sábado, 13 de junio de 2015

Geoingeniería: Un experimento biológico masivo de propósito desconocido

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En una conferencia realizada el pasado 10 de diciembre de 2014, organizada porGlobalSkywatch.com, el investigador científico ambiental independiente, Clifford Carnicom, compartió públicamente sus observaciones sobre gran cantidad de datos recopilados, relativos a los experimentos de geoingeniería que se están produciendo por todo el mundo.
Según los estudios de Carnicom, los materiales esparcidos ​​en las operaciones de geoingeniería estratosférica con aerosoles, contienen una combinación de sales ionizables metálicas, filamentos, materiales tipo gel y cristales.
Las investigaciones de Carnicom comenzaron en 1999, cuando empezó a notar una sucesión de cambios evidentes en los cielos.
Desde entonces, Carnicom ha llevado a cabo numerosos y meticulosos estudios de investigación en los que analiza el contenido de estos aerosoles uytilizados en las prácticas de geoingeniería, que se pueden consultar en su web carnicominstitute.org
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Las implicaciones de sus observaciones, llevan a la conclusión de que prácticamente todos los organismos vivos que respiran son participantes involuntarios en un experimento biológico masivo de propósito desconocido.
Sus conclusiones son tan contundentes y terroríficas, que muchas personas se niegan ni tan siquiera a considerar provisionalmente sus investigaciones e hipótesis.
La manifestación más conocida de la influencia de este tipo de elementos nano-biológicos, es la enfermedad de Morgellons, una enfermedad especialmente inusual y preocupante, marcada por lesiones dérmicas dolorosas, a través de las cuales salen estas nano-fibras.
Tammy, una participante en la conferencia, afirmó que sufría de Morgellons y preguntó si la población en general también era susceptible de sufrir la extraña dolencia.
“Quiero ser lo más preciso posible si voy a hacer una declaración pública”, declaró Carnicom.“La forma diplomática de decir esto es que las evidencias indican que, toda la población en general, está sujeta a los mismos síntomas que Tammy está experimentando”
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¿Cómo se puede determinar si alguien está sujeto a estos síntomas extraños y está afectado por estas extrañas nanofibras?
En 2008 Carnicom presentó una técnica sencilla desarrollada por el médico naturópata Gwen Scott, para detectar la presencia de nano-fibras en los cuerpos. La técnica se basaba en aplicar un enjuague bucal, que consistía de dos cucharadas de vino tinto seco y una cucharadita de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), aplicados vigorosamente durante cinco minutos. Dicho enjuague produjo grumos observables de filamentos fibrosos compuestos por una red formada de filamentos de tamaño microscópico, estructuras parecidas a la Chlamydia y una “forma híbrida” en catorce sujetos analizados, procedentes de diversos orígenes geográficos en los EE.UU..
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Según Carnicom, tales organismos “ahora se han descubierto repetidamente a través de todos los principales sistemas y funciones del cuerpo, incluyendo la piel, la sangre, el pelo, la saliva, los dientes, el aparato digestivo, el oído y las muestras de orina”.
EL CONFLICTO DE INTERESES DEL GOBIERNO DE EEUU
Poco después de que Carnicom comenzara su investigación a finales de la década de 1990, las principales entidades gubernamentales y corporativas con lazos probables con este programa hicieron numerosas y repetidas visitas a la página web del investigador.
Su interés sugiere que las investigaciones de Carnicom suponían una amenaza si eran liberadas públicamente.
Las direcciones IP utilizadas para examinar el sitio, incluían oficinas del Secretario de Defensa y de la Sede de la Fuerza Aérea, así como más de una docena de bases de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, varios laboratorios de investigación con sede en Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y las oficinas corporativas de Lockheed, Boeing, Merck Pharmaceuticals, Arco Chemical, Kaiser Permanente y la Clínica Mayo.
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Sin embargo, la EPA y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), han desdeñado totalmente sus conclusiones y peticiones para hacer cumplir activamente las leyes destinadas a proteger el medio ambiente y la salud pública.
Estas agencias tampoco fueron capaces de presentar evidencias comparativas refutando los hallazgos de Carnicom.
Por ejemplo, cuando Carnicom envió muestras a la EPA de contaminantes fibrosos para que fueran analizados hace varios años, la agencia respondió: “No es nuestra política identificar los materiales solicitados”.
