EL SIMBOLO DEL PEZ Y ENKI/OSIRIS/SA’AM/PTAH
Planeta Azul continúa adentrándose en la conciencia ancestral del escritor y canalizador Anton Parks, buscando la verdadera connotación de los dioses que encarnaron el bestiario celeste en la antigüedad.
Parks encuentra numerosas correspondencias entre el Enki-Ea sumerio y el Osiris egipcio, y también con Quetzalcóatl, que así respaldan sus “recuerdos” de que ellos, de hecho, eran el mismo individuo.
Para ello destacaremos algunos puntos principales: La palabra sumeria ENGUR generalmente designa a las aguas subterráneas del Abzu, el mundo subterráneo. A menudo se emplea como un sinónimo de “Abzu”. ENGUR también corresponde al término acadio Apsu. Era un nombre santo asociado con la diosa Nammu y su hijo Enki. Podemos descomponer el termino como EN-GUR8 y traducirlo de dos maneras: “El señor (o antepasado) de las profundidades, o también “a las profundidades”.
Parks encuentra una forma egipcia en el jeroglífico En-Khu-Ur (”Para el orgullo del príncipe”). El signo cuneiforme para ENGUR se parece al plano del Osireion de Osiris en Abdju.“Enki” [Señor de la Tierra] se declina “E-A” [(Maestro del) Templo del Agua] en acadio. Parks muestra un sello cilíndrico mesopotámico que representa a Enki-Ea, solitario y vegetativo, en su santuario acuoso Engur- Abzu. En la parte superior esta la imagen egipcia correspondiente, una representación simbólica del Osireion de Abdju (Abydos).
Los significados ocultos del Engur de Enki, tales como “el lugar donde uno restaura el corazón” o “lugar absorto en el descanso” se corresponden perfectamente con los diversos templos egipcios, tales como el Osireion, en el cual se escondían las tumbas en honor a Osiris. Observe a la derecha de Osiris, el Ankh, símbolo de vida.
El símbolo ENGUR aportado por Parks, es un rectángulo que contiene una cruz, símbolo del KIR-IŠ-TI [Decodificador], adoptado por la Iglesia cristiana como símbolo de Jesucristo. El símbolo, por supuesto, es muy anterior a la cristiandad, y se encuentra en numerosos monumentos antiguos, especialmente los de Centro América, donde es identificado como la “Cruz de Quetzalcóatl” – un ser asimilado a la Estrella de la Mañana y el Cristo de la cultura precolombina.
Veremos que parece ser un doble de Horus. La cruz dentro de un circulo de Quetzalcóatl simboliza el nuevo (quinto) sol de la cultura azteca, creado después de la destrucción del mundo precedente por Quetzalcóatl, y su “sombra”, Xólotl. El planeta Venus, como Estrella de la Mañana, también fue considerado como el nuevo sol por los antiguos egipcios, y no era otro que Horus, el “Cristo” egipcio.
El símbolo de Engur igualmente se parece a un sarcófago o ataúd, esta semejanza se ve confirmada por el hecho de que este signo puede ser pronunciado ZIKUM, que significa “cielo” en sumerio. !Pero ZIKUM también puede descomponerse como ZI-KUM, que significa “vida herida”, “espíritu herido”, o incluso “herido y llevado lejos”!. .El espíritu de una persona mortalmente herida no asciende al cielo? ¿No es lo que le sucedió al espíritu de Osiris?
Dado que la pronunciación acadia de ZIKUM es Šamu, Parks ofrece más de un juego de palabras. Consulte la explicación en el Decodificador para Šamu. En resumen, Parks ha puesto de manifiesto una serie de conexiones entre el Enki-Ea mesopotámico y el “dios” egipcio Osiris, y con las nociones relativas a la resurrección del “dios” egipcio. El menciona que…… numerosas ciudades egipcias poseían centros culturales designados como “Per Ankh”, “Casa de Vida”, generalmente vinculados a los principales templos de los reyes. Pudiéramos compararlos con escuelas o universidades para aprender distintas ciencias siguiendo disciplinas tales como historia, astronomía, escritura, entre otras.
