En un documento publicado por el Banco Central italiano consta la existencia de cerca de 1.000 toneladas de oro de titularidad italiana almacenadas en la Reserva Federal de Nueva York. Según este documento, el cual constituye un ejercicio de transparencia extraordinariamente raro en Europa, las reservas oficiales de oro de Italia están repartidas en cuatro sitios diferentes, tres de ellos fuera de Italia.
Según la contabilidad del Consejo Mundial del Oro (WGC por sus siglas en inglés) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), Italia posee la tercera mayor reserva oficial de oro del mundo detrás de los Estados Unidos y Alemania. La cifra total de reservas asciende a 2.451,8 toneladas cuyo precio de mercado ronda los 72.000 millones de euros o, lo que es lo mismo, 100.000 millones de dólares.
El Informe de la Banca Central revela que de las 2.451,8 toneladas de reservas, 1.199,4 toneladas están almacenadas en las cámaras de custodia que se encuentran en el subsuelo de ella misma, en el Palazzo Koch situado en la Via Nazionale de Roma. El oro está conservado de forma mayoritaria en forma de lingotes (1.195,3 toneladas) y una pequeña parte en monedas (4,1 toneladas) cuyo número es de 871.713. Los lingotes están fabricados con la forma trapezoidal clásica, la cual se combina con otras formas como los “lingotes ingleses”.
El resto de las reservas oficiales se reparten entre la Fed de Nueva York (cerca de 1.000 toneladas como se ha dicho anteriormente) y dos pequeñas cantidades en el Banco de Inglaterra en Londres y en las cámaras del Banco Nacional de Suiza en Berna (las cuales actúan de almacenaje del oro propiedad del Banco de Pagos de Basilea, BIS). La mayor parte de estas reservas se acumularon entre los años 1950 y 1970 cuando la lira pertenecía al sistema de cambios de Bretton Woods. En estos años, las reservas se multiplicaron por 6 hasta alcanzar las 2.560 toneladas.
Tras estos años, Italia no ha seguido la política de venta de oro de otros Bancos Centrales como el de España. Al contrario: ha mantenido sus reservas de forma prácticamente inalterada salvo con pequeños reintegros para cubrir sus compromisos de entrada en el Eurosistema. Incluso ha utilizado su oro de forma activa como colateral, por ejemplo, en el préstamo que Alemania le concedió en 1970.
La Banca Central de Italia, previamente a este informe, ha mostrado en años anteriores su voluntad de ser transparente y de que los ciudadanos conozcan dónde está el oro que es de su propiedad. En 2010 autorizó que las cámaras de la Radiotelevisión Pública Italiana RAI grabaran un reportaje –tituladoPassaggio a Nord Ovest– en las cámaras acorazadas de la institución monetaria en Roma. Ya entonces se dijo que el oro italiano estaba localizado en cuatro sitios diferentes y las condiciones de la custodia.
A pesar de que mantiene cierto secretismo en el caso de Nueva York o en el de Suiza, ya que podría comprometer la seguridad de estas cámaras, el Banco Central italiano ha realizado un importante ejercicio de transparencia. Un ejemplo a seguir por instituciones como el Banco de España, la cual se ha negado en repetidas ocasiones a permitir una auditoría de las reservas de oro españolas. Poco conocemos sobre ellas salvo su venta parcial en 2007 con una importante pérdida para el patrimonio nacional. Un primer paso podría ser parecido al de Italia en 2010 permitiendo un reportaje de Radiotelevisión Española o de cualquier otro medio público o privado de España. A partir de ahí podría publicarse el régimen de custodia y las cantidades en lingotes y monedas, datos que no se conocen y que convendría conocer.
Fuente: Banca de Italia
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