Escrito por Félix Román Negrín Rodríguez para Periodísmo Alternativo
El próximo 1º de julio del 2015 a las 00:00pm entraran en vigor en España la Reforma del Código Penal Ley de Seguridad Ciudadana popularmente conocida como la Ley Mordaza, una ley que sanciona, prohíbe, y criminaliza prácticas tan normales como parar un desahucio, o asistir a una persona sin papeles.
Lo hacen en nombre de la “seguridad ciudadana”, pero son las respuestas de quienes sienten cualquier iniciativa social como una amenaza a sus privilegios, emanan de su incapacidad y torpeza para vivir el despertar del pueblo, la toma de las calles, la participación ciudadana, la defensa de los derechos laborales, o el uso de plazas como espacio de reflexión colectiva. No entran en vigor para garantizar la seguridad ciudadana, sino para convertir en ley su temor, y la implantación del miedo, ese miedo que les despierta el deseo de democracia. Es por eso que se defienden atacando, amordazando al pueblo.
En estos últimos meses su aprobación ha despertado la preocupación y el rechazo de una amplia mayoría social, lo que ha supuesto que organismos nacionales e internacionales como las Naciones Unidas, o el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa las critiquen muy duramente. El último ha sido el Tribunal Constitucional que ha admitido a trámite un recurso de inconstitucionalidad.
Sin embargo, somos el pueblo que defendemos diariamente el derecho a la vivienda, a la sanidad y educación gratuita, los que luchamos y creemos por la información libre, los que tomamos las calles reclamando una vida digna, los que no tenemos papeles, los que sufrimos las consecuencias de un empleo precario, o quienes simplemente vemos en el deseo de democracia y la organización espontánea de la gente. Un motivo de celebración, los que tenemos el verdadero poder de cambiar las cosas. Por ello, una vez agotadas todas las vías posibles, sólo nos queda una alternativa: la de no consentir, la de no refrendar sus leyes con nuestro silencio
La democracia, los derechos humanos, la libertad, que tanto nos ha costado construir, con sangre, sudor, y lágrimas, luego de cuarenta años de oscurantismo se apagará para siempre este 1º de julio de 2015, pretendiendo así la implantación del miedo y el terror, como en los tiempos del nazismo
La transición hacia la democracia de la que fuimos testigos para construir un mundo de libertad, de derechos, y de igualdades, se ha venido abajo. En realidad nunca existió tal transición
Pero… ¿acaso existió verdaderamente la democracia, los derechos y las libertades? ¿Dónde están ahora?, ¿y la transición? ¿se hizo alguna vez?
Desde 1976 cuando tuvo lugar el Referendum para la Reforma Política, que daría paso a la legalización de los partidos políticos, la convocatoria de las Elecciones Generales, y la aprobación de leyes para la nueva Carta Magna, hasta hoy ha sido un engaño, todo un engaño; un timo de la estampita.
Todo estaba diseñado y preparado para llegar a la vorágine en la que nos encontramos. Una nueva Ley Electoral hecha a la medida de los dos grandes partidos, para turnarse en el poder, implantando así el bipartidismo y dando así la imagen ante el mundo de una falsa democracia. Luego vino la chapuza folklórica del 23F, teatro organizado y dirigido por las cúpulas del poder para lanzar la piedrita en el tejado, posteriormente después la entrada de España en la organización militar de la OTAN en 1982 y la llegada al poder de un partido que decía ser de izquierdas, obrero, y socialista; cuando todos sabemos ya de antemano que el lacayo y gusano de Felipe González es un agente que fue enviado por la CIA para cargarse a la izquierda, a los partidos de izquierda, y a los movimientos populares que, (afortunadamente) hoy por hoy pululan por las calles. ¿Esa fue la transición?
En España nunca existió la democracia, sólo fue un maquillaje, un espejo de cara al mundo. En España nunca llegó a hacerse la transición política entre otras razones porque a Adolfo Suarez no le dejaron, éste tuvo que dimitir debido al acoso, la desidia, y el abandono por parte de sus compañeros de la antigua UCD que ya estaban preparando el terreno para su descalabro, y la afiliación de sus militantes a lo que hoy conocemos como Partido Popular.
El plato ya estaba servido, sólo faltaba algunos ingredientes, y el postre. Así estamos como estamos desde hace ya 39 años, democracia con sangre, con desahucios, con suicidios, con el pueblo en la calle buscando algo de comer en las basuras de los contenedores, con padres de familia asaltando supermercados para conseguir algo de comida y dar de comer a sus hijos, una democracia donde la justicia sólo existe para los ricos, donde los ciudadanos no tienen acceso a la educación pública, gratuita y de calidad, donde se trabaja por un salario de miseria, y en condiciones laborales precarias que parecen una película de la India, o Bangladesh. Donde la privatización de la medicina y la sanidad no parecen tener fin, y lo que es peor aún, pacientes que mueren a diario por un gobierno que dice ser del pueblo, pero que los deja morir de Hepatitis-C por no suministrarle el Sovaldi, el medicamento que pueden salvar sus vidas.
La “democracia” de un país donde se gasta millones y millones de euros para enviar soldados a otros países, mientras el pueblo se muere de hambre, mientras los niños que son nuestro futuro sólo comen una vez al día (la pobreza infantil ha llegado ya al 47%).
Un país en el que los ciudadanos no podrán salir a las calles a protestar libremente porque están expuestos a una fuerte sanción económica, o a lo sumo; la cárcel.
La evidencia de que nosotros, el pueblo, ya estamos en riesgo de ser puesto bajo la Ley Marcial, y la pérdida de todos nuestros derechos y libertades, garantizados por la Constitución es abrumadora.
Es un Golpe de Estado a la libertad, a los derechos humanos, por lo tanto NO a esta Ley Mordaza y criminal, NO al fascismo. Tenemos urgentemente que empapelar para que no nos empapelen.
Debemos denunciar la Ley Mordaza, que está a punto de protocolar su trámite parlamentario y burocrático otro 23F, otro Golpe de Estado a la democracia y al buen vivir de los ciudadanos.
La Ley Mordaza, es decir; el nuevo Código Penal que el gobierno español ha aprobado, y la nueva Ley de Seguridad Ciudadana nos convierten a todos-as en delito, en terroristas, sólo por el simple hecho de ser personas libres como si de un nuevo pecado original se tratara, estamos vigilados, bajo sospecha. En otras ocasiones se ha tratado de criminalizar al pueblo, a ese mismo pueblo que les votan para que los representen.
Tenemos que posicionarnos desobedeciendo activamente a esta ley macabra y criminal, injusta. Animo a todos, al pueblo, a sumarse, a difundir entre sus círculos y redes mostrando su rechazo a manifestar sin temor que estas leyes nos afectan.
Contigo es posible, contamos con ello
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