Luego de siete meses tras la cirugía, Richard Lee Norris no
presenta ningún indicio de haber sufrido un disparo en el rostro. Richard Lee Norris se disparó por accidente en el rostro en 1997. Por el
impacto, perdió su nariz, labios y la mayoría del movimiento de su
boca. Ahora, siete meses luego de un increíble trasplante de cara,
dientes, lengua y mandíbula, tiene un nuevo rostro que casi no muestra señales
de haber sufrido un accidente.
Antes de la cirugía, Norris había vivido 15 años recluido en el Hillsville,
Virginia, en donde se escondía tras una máscara y solo salía de noche. Gracias
al transplante, Norris ha recuperado la mayoría de las funciones que
tenía antes del disparo, incluso ahora puede oler, sentido que había perdido
luego del accidente.
"Puedo caminar por la calle y nadie se da vuelta a mirarme. Mis amigos han comenzado a tener sus vidas, teniendo familia y una carrera. Ahora yo puedo trabajar para la nueva vida que se me ha dado" señaló Norris a NBC.
Norris recibió el rostro de un donante anónimo en marzo, cuyos órganos además salvaron a cinco personas en el mismo día. El trasplante fue liderado por el Dr. Eduardo D. Rodriguez, profesor de cirugía de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos.
Un grupo de cien doctores, científicos, cirujanos plásticos y especialistas craneofaciales ayudaron en la operación, la cual tomó duró 36 horas y tomó diez años de investigación. Se espera que este caso sirva como modelo para ayudar a los veteranos de guerra heridos por explosivos en Afganistán, señaló la universidad.
"Puedo caminar por la calle y nadie se da vuelta a mirarme. Mis amigos han comenzado a tener sus vidas, teniendo familia y una carrera. Ahora yo puedo trabajar para la nueva vida que se me ha dado" señaló Norris a NBC.
Norris recibió el rostro de un donante anónimo en marzo, cuyos órganos además salvaron a cinco personas en el mismo día. El trasplante fue liderado por el Dr. Eduardo D. Rodriguez, profesor de cirugía de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos.
Un grupo de cien doctores, científicos, cirujanos plásticos y especialistas craneofaciales ayudaron en la operación, la cual tomó duró 36 horas y tomó diez años de investigación. Se espera que este caso sirva como modelo para ayudar a los veteranos de guerra heridos por explosivos en Afganistán, señaló la universidad.
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