Rebecca Gallagher, una chica de 25 años de edad de Gowerton, al sur de Gales, se llevó una sorpresa cuando, de casualidad, le dio por mirar la etiqueta del vestido que acababa de comprar en Primark.
En la etiqueta se podía leer: ”Forced to work exhausting hours” (Obligado a trabajar horas agotadoras). La chica se sorprendió al verla y pensó que sería una ”solicitud de ayuda” de alguna víctima de mano de obra esclava y decidió ponerse en contacto con Primark. Llamó a la compañía y después de estar en espera 15 minutos, colgaron la llamada.
Un portavoz de la empresa dijo que ”No hay otros casos como este y agradeceríamos al cliente que nos devolviese el vestido para que se pueda investigar este asunto”.
Según podemos leer en Antena Lusa, Primark ya ha sido acusado en otras ocasiones por activistas que creen que la empresa explota a los trabajadores en países como Bangladesh.
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