Las destrucciones y la miseria que acarrea cualquier guerra hacen a la sociedad más vulnerable contra las ideas y enseñanzas destructivas. Un ejemplo reciente es Ucrania, donde una denominada Iglesia de Satán busca el reconocimiento oficial.
La Iglesia de Satán está construyendo su propio edificio que denomina el Templo del Diablo en una pequeña aldea en la región central del país, según informa el portal de la organización.
El raro lugar de culto ya fue inaugurado de manera correspondiente al nombre: con sacrificios de carneros la Noche de Walpurgis. Los adeptos de esta nueva ‘iglesia’ por el momento afirman no tener intención de expandir su influencia a Kiev.
A pesar de las causas tradicionales de la aparición de cultos inusuales (la miseria y el peso de un conflicto armado o, al contrario, una euforia ideológica), la popularidad de las prácticas religiosas poco ortodoxas y de las sectas destructivas se manifiesta en diversos aspectos y capas de las sociedades y podría florecer en Ucrania.
En el inicio de los disturbios en Ucrania ciertas tácticas de los lideres del Maidán, como los gritos colectivos y los saltos rítmicos, fueron comparados con técnicas semejantes de las sectas destructivas.
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