sábado, 21 de abril de 2012

PAL-V COCHE VOLADOR.¿ciencia o ficcion?

  • ¿Cómo unir a dos vehículos diseñados para moverse en entornos diferentes? El objetivo esencial de ambos es el mismo, pero existen grandes limitaciones que, de más está decirlo, han sido desafiadas sistemáticamente durante los últimos años. No son pocas las historias sobre motores de coches sirviendo como corazón de pequeños aviones, pero lo que realmente continúa dando vueltas en nuestras cabezas es el concepto del coche volador.

    Es imposible evitar mencionar cosas como el DeLorean volador, y aunque no estamos tan lejos del “futuro” como lo vio Marty allí, no estamos viendo coches que dejen el suelo con la naturalidad de un pájaro. O tal vez sí, sólo que no de la manera que pensamos. En vez de recurrir a sistemas de propulsión complejos o a elementos que aún residen en territorios de la ciencia ficción, puede que la solución sea aún más sencilla y eficiente, como el autogiro.



    Así es como nos encontramos al PAL-V. En primer lugar, tenemos a un vehículo de tres ruedas con capacidad para dos personas, con una velocidad máxima de 180 kilómetros por hora y un consumo promedio de doce kilómetros por litro, lo que se transforma en un rango aproximado de 1,200 kilómetros. Muchos pensarán que posee la maniobrabilidad de una motocicleta, y no estarán tan errados al respecto, aunque la cabina cerrada brinda una mayor seguridad.

    Cuando está en el aire, el PAL-V ofrece una velocidad máxima de 97 nudos (179.6 kilómetros por hora), su velocidad mínima para alcanzar nivel de vuelo es de 27 nudos (50 kilómetros por hora), y necesita de unos 165 metros como mínimo para despegar (a diferencia del helicóptero, el autogiro necesita rodar para tomar vuelo), mientras que en el aterrizaje sólo son necesarios unos treinta metros. El rango de vuelo, dependiendo del modelo de PAL-V, estará entre 350 y 500 kilómetros.

    Después de la notable demostración, los responsables del PAL-V están invitando a grupos de inversión para convertir al vehículo en una opción comercial viable. El PAL-V ya ha obtenido algunas certificaciones, pero es evidente que la burocracia es ahora el mayor enemigo de este coche volador. Además, también está la cuestión de que el PAL-V tiene necesidades similares a la de un avión a la hora de despegar y aterrizar, por lo que no veremos a ninguno de estos en el corto plazo aterrizando en la avenida. De todas maneras, quiero ver más sobre el PAL-V, y si la predicción de sus desarrolladores se cumple, tal vez encontremos una versión lista para el consumo general en apenas dos años.

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