miércoles, 18 de julio de 2012

La muerte es un cambio de frecuencia cuántica que salta de 7,8 Hz a 800 GHz

LA MUERTE NO ES COMO NOS HACEN CREER:
Rafael López-Guerrero, investigador y científico madrileño, forma parte del equipo Starviewer, dónde se reúnen más de 200 científicos, de todo el mundo y de diversas disciplinas, para divulgar de forma fácil los conocimientos científicos que, normalmente, están vetados al ciudadano ordinario.



Afirma que la canalización tiene mucho que ver con las ondas Schumann, o sea, que nuestras facultades paranormales van a ir en aumento en la medida que aumente el rango de vibración del pulso electromagnético de nuestra ionosfera. Tiene que ver con la conexión entre la macrofrecuencia (Cosmos) y la microfrecuencia (Humanidad) En el Universo hay ondas que emiten en frecuencias muy altas (rayos Gamma), pero también hay ondas de baja frecuencia, que son las que nos conectan con el Universo.

Según la ciencia de investigación, no la de divulgación, estamos conectados al Universo a través de un gen en nuestro genoma. Han descubierto que cuando morimos hay frecuencias que se activan en nosotros y una parte de nosotros, en nuestro ser, genera un salto cuántico, activando la frecuencia de ese gen. Es decir, tenemos en nuestro ADN una especie de led en stand-by, el cual se activa en el momento que nuestras funciones físicas se apagan y morimos. 

Hay una bibliografía científica extensísima sobre personas que han muerto y regresan a la vida. relatan que vieron un túnel oscuro con una luz al fondo. Estas experiencias, son saltos cuánticos que produce un pliegue en el espacio-tiempo que nos conecta desde la frecuencia, 7,8 Hz, a la frecuencia del Universo, 800 GHz.

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