miércoles, 10 de julio de 2013

La mosca sierra de los pinos posee una defensa inmejorable

Las coníferas no son molestadas por muchas pestes de insectos. La razón por la que no son molestadas, es porque los aceites que emiten ese rico olor a pino son venenosos. Pero para la larva de la mosca sierra conífera no lo son, pues no los digieren. Mientras comen las agujas del pino, su cuerpo almacena los aceites venenosos para futuras defensas.


El hecho que la mosca sierra no sólo come las agujas del pino, sino que también usa los aceites venenosos para su futura defensa presenta un problema difícil para evolución y parece que no tiene solución.

Esta habilidad única de la larva de la mosca sierra hace que sea una grave peste para el conífero en Norte América y Europa. Parte del secreto de la larva es su sistema digestivo. Éste separa los aceites venenosos de las agujas de pino y los almacena en dos bolsos especiales en su boca. 

Estas bolsas están revestidas por un material quitinoso que protege el resto de la boca de los aceites ácidos y venenosos. Cuando es amenazado por una araña o incluso un pájaro, la mosca sierra libera algo de ese aceite mal oliente en dirección de la amenaza. Esta estrategia convence efectivamente a la mayoría de los agresores a buscar su alimento en algún otro lado.

El problema para la evolución es que estas estructuras complicadas y habilidades especiales no podían haberse desarrollado de forma gradual, paso por paso como demanda la evolución. Si la mosca sierra alguna vez no comió originalmente las agujas de pino, ¿entonces cómo fue que adquirió la habilidad especial de comerlas y desarrollar este sistema de defensa especial?

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