El “toque de la muerte” es un supuesto movimiento de las artes marciales que, aunque pequeño y mínimo, resulta letal. O al menos esa es su fama. La pregunta obvia es, claro, si a pesar de tanta ficción tejida en torno a esta maniobra, esta existe de verdad, si funciona tal y como se ve en el cine, la televisión y otros montajes.

Técnicamente dicho movimiento se conocen como dim mak, un término chino que significa el golpe que ejerce presión contra una arteria. Quienes lo practican aseguran que un golpe de este tipo tiene un efecto retardado que puede provocar la muerte repentina de quien lo recibe hasta con varios meses de diferencia (se cree que Bruce Lee fue una víctima de este dim mak)

Uno de los primeros registros que se tienen de su existencia data del Bubishi, el tratado canónico de artes marciales que comenzó a redactarse en el siglo XVII. Ahí el dim mak se menciona, aunque no los detalles de su ejecución.


Médicamente el “toque de la muerte” se asocia con una complicación conocida con el nombre de commotio cordi, la muerte súbita que sobreviene cuando un golpe en el pecho interrumpe el ritmo cardiaco. El corazón no se daña, pero sí la estimulación eléctrica del pulso: bastan entre 10 o 30 milisegundos de interrupción para provocar la muerte.

Asimismo, el dim mak puede verse como la compresión prologada de la ateria carótida, lo cual tiene como efecto la disminución de irrigación sanguínea en el cerebro y la consecuente pérdida de la conciencia.
Con todo, el “toque de la muerte” es uno de los movimientos más misteriosos de las artes marciales, tanto que ni siquiera es totalmente seguro que pueda identificarse a cabalidad con el dim mak o con las consecuencias fisiológicas que hemos descrito hasta aquí.