Llamemos a las cosas por su nombre. “Ellos” no son los Amos del Mundo (¡qué más quisieran!). Son los matones no ya del barrio, sino del mundo. Los ladrones que expolian las riquezas de la Tierra. Los gamberros que la destruyen por puro placer. Los psicopatas que matan a niños y mujeres por sus intereses…
Ellos se perpetúan a través de los siglos porque son estimulados para compartir un objetivo común: el de satisfacerse a sí mismos. Para ellos, el fin siempre justifica los medios. Su fin es el poder, la hegemonía total.
Y para conseguirlo no escatiman ningún medio ni exhiben ningún escrúpulo.
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