Durante más de una década, el Dr. Jim Tucker, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento neurológico de la Universidad de Virginia, ha estado estudiando los casos de niños, por lo general entre edades comprendidas entre 2 y 6 años, que aseguran recordar una vida pasada. En su nuevo libro titulado “Regreso a la Vida”, afirma que aproximadamente el 70 por ciento de los niños dicen que murieron con muertes violentas o inesperadas en su vida anterior. Los varones representan cerca de tres cuartas partes de esas muertes, casi exactamente la misma proporción de hombres que mueren por causas no naturales en la población general.
Pero hay muchos más casos en los países en que la reencarnación es parte de la cultura religiosa, aunque el Dr. Tucker cree que no existe una correlación entre el sentimiento de la vida pasada y las creencias de la familia sobre la reencarnación. Uno de cada cinco niños que aseguran experimentar la vida pasada dicen recordar el intermedio, el tiempo entre la muerte y el nacimiento, aunque no hay una visión coherente de lo que pueda ser eso. Algunos alegan que llegaron a estar en “la casa de Dios”,mientras que otros afirman que esperaron cerca de donde ellos murieron antes de volver a la vida.
Investigaciones posteriores del Dr. Tucker han demostrado que los niños generalmente tienen un coeficiente intelectual por encima del promedio y no poseen trastornos mentales o emocionales. Nada parece indicar que este fenómeno mundial forme parte de la disociación de situaciones familiares dolorosas. Pero lo más sorprendente es que casi el 20 por ciento de los niños estudiados tienen marcas de nacimiento o deformidades similares a una cicatriz que coinciden con las marcas o lesiones a la persona cuya vida el niño recuerda haber vivido.
El Dr. Tucker ha estudiado más de 2.500 casos en los últimos años, entre ellos el de Ryan, un muchacho del Medio Oeste de los Estados Unidos que afirma que es la reencarnación de un hombre que murió hace más de 50 años. Ese hombre, Marty Martin, era un productor de películas que llegó a convertirse en un poderoso agente de Hollywood.
Una nueva evidencia de vidas pasadas
“Mamá, tengo algo que decirte. Yo solía ser alguien muy importante.”
Esas fueron las palabras que dijo a su madre un niño de cinco años de edad mientras se encontraba metido en la cama, según NBC News. Ryan, de Muskogee, Oklahoma, había comenzado a tener pesadillas a los cuatro años. Al año siguiente, Ryan le dijo a su madre que quería volver a su casa en Hollywood, y recordar las historias relacionadas con la actriz Rita Hayworth, haciendo viajes a París, y bailando en Broadway. Incluso el niño dijo que había vivido en una calle que contenía la palabra “rock”.
“Sus historias eran tan detalladas y extensas, que era completamente imposible que un niño a su edad se las pudiera haber inventado”, dijo la madre del niño, Cyndi Hammons, a NBC News. “Luego encontramos la imagen, y cambió todo.”
Cyndi, quien fue criada con la religión cristiana bautista, no creía en la reencarnación o vidas pasadas, y decidió ocultarlo a su marido. Pero después de escuchar las sorprendentes historias de su hijo, Cyndi decidió ir a la biblioteca local para investigar sobre ellas, cuando se encontró con un libro que contenía una foto de dos hombres en la película de 1932, Night After Night (Noche tras noche (1932)), protagonizada por Mae West.
“Mi madre cambió de página en el libro, y me dicen que ese era yo, eso es lo que yo era”, dijo Ryan, de diez años, a NBC News.
Cyndi no pudo conseguir más información sobre el hombre del libro, por lo que buscó ayuda. Entoncesse puso en contacto con el Dr. Jim Tucker, quien ha pasado más de diez años estudiando el fenómeno de las vidas pasadas en niños. El Dr. Tucker ayudó a Cyndi a identificar el hombre de la foto, el actor Marty Martin, que con el tiempo se convirtió en un importante agente de Hollywood. Sorprendentemente, después de examinar a Ryan, el Dr. Tucker fue capaz de confirmar los informes, 55 detalles sobre la vida de Martin que el niño había proporcionado. Martin había bailado en Broadway, viajó a París, e incluso vivió en una calle que contenía la palabra “rock”.
Ryan también fue capaz de proporcionar detalles sobre la familia de Martin que incluso los propios parientes del agente no conocían. La hija de Martin había crecido creyendo que su padre tenía una hermana, pero Ryan dijo que había tenido dos. El Dr. Tucker fue capaz de confirmar esta conclusión. Ryan también proporcionó correctamente detalles sobre el número de veces que Martin había estado casado, cuántos hijos tenía, y detalles acerca de su profesión.
“Si nos fijamos en una imagen de un hombre sin ningún detalle en una película, y luego me dices acerca de su vida, no creo que muchos de nosotros hubiésemos sido capaces de conocer la vida Marty Martin”, dijo el Dr. Tucker a NBC News. “Sin embargo, Ryan proporcionó muchos detalles que realmente encajaba con su vida.”
Pero en un giro sorprendente de la historia, el Dr. Tucker encontró que Ryan dio un detalle incorrecto sobre la vida de Martin, al decir que el actor y representante murió a los 61 años. El Dr. Tucker encontró en un principio que Martyn había muerto en 1964 a la edad de 59 años, y no a los 61. Sin embargo, después de investigar más a fondo los registros históricos, el Dr. Tucker descubrió que Martin había nacido en 1903 y no 1905, como decía su certificado de nacimiento, por lo que la declaración de Ryan era inquietantemente correcta.
Todo cuanto explicó Ryan sobre la vida de Martin era cierto. El actor y representante de Hollywood se casó cuatro veces. Se hizo muy rico, y él y su última esposa disfrutaron de un estilo de vida muy lujosa. Ryan dijo que había conducido alrededor de Hollywood en un coche verde y que su esposa conducía un coche negro. Incluso Ryan recordó una criada afroamericana y un gran un piano. Martin vivía en una hermosa casa con una gran piscina, como la que describió Ryan.
Ahora que Ryan tiene 10 años, sus recuerdos sobre la vida de Marty Martin están desapreciendo, y según el Dr. Tucker, muy posiblemente con el paso de los años Ryan lo olvidará todo, como si su experiencia hubiera sido un sueño.
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