Un tribunal canadiense declaró culpable al sacerdote católico Eric Dejaeger, de 67 años, de violar a docenas de niños y un perro de trineo en el Ártico, ubicado en el extremo norte del país norteamericano.
El párroco de origen belga, quien fue expulsado de su clero, ha recibido más de 80 denuncias por agresiones sexuales contra niños, y fue condenado el viernes por 31 acusaciones de abuso sexual y un cargo de zoofilia.
Durante la sesión del juicio celebrada en Iqaluit, la capital del territorio Nunavut, en el norte de Canadá, el juez Robert Kilpatrick consideró que el paso del tiempo había debilitado la evidencia y redujo el número de acusaciones.
De no haber una sesión de apelación, el tribunal decretará en enero la sentencia contra el acusado, que fungió durante décadas como misionero.
La televisión canadiense ‘CBC’ informó que el entonces sacerdote se aprovechó de su labor en la Iglesia para atraer a los niños y abusar de ellos, amenazándolos con el fuego del infierno y la separación de sus familiares si revelaban lo sucedido.
Los crecientes casos de pederastia perpetrados por sacerdotes en todo el mundo han supuesto un duro golpe para la Iglesia católica; delitos que, en la mayoría de las ocasiones, han quedado ocultos por el silencio de los arzobispos locales y el propio Vaticano, y ha provocado la desconfianza del pueblo en esa institución.
A mediados del pasado mes de enero, el papa Francisco, líder de los cristianos del mundo, hizo pública su vergüenza por estos escándalos y urgió a la Iglesia a hacer frente a los casos de abuso infantil.
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