lunes, 4 de mayo de 2015

Soy un conspiranoico

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Fueron malos tiempos.
Comienzo con una frase tan lapidaria este post, porque es la verdad. Fueron malos tiempos.
Recuerdo aquel 2011 y todo el 2012.
Todo lo que la comunidad “conspiranoica” parecía informar era deprimente: Que si los Mayas; Que si un posible Armagedon nuclear entre las potencias americana y coreana; Que si Nibiru o el Planeta X se estrellaría contra la Tierra y no quedarían ni las bacterias… En fin, lo cierto es que cada semana era una cuestión nueva.
Muchos de mis amigos y familiares me llamaban “el rarito” o “el conspiranoico” porque sentía una curiosidad nada normal por todos esos temas. Y, sí, ¿por qué negarlo?: Me encantaba encontrarme cada noche ahí, en casa, casi en penumbra, haciendo lo que yo llamaba “investigar”.
Pero eran malos tiempos.
Sé por experiencia propia lo mucho que quema, que cansa y que agota estar ahí al pie del cañón, recopilando noticias; Buscando entre toneladas de basura masiva y tratando de pensar cómo piensan quienes mueven los hilos del poder en la sombra.
Además, para los que nos obsesionamos con estos asuntos, hay otra sorpresa que suele venir añadida, no sé muy bien por qué: La vida no suele ser tranquila. El trabajo deja de apasionarte, la gente no te suele creer ni entender; En suma, ves la realidad con otros ojos y, claro, el mundo deja de tener el sentido que creías que tenía.
Por eso digo que fueron malos tiempos.
Después necesite desintoxicarme. Apartarme de todo aquello por una temporada. Dejar de obsesionarme con todo lo que podría pasar ni por los siniestros planes que algunos, en la sombra, podrían estar desarrollando para desgracia de muchos.
Además, eran los años en que más fuerte apretó la crísis. Personas y familias enteras siendo deshauciadas de sus hogares (todavía lo son); Paro endémico (todavía lo es); Corrupción política y financiera (ahí está aún hoy, por supuesto)… Y todo se unía en un estado de ánimo que termina agotándolo a uno.
Pero era irresistible.
Es más que simple curiosidad lo que yo sentía y siento. Es necesidad de saber, aunque uno sabe desde el principio, que hay mucho que jamás sabremos. Pero uno lo intenta, y se sigue interesando por los asuntos nacionales e internacionales, desde una perspectiva totalmente diferente a la que muestran los medios de comunicación convencionales.
No hay otro modo de “leer” la realidad si uno quiere entenderla verdaderamente, dado que los medios masivos están ahí (ya lo sabéis) para desviar la atención de los auténticos motivos y hechos; Están ahí para legitimar al Poder y su decadencia. En definitiva, están ahí para engañar y con ello proteger al Amo.
De modo que, aunque sabiendo cuál es el precio de pensar de manera libre, y aunque tomé la decisión de que debía aislarme de cuanto veía que acontecía para que no me afectara en el día a día, aquí estoy, una vez más, escribiendo un post para librepensadores.
Sigo investigando. Continúo buscando la Información porque, en un mundo globalmente manipulado, la auténtica información hay que buscarla, dado que no será jamás la que nos sirvan en bandeja.
Sigo sin creerme las “versiones oficiales”.
Continúo buscándole los tres pies al gato, tras cada declaración de un político o gobernante.
Dudo sin cesar de las intenciones de la puesta en marcha de tal o cual Ley.
En definitiva, una vez que has conocido “el otro mundo”; El de la investigación propia, el de no dejar que otros piensen por mi y hacerlo todo yo mismo, ya no puedes regresar al rebaño de los creyentes y los ilusos.
Así que aquí sigo, porque fueron malos tiempos, pero me enseñaron a pensar. Aprendí a discernir. Descubrí que no hay mayor verdad que la que uno mismo descubre.
Me seguirán llamando “conspiranoico”, “loco”, “testarudo”, “imaginativo”, como si esas palabras alguna vez hayan sido adjetivos descalificativos…
Siento debilidad por los raritos, de modo que no me importa en absoluto pertenecer a ese privilegiado grupo, toda hora que así llamaron también a Da Vinci, Einstein, Tesla, Jhon Nash y tantos otros…
De modo que todos aquellos que seguís ahí, cada noche, después de trabajar o estudiar y cumplir así con lo que el Sistema dicta, y regresáis de nuevo al ordenador en semipenunmbra, para continuar investigando, descubriendo y pensando por vosotros mismos, os animo a que nunca lo dejéis.
Tomaros cuantos respiros preciséis, porque a veces hay que oxigenarse, pero regresad. No deleguéis vuestra libertad de expresión y, sobre todo, de pensamiento, en manos de nadie.
Volved cada noche a vuestros puestos. Regresad a esa trinchera digital en la que sois libres. Sentaos frente al ordenador y convertid internet en lo que siempre debe ser: Un lugar de conocimiento, intercambio de información; Un espacio de comunicación libre y liberada.
No os resignéis. No seáis de fácil creencia. No aceptéis las versiones oficiales. Aprended a dudar sanamente de todo. Y sobretodo, por encima de todo: PENSAD POR VOSOTROS MISMOS.
Y luego… dejad que os llamen lo que quieran los borregos del Sistema.
Abrazos
Escrito por Alquimista 

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