Recientes investigaciones demuestran que el espía, criptógrafo y hacker del MI6 Gareth Williams, muerto en extrañas circunstancias hace 5 años, accedió a información sobre el ex presidente de EEUU Bill Clinton.
Williams, de 31 años de edad, era un hacker experto y su cadáver fue hallado dentro de una bolsa de viaje cerrada con candado en una bañera en su casa de Londres en 2010, en una imagen propia de una película de James Bond.
Las teorías sobre la muerte de ese genio de las matemáticas con un gusto por el travestismo son muy diversas. Algunas afirman que fue asesinado por espías extranjeros, otras que fue eliminado por otros agentes compañeros suyos y otras que se asfixió mientras realizaba un extraño juego sexual.
Ahora se ha sabido que Williams obtuvo accedió ilegalmente a la agenda personal de Bill Clinton y obtuvo una lista de invitados para un evento al que asistió Clinton, como un favor para un amigo.
En 2013 después de una investigación de tres años y pese a la decisión de un juez de instrucción que afirmaba que Williams fue asesinado, la Policía Metropolitana de Londres decidió que la versión oficial sería que se había encerrado dentro de una bolsa de viaje de color rojo él sólo, que se había asfixiado y que nadie más estaba involucrado en los hechos.
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Pero la semana pasada se afirmó sorprendentemente que agentes del servicio secreto desconocidos podrían haber matado al criptógrafo irrumpiendo en su piso de Londres a través de una claraboya para limpiar las pruebas de la escena del crimen justo ante las narices de la policía.
Además, la versión oficial que sostiene que Williams se encerró solo en una bolsa, no tienen ningún sentido.
Varios expertos intentaron sin éxito meterse dentro de una bolsa idéntica y cerrarla desde dentro.
La conclusión que extrajeron finalmente es que era imposible hacerlo y que ni tan solo el famoso escapista Harry Houdini lo habría conseguido.
Además, los expertos afirman que si Gareth Williams se hubiera metido en la bolsa como parte de un extraño juego sexual, seguramente seguramente se habría llevado un cuchillo para el caso de que no pudiera salir.
Por si esas fueran pocas pruebas, resulta que cuando fue asesinado: “Era verano, pero la calefacción estaba encendida. Su iPhone había sido completamente borrado, la puerta del baño donde lo encontraron estaba cerrada, la pantalla de la ducha estaba cerrada, las luces estaban apagadas y las llaves del candado con el que se cerraba la bolsa estaban bajo su cuerpo. Además, hallaron ADN no identificado en el candado, la cremallera, y en la pantalla de la ducha”.
Sin embargo, y a pesar de todas las pruebas que evidencian que Williams fue asesinado y que han sido ignoradas, la Policía Metropolitana de Londres afirma que su muerte ha sido “objeto de una investigación a fondo” y que no estaban abiertos a “especulaciones”.
Como vemos, parece propio de una película de espías…
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