Siguiendo la misma línea, a principios de 2012, el CDC anunció los resultados de su investigación sobre Morgellons declarando que no podía identificar el origen de las fibras y concluyendo que las personas que sufren de forma demostrable la condición, estaban “delirando”.
Según el escritor ambiental Randy Ananda, se trató de una manipulación científica que buscaba encubrir los experimentos en curso del Departamento de Defensa.
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EL GOBIERNO DE EEUU Y LA EXPERIMENTACIÓN EN HUMANOS
El gobierno de Estados Unidos y los militares han demostrado durante mucho tiempo su voluntad de violar los Código de Nuremberg, mediante el uso de agentes nerviosos, biológicos y radiológicos en sujetos desprevenidos.
La fluoración de los suministros públicos de agua y las pruebas nucleares son sólo algunos ejemplos dramáticos e irrefutables.
La voluntad premeditada de realizar experimentos amplios al respecto, se manifiesta en el patrocinio por parte del gobierno de EEUU de más de 700 científicos nazis bajo la Operación Paperclip. Los frutos de sus investigaciones incluyen el patógeno sigiloso y novivo que debilita el micoplasma, derivado de la bacteria de la brucelosis.
Además, la capacidad del ejército de Estados Unidos para administrar sustancias letales en la población civil está bien documentada (algo que podríamos extender a otros gobiernos del mundo y de la historia, sin distinciones).
Existen numerosos casos históricos del gobierno de Estados Unidos utilizando a los ciudadanos como conejillos de indias.
Por ejemplo, en 1994, tras solicitudes bajo la Ley de Libertad de Información, obligaron al ejército estadounidense a divulgar cómo a mediados de la década de 1950 se rociaron cientos de libras de sulfuro de cadmio y de zinc en un distrito densamente poblado y predominantemente negro de la ciudad de Saint Louis.
“Me pregunto si se metió en nuestros cuerpos”, dijo la ex residente Lisa Martino-Taylor, que perdió a cuatro hermanos y hermanas por cáncer temprano.
El ejército afirmó que sólo dispersó la sustancia desde lo alto de los edificios. Sin embargo, una residente de St. Louis, Mary Helen Brindell, declaró:
“Recuerdo un día de verano, jugando con otros niños en la calle, cuando un escuadrón de aviones verdes del Ejército voló cerca del suelo y dejó caer una sustancia en polvo. Entré en casa, me lavé la cara y los brazos, y luego volví a la calle a jugar. Tras varios años, Brindell ha sufrido cuatro tipos de cáncer: de mama, de tiroides, de piel y de útero. Me siento traicionada”, dijo Brindell, que es de raza blanca. “Acusamos a los demás durante el Holocausto, y nuestro propio país hace algo como esto?”
Con estos ejemplos en mente la pregunta ya no es, “¿Podría el gobierno de EEUU realizar un experimento que pudiera ser dañino o fatal para su propia población?”, sino que la pregunta que debemos hacernos es: “¿Qué medidas de control, seguridad y rendición de cuentas existen para impedir que el gobierno de EEUU utilice a su propia población como animales de laboratorio involuntarios? “
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“NUESTRO MUNDO SE HA TRANSFORMADO”
En un documento de 2011, Carnicom demuestra cómo las muestras de filamentos probablemente procedentes de fumigaciones aéreas, son idénticos a los encontrados en las víctimas de Morgellons.
“Este hecho representa, en mi opinión, el peor crimen de la historia de la humanidad”
De hecho, estas observaciones sugieren cómo los horrores indecibles de Dacchau y Auschwitz no son cosas de un pasado histórico distante.
“Nuestra biología se está viendo afectada negativamente por esta intrusión en nuestras vidas. Quizás lo veremos en quince o en cincuenta años, pero lo acabaremos viendo”
Clifford Carnicom
Mucha gente calificará todo lo relativo a la geoingeniería o los chemtrails y sus dolencias derivadas como Morgellons como “teorías de la conspiración sin fundamento científico”.
Ciertamente, se hace difícil esclarecer la veracidad de todas estas conclusiones sin los conocimientos ni los recursos científicos adecuados.
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No obstante, nadie puede discutir que los gobiernos y particularmente el gobierno de EEUU, han realizado todo tipo de experimentos nocivos contra su propia población y poblaciones de otros países.
Y si esto es historia documentada, entonces ¿cómo puede haber gente que niegue de forma concluyente la posibilidad de que ahora estén haciendo lo mismo con nosotros a través de técnicas de geoingeniería?
Viendo los antecedentes, ¿qué es más lógico pensar? ¿Que siguen haciéndolo una y otra vez o que ahora, por alguna razón misteriosa, esotérica y milagrosa, han dejado de hacerlo?
Visto en : El Robot Pescador

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