viernes, 8 de mayo de 2015

Cómo los medios de comunicación modelan nuestra opinión

Por  / ¿Es posible la paz?
Si usted pregunta a personas de su entorno si creen que los medios de comunicación influyen o incluso si han creado su opinión sobre lo que sucede en el mundo, se encontrará una variada gama de respuestas; desde los que indican que los medios de comunicación nos manipulan, sin ser muchas veces conscientes de hasta que grado puede llegar tal manipulación, hasta aquellos que les dirán que ellos tienen sus opiniones y puntos de vista propios. Y aquí viene una oportuna pregunta: ¿de dónde procede nuestra información sobre el mundo?, ¿cuáles son nuestras fuentes de información?
Ante estas cuestiones usted verá que principalmente la información que recibe la gente de la situación mundial procede básicamente de los denominados medios de comunicación corporativos, es decir, aquellos dirigidos y manejados por las corporaciones económicas, industriales o financieras. Por tanto, la visión del mundo de esas personas será la que le hayan hecho ver esas corporaciones, una visión que resulta ser demasiado interesada y demasiado parcial. Así difícilmente podremos hablar de que tenemos una opinión objetiva sobre los acontecimientos, pues nos falla la base de nuestra información, las fuentes, que deberían ser  lo más objetivas posibles y también tendrían que exponer el punto de vista de cada lado, no solo un punto de vista, habitualmente el occidental, como suele suceder.
Cuando hay un conflicto se debe escuchar a las dos partes, habrán escuchado muchas veces. Entonces aplíquenlo como deben en este caso.
Voy a ponerles un ejemplo, si les pregunto a ustedes por el conflicto en Siria puedo imaginarme un gran número de respuestas, aunque seguro que no todas. Pero quiero que las contrasten con las siguientes informaciones y puntos de vista que en los dos siguientes artículos ofrezco y analicen en que forma eran conocedores de lo que allí sucedía y si se habían parado a pensar que tal vez lo que tan repetidamente se oía, veía o leía en los medios de comunicación podía tener unas serias contradicciones que deberían haberse tenido en cuenta.
Sobre que los medios tienen una muy notoria influencia en nuestro pensamiento y entendimiento del mundo es algo bastante obvio. Porque, como he comentado, muchas veces son la única fuente de “información” sobre los sucesos y acontecimientos. Y esto es así tanto si creemos lo que dicen como si no, ya que no solemos tener otras informaciones, otras perspectivas, otras opiniones con las que poder valorar tales hechos, sucesos o acontecimientos.
Además, ya en parte por naturaleza humana, solemos ser reacios a arriesgarnos a ver o aceptar otros puntos de vista. Lo común es que no queramos apartarnos de lo que corrientemente se conoce como la opinión mayoritaria, que suele ser la visión del mundo que ha ido inculcando el poder político y económico en cada momento y en cada cultura. Esta transmisión de esta visión e ideario se hace por muy diversos medios, pero en gran medida es a través de los medios de comunicación, que tienen esa misión de transmitir la ideología de los intereses de las clases sociales dominantes. Pocos se atreverán a desafiarla, al menos públicamente, y finalmente la terminarán, de un modo u otro, aceptando. Sería bueno aquí que recordásemos las sabias palabras de Bakunin:
Sobre mil hombres apenas se encontrará uno del que se pueda decir, desde un punto de vista no absoluto, sino solamente relativo, que quiere y que piensa por sí mismo. La inmensa mayoría de los individuos humanos, no solamente en las masas ignorantes, sino también en las clases privilegiadas, no quieren y no piensan más que lo que todo el mundo quiere y piensa a su alrededor.
Esto puede darnos una supuesta, aunque a menudo no real, seguridad, pero a costa de privarnos de un mejor conocimiento y entendimiento del mundo en el que vivimos. Un coste finalmente demasiado caro, porque elimina una de las facetas humanas más ricas.
Los medios de comunicación, por la continua exposición y repetición, acaban modelando nuestra visión del mundo, dictaminan en gran medida nuestros temas de conservación e incluso de preocupación y pensamiento. Miren a su alrededor y vean lo que se habla cuando van a comprar el pan, al tomar un café, al charlar en la calle…, verán que sin haber visto siquiera la televisión, leído el periódico o escuchado la radio la “verán”, “leerán” o “escucharán” allí mismo, por boca de las personas con las que habla.
Porque, sean conscientes, los medios, al moldear nuestra visibilidad de las cosas, moldean finalmente nuestra opinión. Como indica acertadamente Michael Parenti, puede que no nos digan directamente qué pensar, pero sí sobre qué pensar, algo que finalmente suele determinar lo que pensamos. Y esto lo hacen en gran medida focalizando la atención en determinados temas y aspectos, y acotando los límites de lo debatible y lo pensable, fuera de los cuales no cabe opinión o pensamiento.
Y seguramente aquí está el mal de nuestra sociedad, pues no pensamos según un pensamiento racional y ético, sino que partimos ya y nos dejamos conducir por uno establecido, que muchas veces es precisamente el generador de las injusticias y problemas que sufrimos y de los que tan a menudo nos quejamos.
Notas:
1. Mijaíl Bakunin. Dios y el Estado. 1882
2. Michael Parenti. Inventing reality. St. Martin´s Press, Inc. 1993

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