La ciudad de Abjdu (Abydos) tenía la reputación de haberse especializado en medicina. Es interesante que Enki-Ea fuera, a los ojos de los sumerios, el gran doctor, la serpiente sanadora de los “dioses”. Los lectores probablemente conocerán que Carl Sagan y su co-autor I.S. Shklovskii (Vida Inteligente en el Universo) hablaron acerca del relato del historiador babilónico, Berosus, sobre el maestro anfibio Oannes, que trajo el conocimiento a los pueblos neolíticos del Golfo Pérsico.
Su estudio, junto con el trabajo de Zecharia Sitchin, cuyo primer libro fue publicado diez años después de lo que escribieron Sagan y Shklovskii sobre el misterio de Oannes y las leyendas relacionadas conNommo de los Dogones de Mali, y la obra de Robert Temple, El Misterio de Sirio (The Sirius Mystery), que se enfoca más en los Nommo, constituyen las fuentes de muchas de las investigaciones en curso y de las especulaciones sobre el contacto extraterrestre con las primeras civilizaciones humanas.
Realmente no es mucho para empezar, y parece que no ofrecen nuevas ideas sobre lo que ocurrió, lo cual resulta muy desafortunado, considerando el impacto monumental que tal conexión habría tenido en la trayectoria del desarrollo humano que conduce al mundo en el que nos encontramos actualmente.
Sucede que la ‘realidad virtual’ de los recuerdos de Parks están llenos de información acerca de los anfibios Oannes y Nommo, quienes son Abgal procedentes de Sirio, y esto se transmite en los dos libros que ha publicado hasta la fecha: Le Secret des Etoiles Sombres y Ádam Genisiš.
En esta sección correspondiente al apéndice Neb-Heru de Ádam Genisiš, Parks contrasta sus recuerdos con antiguas leyendas y mitos, y demuestra que el contacto, si eso es lo que era, dejo residuos mucho más amplios que debemos considerar. Esto es importante no solo en sí mismo, sino en relación con el panorama Mulge / Mulge-Tab / Estrella de la Mañana, debido a una importante conexión entre los anfibios Abgal y Mulge, el planeta perdido.
El término egipcio Abdju (Abydos) posee un homófono cuyo sentido es “pez”. Este pez sagrado servía como piloto en la barca solar de Ra. Su función era advertir a los pasajeros de la barca de los enemigos enviados por Seth. No tenemos ninguna dificultad para identificar al pez Abdju con un simbólico Horus, o incluso mejor con Osiris reencarnado, mientras que el homólogo sumerio de Osiris es Enki, quien a su vez poseía el símbolo del pez.
Este pez que precede a la barca solar es evidentemente el planeta Venus, que hoy guía [por lo menos lo hace ocasionalmente] el curso del sol (Ra). Sabemos que el pez igualmente representa a Sirio, la otra estrella sagrada de los egipcios, y el hogar de los Diseñadores de Vida anfibios. Por supuesto, esto nos recuerda a los seres acuáticos llamados Nommos, frecuentemente mencionados en Ádam Genisiš.
Los dogones afirman que los Nommos restauraron el mundo varias veces, y que ellos trasmitieron a la humanidad dones tales como el habla y el grano.
Para los sumerios, los Nommos son losfamosos Abgal que siguen las órdenes de Enki. El término sumerio Abgal se traduce a Apkallu en acadio, una designación para un sabio, y también un sacerdote. Berossus, historiador babilónico y sacerdote del Templo de Bel en Babilonia, nos aporta algunos detalles concernientes a un Abgal-Apkallu en un fragmento sobreviviente de su libro The Babyloniaca, desafortunadamente perdido en los vaivenes las grandes conspiraciones que ocultan la historia verdadera. Sus descripciones son una reminiscencia de las de los dogones.
