Los seres humanos somos entidades espirituales, poseedores de una alma eterna que disfruta del don de la vida, y estamos viajando por la eternidad visitando los rincones del universo, en un aprendizaje permanente y continuo en cada vida que experimentamos. Por ahora estamos anclados en el planeta Tierra para llenar el cometido de hacer posible la ascension del planeta y sus pobladores, incluyendo aves, insectos, animales, y arboles, componentes del todo de la vida y la existencia.
Dentro de la facultad de ser libres pensadores y de poseer el libre albedrio en la toma de las decisiones del diario vivir, esta la obligacion de hacer crecer el alma a la estatura del varon perfecto, reconociendo el valor del amor como fuerza de impulso vital y conservador de los valores espirituales, que necesita alcanzar la masa critica antes de efectuar el salto cuantico que nos lleve a la quinta dimension de nuevo, a la cual pertenecemos desde antes de la caida.
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