Un equipo de la Universidad de Deusto ha realizado un estudio para tratar de desvelar por qué hay personas que creen en fantasmas y otros seres sobrenaturales.
Una opción para explicar por qué las personas creen en lo paranormal es que surge como resultado de un sesgo cognitivo. Los sesgos cognitivos son atajos que emplea nuestra mente para resolver problemas diarios, sin que nos demos cuenta. Al igual que ciertas creencias, pueden aparecer en toda la población, ya que son consecuencia de nuestra evolución como especie.
Sesgo cognitivo
En concreto, un sesgo cognitivo de interés para este tema es la ilusión causal. La ilusión causal consiste en la percepción ilusoria de una relación de causa-efecto allí donde solo existen coincidencias. Por ejemplo, un estudiante podría pensar que vestir de color rojo le traerá buena suerte en los exámenes, únicamente porque en el pasado obtuvo buenas notas tras estrenar una camisa de ese color. Las ilusiones causales de este tipo podrían ser el origen de las supersticiones y de otras creencias, entre ellas las paranormales.
Por suerte, las ilusiones causales se pueden estudiar fácilmente en el laboratorio de psicología, por medio de programas similares a juegos de computador. En un experimento, los investigadores de la Universidad de Deusto Fernando Blanco, Itxaso Barberia y Helena Matute pidieron a unos participantes anónimos que intentaran curar a unos personajes del juego dándoles una medicina.
Fantasmas, telepatía y energía espiritual
Realmente, y sin que lo supieran, la medicina no tenía ningún efecto en los personajes, pero estos se curaban por sí solos muy a menudo (y con la misma probabilidad tanto si tomaban la medicina como si no). Además, los participantes completaron un cuestionario sobre sus creencias paranormales, que incluía preguntas sobre fantasmas, la telepatía, la curandería o la energía espiritual.
Los investigadores descubrieron que aquellos participantes con más creencias paranormales desarrollaron una creencia (equivocada) de que la medicina que usaron en el juego estaba funcionando, esto es, una ilusión causal.
También observaron otro patrón interesante, y es que los creyentes en lo paranormal tendían a usar la medicina mucho más a menudo durante el juego, de forma que la información que acabaron viendo durante el mismo estaba sesgada por estas decisiones: como le administraban la medicina a la mayoría de los pacientes del juego, no podían saber si esos pacientes se habrían curado o no de no haber tomado la medicina.
El ejemplo de la publicidad
Esta tendencia nos ocurre a todos a diario, por ejemplo cuando nos exponemos a la publicidad. Si queremos saber si un nuevo dentífrico funciona para blanquear los dientes, probablemente preguntaremos a las personas que lo han probado, y no nos plantearemos si las personas que no usan el dentífrico también están satisfechas con el suyo. Esta forma de sesgar la información que recibimos puede desencadenar ilusiones causales y además es generalizada.
La investigación sugiere que las personas con creencias paranormales tienden a acentuar este sesgo en la elección de información a la que se exponen y que favorece las ilusiones causales, lo que podría explicar por qué acaban desarrollando creencias extrañas.
Sesgo cognitivo
En concreto, un sesgo cognitivo de interés para este tema es la ilusión causal. La ilusión causal consiste en la percepción ilusoria de una relación de causa-efecto allí donde solo existen coincidencias. Por ejemplo, un estudiante podría pensar que vestir de color rojo le traerá buena suerte en los exámenes, únicamente porque en el pasado obtuvo buenas notas tras estrenar una camisa de ese color. Las ilusiones causales de este tipo podrían ser el origen de las supersticiones y de otras creencias, entre ellas las paranormales.
Por suerte, las ilusiones causales se pueden estudiar fácilmente en el laboratorio de psicología, por medio de programas similares a juegos de computador. En un experimento, los investigadores de la Universidad de Deusto Fernando Blanco, Itxaso Barberia y Helena Matute pidieron a unos participantes anónimos que intentaran curar a unos personajes del juego dándoles una medicina.
Fantasmas, telepatía y energía espiritual
Realmente, y sin que lo supieran, la medicina no tenía ningún efecto en los personajes, pero estos se curaban por sí solos muy a menudo (y con la misma probabilidad tanto si tomaban la medicina como si no). Además, los participantes completaron un cuestionario sobre sus creencias paranormales, que incluía preguntas sobre fantasmas, la telepatía, la curandería o la energía espiritual.
Los investigadores descubrieron que aquellos participantes con más creencias paranormales desarrollaron una creencia (equivocada) de que la medicina que usaron en el juego estaba funcionando, esto es, una ilusión causal.
También observaron otro patrón interesante, y es que los creyentes en lo paranormal tendían a usar la medicina mucho más a menudo durante el juego, de forma que la información que acabaron viendo durante el mismo estaba sesgada por estas decisiones: como le administraban la medicina a la mayoría de los pacientes del juego, no podían saber si esos pacientes se habrían curado o no de no haber tomado la medicina.
El ejemplo de la publicidad
Esta tendencia nos ocurre a todos a diario, por ejemplo cuando nos exponemos a la publicidad. Si queremos saber si un nuevo dentífrico funciona para blanquear los dientes, probablemente preguntaremos a las personas que lo han probado, y no nos plantearemos si las personas que no usan el dentífrico también están satisfechas con el suyo. Esta forma de sesgar la información que recibimos puede desencadenar ilusiones causales y además es generalizada.
La investigación sugiere que las personas con creencias paranormales tienden a acentuar este sesgo en la elección de información a la que se exponen y que favorece las ilusiones causales, lo que podría explicar por qué acaban desarrollando creencias extrañas.
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