En Babilonia había mucha gente de diversos orígenes que moraban en Caldea y vivían sin leyes, como animales en los campos. Durante el primer año apareció un ser que salió del Mar Erytheraeum, que corre paralelo a Babilonia.
Se dice que su nombre era Oannes, y era un animal dotado de razón. Su cuerpo parecía el de un pez. Tenía bajo su cabeza de pez otra cabeza; también tenía pies como los de un hombre, saliendo de su cola de pez. Su voz y lenguaje eran humanos en su articulación. Esta representación ha sido conservada hasta nuestros días.
Este ser estaba acostumbrado a pasar el día entre los hombres, pero nunca tomo alimento alguno.
Les dio elementos para aprender en letras, ciencia, metalurgia, arte, el modo de construir ciudades, de fundar templos, de crear leyes. Enseñó los principios de la geometría. Les mostró cómo distinguir los granos de la tierra y a cosechar frutos.
En resumen, los instruyo en cada cosa que les sirviera para acomodar sus necesidades y humanizar su vida (civilización).
En aquel tiempo, ningún material necesito ser añadido para mejorar estas instrucciones. Y cuando se ponía el sol, este ser, Oannes, regresaba al agua para pasar la noche en las profundidades, porque era anfibio. Allí siguieron otros animales parecidos a Oannes. Berossus, en Los Antiguos Fragmentos, Isaac Preston Coy, 1980. Menciona que los registros del egipcio Helliadius informan que un hombre-pez llamado Oe vivió en el Golfo Pérsico. Había salido de un huevo luminoso y se consagro a la erudición de la humanidad. Hay un mito entre las tribus indígenas Pomo de California que cuenta la historia de la llegada de un supremo ser fundador que “salió del océano y se transformó en un hombre”.
En China aparecieron los Lingyus, seres acuáticos con rostros, manos y pies humanos, pero con el cuerpo de un pez. ! En Egipto, el pescado era consumido por el pueblo, pero estaba estrictamente prohibido en la mesa real del Faraón! Sin duda alguna, los faraones conocían la verdad simbólica del pez.
De alguna manera, algunos de ellos recordaban los orígenes “anfibios” de su “dios”, Osiris, que fue “masacrado” por su enemigo, Seth. Curiosamente, Jesucristo fue sacrificado en un viernes, el día en el que los cristianos comen pescado. La Iglesia cristiana, obviamente, ha optado por apropiarse de los símbolos. Anubis, eldios embalsamador, encargado de la momificación de Osiris y del rito del KRST (funeral).
Osiris fue el primer “dios” en ser enterrado y traído de regreso de entre los muertos. Tumba de Khabeknet, 19ª dinastía. Hay un cuasi-homófono de Abdju [consulte la sección anterior, Abzu (2)] en la lengua egipcia: Abtu. Según Budge, este término tiene el significado: masacre, matanza, derramamiento de sangre. Observo que el término igualmente significaba “sacrificio(s)”, y que todavía en la 19va dinastía, como se refleja en El Libro del Amduat (Div 7), los egipcios creían que los sacrificios humanos se originaban en la época en que Osiris fue enterrado.
Continuando con esta exposición, Parks muestra que la representación jeroglífica del nombre de Sa’am tiene los significados “matar” y “asesinar”. El nombre de “Osiris” (Usir= la sede del ojo) fue dado a Sa’am después de su muerte por los egipcios, quienes conocían su verdadero nombre. (En próximos artículos haremos más correlaciones históricas con los sucesos aquí mencionados).
marzo 1, 2015
RECOPILACION INVESTIGATIVA: ING. REYNALDO PEREZ MONAGAS
https://rey55.wordpress.com/2015/03/01/165-el-simbolo-del-pez-y-enkiosirissaamptah/
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