Irene Hdez. Velasco (corresponsal) | Roma
En cualquier caso, era muy fácil acertar: en los cónclaves de los últimos 150 años ningún Papa ha sido elegido nunca en la primera votación, considerada de puro tanteo, ni siquiera en la segunda.
Los dos Pontífices que desde 1846 pueden presumir de haber sido designados más rápidamente –León XIII y Pío XII- tuvieron que esperar al tercer escrutinio. El propio Joseph Ratzinger se tuvo que conformar en el Cónclave de 2005 con la cuarta votación para ser nombrado Papa, y eso que aquel Cónclave era fácil en comparación con éste...
No es sólo es que esta vez no haya ninguna figura que desate la unanimidad que hace ocho años se generó desde el principio alrededor de Ratzinger. Lo que hay, sin embargo, son divisiones entre los cardenales encargados de la elección del nuevo Papa, hasta el punto de que se han formado dos grupos claramente diferenciados.
Angelo Scola, arzobispo de Milán, y Odilo Pedro Scherer, arzobispo de São Paulo, parten como favoritos. El italiano contaría con el apoyo de aquellos cardenales favorables a una profunda reforma de la Curia y a una operación de limpieza en la cúpula de la Santa Sede que ponga fin a las luchas de poder y a las corrupciones reveladas en los últimos meses por el 'Vatileaks', el escándalo que ha sacado a la luz decenas y decenas de documentos reservados del Vaticano.
El brasileño, por su parte, sería el favorito de buena parte de los cardenales de Curia, de los que abogan por que se mantenga el 'statu quo' en el aparato de Gobierno de la Iglesia.
Este miércoles los cardenales se vuelven a encerrar en la Capilla Sixtina para continuar con las votaciones para elegir al nuevo Papa y celebrarán cuatro votaciones, dos por la mañana y dos por la tarde.
Si en ninguna de las dos fumatas la chimenea escupe al cielo humo blanco, la mayoría de los vaticanistas consideran que aumentarán las posibilidades de que sea elegido Papa alguien inesperado, alguien que no parte como favorito, ya que los dos grandes grupos tendrían que ceder ambos y tratar de buscar un candidato alternativo.
Sin acuerdo en la primera votacion en la seleccion del Nuevo Papa.
Negro, negro, negro, densamente negro: ése ha sido el color del humo que a las 19.41 horas ha salido por la chimenea montada sobre el tejado de la Capilla Sixtina, a pocos metros de la enorme cúpula de la Basílica de San Pedro.
Imagen de la primera fumata negra del Cónclave.| Reuters
La fumata negra ha certificado que la primera votación del Cónclave para designar al sucesor de Benedicto XVI ha concluido sin un acuerdo entre la mayoría de los 115 cardenales sobre quién debe de ser el nuevo Papa. Como se esperaba, ningún candidato ha conseguido los 77 votos necesarios para ser elegido Pontífice."Probablemente será fumata negra", había vaticinado ya el día antes Federico Lombardi, el portavoz de la Santa Sede. "Extra omnes" (todos fuera), pronunció por la tarde el maestro de ceremonias pontificias, monseñor Giudo Marini, justo antes de cerrar las puertas de la Capilla Sixtina para dejar en completa soledad a los 115 cardenales encargados de elegir al nuevo Papa.
Y su previsión se ha cumplido escrupulosamente.
Y su previsión se ha cumplido escrupulosamente.
En cualquier caso, era muy fácil acertar: en los cónclaves de los últimos 150 años ningún Papa ha sido elegido nunca en la primera votación, considerada de puro tanteo, ni siquiera en la segunda.
Los dos Pontífices que desde 1846 pueden presumir de haber sido designados más rápidamente –León XIII y Pío XII- tuvieron que esperar al tercer escrutinio. El propio Joseph Ratzinger se tuvo que conformar en el Cónclave de 2005 con la cuarta votación para ser nombrado Papa, y eso que aquel Cónclave era fácil en comparación con éste...
No es sólo es que esta vez no haya ninguna figura que desate la unanimidad que hace ocho años se generó desde el principio alrededor de Ratzinger. Lo que hay, sin embargo, son divisiones entre los cardenales encargados de la elección del nuevo Papa, hasta el punto de que se han formado dos grupos claramente diferenciados.
Angelo Scola, arzobispo de Milán, y Odilo Pedro Scherer, arzobispo de São Paulo, parten como favoritos. El italiano contaría con el apoyo de aquellos cardenales favorables a una profunda reforma de la Curia y a una operación de limpieza en la cúpula de la Santa Sede que ponga fin a las luchas de poder y a las corrupciones reveladas en los últimos meses por el 'Vatileaks', el escándalo que ha sacado a la luz decenas y decenas de documentos reservados del Vaticano.
El brasileño, por su parte, sería el favorito de buena parte de los cardenales de Curia, de los que abogan por que se mantenga el 'statu quo' en el aparato de Gobierno de la Iglesia.
Este miércoles los cardenales se vuelven a encerrar en la Capilla Sixtina para continuar con las votaciones para elegir al nuevo Papa y celebrarán cuatro votaciones, dos por la mañana y dos por la tarde.
Si en ninguna de las dos fumatas la chimenea escupe al cielo humo blanco, la mayoría de los vaticanistas consideran que aumentarán las posibilidades de que sea elegido Papa alguien inesperado, alguien que no parte como favorito, ya que los dos grandes grupos tendrían que ceder ambos y tratar de buscar un candidato alternativo.
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