Cuanto más pasan los alimentos por procesos de elaboración, más parece que pierden su reserva de luz, de manera que incluso disminuye su poder nutritivo sutil. En cierto sentido tendemos a ingerir alimentos muertos, es decir, sin luz. La energía que obtenemos de la comida sería simplemente la de la luz solar almacenada en las plantas.
De nuestra luminosidad interior depende nuestra salud. Los estudios sobre los biofotones tienen en cuenta incluso los alimentos que ingerimos y la luz que contienen, ya que ésta también se halla en los alimentos, sobre todo en los vegetales frescos. Estas consideraciones resolverían un debate abierto desde hace muchos años: ¿el ser humano es omnívoro, vegetariano o frugívoro? Ninguna de estas cosas. El hombre es un ser que se nutre y se alimenta de luz.
Extracto de la bella obra de Daniel Lumera “El Código de la Luz”
Hay muchos casos de seres que han logrado vivir sin necesidad de alimento físico y que siguen haciéndolo a día de hoy. En el siguiente enlace se pueden visionar entrevistas a decenas de ellos:
No intento convencer a nadie de nada, ni afirmar lo que es mejor para cada uno. Sólo propongo una nueva visión a la que pido que no rechacemos ni nos aferremos. Se trata de un modo de vivir, y cada uno es libre de escoger. Los límites solo los pone la mente.
EAGLE IN THE SKY – David Bennu (subtítulos español)
Luz, Amor, Conciencia… y una perspectiva sin limites ni barreras que nos llevará a la libertad
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