martes, 10 de abril de 2012

Günter Grass y el poema que generó una tempestad con Israel

BBC Mundo. Pocas veces un poema tiene la capacidad de trascender su ámbito literario y generar revuelo político y diplomático. Pero eso es precisamente lo que ha ocurrido en los últimos días, desde que el alemán Günter Grass publicó un poema en el que critica a Israel.

Günter Grass

La obra más conocida de Günter Grass es El tambor de hojalata.

Este domingo, Israel declaró a Grass "persona non grata" y le prohibió la entrada al país por su escrito que tituló "Lo que hay que decir" (Was gesagt werden muss, en alemán).

El escritor, ganador del premio Nobel de Literatura y tal vez el autor alemán vivo más importante, escribió que el supuesto arsenal militar de Israel es un peligro para la paz mundial y criticó que Alemania le entregue a ese país un submarino "cuya especialidad es dirigir ojivas aniquiladoras".

En el gobierno de Israel y en algunos sectores de Alemania -un país que trata de cuidar con particular esmero lo que dice de Israel- esos versos cayeron como un baldado de agua fría.

Grass se defendió tras la publicación del poema y dijo que se estaba haciendo énfasis no en el contenido del mismo, sino en una campaña contra él.

"Lo que hay que decir"

El poema de Grass, que tiene 69 versos y nueve estrofas en alemán, está marcado por varias preguntas.
"¿Por qué he callado hasta ahora? Porque creía que mi origen, marcado por un estigma imborrable, me prohibía atribuir ese hecho, como evidente, al país de Israel, al que estoy unido y quiero seguir estándolo", escribe Grass, de 84 años.
"¿Por qué sólo ahora lo digo, envejecido y con mi última tinta: Israel, potencia nuclear, pone en peligro una paz mundial ya de por sí quebradiza?"
Günter Grass
"¿Por qué sólo ahora lo digo, envejecido y con mi última tinta: Israel, potencia nuclear, pone en peligro una paz mundial ya de por sí quebradiza?".

"Porque hay que decir lo que mañana podría ser demasiado tarde, y porque -suficientemente incriminados como alemanes- podríamos ser cómplices de un crimen que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa no podría extinguirse con ninguna de las excusas habituales".

Sus palabras, casi inmediatamente tras ser publicadas, generaron una tempestad internacional.

Israel, Alemania e Irán

Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, publicó un comunicado a través de su oficina en el que dice que la "vergonzosa equivalencia de Grass entre Israel e Irán, un régimen que niega el Holocausto y amenaza con aniquilar Israel, dice poco sobre Israel y mucho sobre Grass".

En Israel, estas críticas se sumaron a las de Avigdor Lieberman, el ministro de Relaciones Exteriores, y Eli Yishai, el ministro del Interior.

Benjamin Netanyahu

Benjamin Netanyahu fue uno de los políticos israelíes que criticó el escrito. Este último dijo que el poema era "un intento de encender el fuego del odio hacia el Estado de Israel y la población israelí" y dijo que "si Günter quiere continuar haciendo publicidad de su obra falsa y distorsionada, le sugiero que lo haga en Irán, donde encontrará un público receptivo".

En Alemania también fue criticado por políticos de diferentes partidos y por un miembro del gobierno: Guido Westerwelle, ministro de Relaciones Exteriores, quien le dijo al periódico Bildam Sonntag que "poner a Israel y a Irán en el mismo nivel moral no es ingenioso sino absurdo".
Pero los versos de Grass no sólo recibieron críticas.

"Golpe lírico letal"

La página web del semanario alemán Der Spiegel reportó cómo la televisión estatal iraní, Press TV, dijo el jueves que "nunca en la historia de la Alemania de la posguerra, un prominente intelectual había atacado a Israel de manera tan valiente como Günter Grass con su nuevo poema controversial". "De manera metafórica, el ganador del premio Nobel produjo un golpe lírico letal contra Israel".

Otro ejemplo fue del columnista Gideon Levy, en el periódico israelí Haaretz.
"Es intolerable una situación en la que a cualquier alemán que osa criticar a Israel se le acusa instantáneamente de antisemitismo."
Gideon Levy, columnista
Si bien señala que a Grass se le fue la mano en algunas partes de su poema, que califica de "fuerte" y "irritante", dice que también escribió algunas cosas que deben ser dichas. "Es intolerable una situación en la que a cualquier alemán que osa criticar a Israel se le acusa instantáneamente de antisemitismo".
"Después de que denunciemos la exageración, después de que nos saquemos de encima la parte injustificada de la acusación, debemos escuchar a estas grandes personas (en alusión a escritores como Grass)".

"No son antisemitas. Están expresando la opinión de muchas personas. En vez de acusarlos, deberíamos considerar lo que nosotros hicimos para que ellos la expresaran".

Sensible

La controversia suscitada por el poema tiene un cariz adicional si se mira a través de dos características de Grass: su nacionalidad y su pasado. Grass es tal vez el autor alemán vivo más conocido a nivel internacional y Alemania es un país que, por su rol durante el Holocausto, es particularmente sensible a lo que se pueda decir o escribir sobre Israel o los israelíes.

En el caso de Grass eso cobra particular relevancia, pues el autor de El tambor de hojalata reconoció en 2006 que durante su adolescencia y al final de la Segunda Guerra Mundial se alistó en las Waffen SS, cuerpo de élite de la maquinaria nazi. Grass asegura que no disparó "ni un solo tiro".
Este hecho fue traído a colación por Netanyahu y por el ministro Yishai, al condenar el poema y declarar al autor persona non grata.

Grass se defendió y le dijo al Sueddeutsche Zeitung que, en retrospectiva, debió haber escrito el poema de manera diferente para "hacer más claro que estoy hablando primordialmente del gobierno (de Netanyahu)".
"Frecuentemente he apoyado a Israel, frecuentemente he estado en el país y quiero que el país exista y finalmente encuentre la paz con sus vecinos", dijo.

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