El 2 de febrero de 1959, en los Montes Urales iba a suceder un acontecimiento inexplicable que se cobraría la vida de 9 montañistas.
El líder del grupo, Igor Dyatlov, un alpinista con mucha experiencia que encabezaría la expedición cuyo objetivo era escalar el Monte Otorten cuyo significado es “no vayas allí”.
La noche del 30 de enero, Zinaida Kolmogorova escribió lo siguiente en su diario:
“Estamos siguiendo el curso del río Auspiya, creo que hoy construiremos un cobertizo”
Fue lo último que escribió.
Esa misma noche, varios testigos aseguraron que a unos 50 kilómetros del lugar se vieron un par de esferas luminosas que sobrevolaban la zona.
Supuestamente, tenían previsto escribir un telegrama el 12 de febrero para informar de que ya habían terminado su viaje.
Extrañamente, a media noche el grupo saldría a toda prisa dejando dentro de la tienda de campaña casi todo su equipaje y abrigo, algunos de ellos salieron incluso sin sus botas.
Pasaron los días y los excursionistas no dieron señales de vida. El 20 de febrero, por la obvia preocupación de los familiares se ordena una orden de busca y captura para descubrir qué había sucedido.
Al cabo de cinco días dos estudiantes voluntarios en dicha búsqueda encontraron una serie de huellas que les llevaron directamente hacia la tienda de campaña. Ésta estaba abandonada, a 14 kilómetros del destino y fuera de la ruta marcada.
Lo más extraño es que dentro de la tienda estaban casi todas las pertenencias de los excursionistas (linternas, abrigos, botas, guantes…).
Pero hay algo mucho más misterioso en todo esto, y es que la tienda estaba rajada, de dentro hacia afuera.
Algo debió aterrorizarles e hizo que saliesen despavoridos, pero, ¿el qué?
La primera hipótesis que se barajó fue la de una avalancha, pero esta teoría quedó completamente descartada debido a que la pendiente donde se encontraba la tienda estaba entre los 18 y los 20 grados de inclinación, muy por debajo de lo que se considera un ángulo crítico, por lo tanto es completamente imposible que fuese una avalancha.
A 1,5 kilómetros de la tienda, encontraron 2 cuerpos bajo un manto de nieve. Solamente llevaban la ropa interior. Los cuerpos no presentaban daños ni lesiones externas visibles.
Tras unos cuantos días más de búsqueda se fueron hallando más cuerpos y se recuperaron 5 de los 9 cuerpos, pero ninguno de ellos con daños físicos. La autopsia de estos 5 cadáveres demostró que habían fallecido por hipotermia.
Pero los investigadores creían que algo o alguien más había estado allí y pensaban que por la disposición de los cuerpos alguien los había colocado de la forma en que se encontraban.
Éstos comenzaron a dudar de la investigación oficial, pero las autoridades soviéticas los ignoraron por completo cuando manifestaron su opinión.
Nuevos investigadores manifestaron extraños hallazgos que contradecían por completo la conclusión oficial.
En primer lugar, analizando la tienda se descubrió que estaba realmente mal montada, algo que para nada encaja con el experimentado alpinista Igor Dyatlov.
¿Quién montó tan mal la tienda?
Dos meses después, en un barranco a 70 metros de los 5 primeros cuerpos, se encontraron los otros 4 restantes. Éstos se hallaban bajo una espesa capa de nueve y presentaban unas contusiones y traumatismos físicos brutales.
Uno de ellos tenía un severo impacto en la cara que le había arrancado el cartílago de la nariz por completos, además le faltaba la lengua.
Uno de los cuerpos, en lugar de botas, en los pies llevaba una tela que pertenecía a parte de los 5 excursionistas que murieron con anterioridad. Pero sin duda lo más extraño es que la chaqueta de un cadáver contenía un alto nivel de radiación.
Las teorías son numerosas ya que ninguna de ellas hace encajar por completo este rompecabezas.
Algunos dicen que la clave está en las esferas luminosas que se avistaron aquella noche, alegando que los ovnis tuvieron algo que ver con esto.
Otros investigadores se decantan por otra teoría más razonable, algún tipo de prueba militar.
El historiador de misiles soviéticos, Alexander Zeleznyakov realizó varias investigaciones, pero no encontró registro de ningún lanzamiento durante esa fecha.
Sin embargo el 2 de febrero de 2008, un grupo de 6 socorristas y más de 30 expertos se reunieron en el lugar para examinar los hechos y encontrar respuestas. Tras investigar el sitio concluyeron que las muertes fueron causadas accidentalmente por pruebas militares ya que encontraron varios restos metálicos que podrían pertenecer a algún tipo de misil.
A pesar de ello, esta teoría no se ha confirmado al 100% y todavía hoy en día hay hallazgos que no encajan con ninguna teoría presentada.
La extraña muerte de estoy 9 excursionistas continúa siendo un auténtico misterio.
Un saludo
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