratado alquímico llamado el Rosarium philosophorum se explica visualmente la fijación del cuerpo-espíritu mediante el siguiente proceso: En primer lugar se produce la unión del hombre y la mujer, representados por el sol y la luna alquímicos, en el agua primigenia; en segundo lugar, de esta cópula surge una llama de vida bajo el aspecto de un niño que asciende hacia los cielos, como en la pintura de Schwabe que hemos visto antes; en tercer lugar, la llama de vida desciende de nuevo sobre la pareja alquímica. De este modo se produce la espiritualización del cuerpo y la materialización del espíritu que el Rosarium representa bajo la forma del andrógino. Otro alquimista, Artephius, lo explica con las siguientes palabras: «De esta manera se hace la mixtura y la conjunción del cuerpo y el espíritu, que los filósofos denominan el cambio de las naturalezas contrarias, porque, en esta disolución y sublimación, el espíritu es cambiado en cuerpo y el cuerpo es hecho espíritu». Y luego añade: «La disolución del cuerpo y la coagula del espíritu se hacen por una única y misma operación».



Dos nuevas representaciones de andróginos nos proporcionan otras informaciones y correspondencias respecto a este misterio. En el primero, un grabado atribuido a Leonhard Thurneysser (1531-1596), además de insistir en la espiritualización de la materia y la materialización del espíritu, representada dicha operación por las dos aves que surgen de los matraces que el andrógino sostiene en sus manos y que se dirigen respectivamente hacia lo bajo y hacia lo alto, también se alude a la unión armoniosa de los humores, representados dos de ellos bajo un aspecto masculino: el sanguíneo y el colérico, y los otros dos, bajo un aspecto femenino: el melancólico y el flemático. Existe una serie de correspondencias entre los humores y los elementos, las estaciones, las cualidades, e incluso con los órganos del cuerpo humano

En el segundo, que pertenece a un tratado de Basilio Valentin titulado Azoth, o el medio de hacer el oro oculto de los filósofos, aparecen distintas correspondencias entre el cuerpo del andrógino y los siete planetas tradicionales, igualmente en la base del grabado, un poco oculta por el dragón que en casi todas las representaciones acompaña al andrógino, aparece la figura que hemos analizado al hablar, del grabado de Michel Maier y que incluye el círculo, el cuadrado y el triángulo.

En el libro de Elémire Zolla sobre el andrógino, aparece una imagen de san Juan Bautista pintada por Leonardo da Vinci como portada. Según este autor, la cabeza cortada del Bautista sobre la bandeja sería una imagen de la completitud de la realización del ser humano. Esta idea la confirma Emmanuel d’Hoohgvorst en uno de sus comentarios sobre la tradición hebrea diciendo que se trata del principio (cabeza y principio son la misma palabra en hebreo) de la profecía que es ofrecida a los hombres gracias a su sacrificio. Juan Bautista es el predecesor de Jesucristo, en este sentido representa también el orden de la creación y por eso se le representa como un andrógino, el ser unificado poseedor de la eterna juventud y la divina belleza.
Fuente:
http://www.arsgravis.com/detall.php?id=125

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