Banyan Analytics, un instituto de análisis que asiste al gobierno de Estados Unidos en preparación y respuesta ante emergencias en la región de Asia-Pacífico, afirmó en un informe hace 2 años, algo que pasó desapercibido a la mayoría de la opinión pública…
“Pocos temas relacionados con la seguridad en Asia y el Pacífico son más preocupantes y potencialmente más desestabilizadores para la región que el desmantelamiento y limpieza de la central nuclear de Fukushima Daiichi.
La situación es lo suficientemente peligrosa para que un solo error pueda potencialmente conducir a un desastre radiológico mucho peor que el desastre inicial.
Que noya habido un suceso importante en Fukushima que provoque otra crisis que potencialmente afecte a las vidas de millones de personas en la región de Asia-Pacífico y en la costa occidental de los Estados Unidos es un gran alivio para todos.
Pero, como algunos científicos han afirmado, la situación en Fukushima es tan frágil que un número de cosas pueden salir mal en cualquier momento y hacer que la situación, que ya actualmente es arriesgada, de un giro y se convierta en una catastrófe global.
Un terremoto o una tormenta severa podrían causar daños que condujeran a una contaminación radiológica masiva de la región del Pacífico, lo que podría poner en peligro la vida de millones de personas y forzar evacuaciones masivas.
En el contexto de la seguridad regional, es importante reconocer que la situación en Fukushima supone un riesgo importante para la estabilidad de la región Asia-Pacífico. Si se produjera un incidente durante el desmantelamiento de las instalaciones nucleares, podría impactaría en la estabilidad social y política de Japón, así como en los países de la región; en la seguridad alimentaria; en la salud pública; en el comercio; en el medio ambiente mundial; y en la política regional.
Los gobiernos de la región de Asia-Pacífico harían bien en anticipar una variedad de escenarios de emergencia que podrían producirse durante las fases próximas y más frágiles de la clausura”
Lo más grave de este informe de noviembre de 2013, es que lejos de pasar el peligro de contaminación nuclear, las noticias que hemos ido conociendo desde entonces solo han servido para confirmar que la central no para de contaminar el océano, mediante el vertido constante de miles de toneladas de agua irradiada, algo de lo que apenas se hacen eco los medios.
Esperemos que este desastre no de una nueva vuelta de tuerca…
Visto en : El Microlector
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