El ministro de Finanzas Yanis Varoufakis reveló el tamaño de la presión que sufre el gobierno griego y a lo que está expuesto el equipo de negociación con los acreedores. También el plan de éstos, que insisten en una mayor austeridad.
“Los prestamistas han llegado al extremo de exigir que reduzcamos todos los salarios por debajo de los 700 euros,” dijo Varoufakis a los funcionarios que protestaban frente al Ministerio de Finanzas en Atenas.
“Nos oponemos a esta política despiadada y esa actitud a diario”, dijo Veroufakis a los manifestantes, y agregó que “las negociaciones están en un punto crucial.”
Mientras Varoufakis no dio más detalles sobre el tema de los 700 euros, se supone que la demanda de los acreedores se refiere a los salarios en el sector público.
Es un hecho que los funcionarios públicos ganan mucho más que los trabajadores y empleados con igualdad de habilidades en el sector privado. Por ello, es lógico pensar que se refieren a los salarios públicos, no tan altos en la actualidad, por cierto.
Pero, esto significaría en la vida real, reducirlos aún más que los salarios del sector privado.
La propuesta de los acreedores de Grecia tendría algo de sentido si la barra de pan y un litro de leche costase 0.10 céntimos, los servicios públicos costaran la mitad de su precio actual y la calefacción, la luz y el gas fuesen gratuitos. Por no hablar de los alquileres, los costos de transporte, etc.
Al mismo tiempo, desde Bruselas también se exige subir aún más el IVA. Lo que indica que el absurdo reina en el surrealismo de la austeridad.
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