miércoles, 6 de febrero de 2013

¿Qué es la tecnocracia?

Un mundo gobernado por la ciencia

“Tecnocracia” significa literalmente “gobierno de los técnicos“. El primer movimiento organizado de tecnócratas se origina en Estados Unidos allá por los años 30 y aboga por un sistema social donde el bienestar humano se optimiza mediante el análisis científico y el uso extendido de la tecnología.


                                                         El dinero tiene los días contados

El dólar ha muerto. El hambre y la miseria también. El gentil asesino que nos ha librado de esas cargas se llama tecnocracia y pretende alzarse como respuesta a las plegarias de todos aquellos que abogan por un mundo mejor, regido por la razón, la ciencia y la tecnología. Al menos esa es la loable intención de una inteligente forma de organizar una sociedad mediante la optimización de su desarrollo, basándose en la ciencia y la tecnología como motores de cambio y sustento.

Proponen la obtención de la máxima calidad de bienes y servicios al menor costo posible de energía, y la distribución de la cantidad máxima de bienes y servicios a todo el mundo. Sus planteamientos no pueden ser más objetivos y más atractivos. Pretenden conseguir una sociedad donde no exista la figura del dinero ni tampoco la del capitalismo o el comunismo. El término se deriva de los vocablos griegos tecno (“técnica”) y kratˆa (“fuerza”, “dominio” o “poder”).

Ellos organizan su modelo de sociedad en estas dos estructuras básicas:
Tecnatos, región sobre la cual operaría una sociedad tecnocrática. Todos los recursos y la industria de esta región o territorio serían usados para proporcionar una abundancia de bienes y servicios a los ciudadanos. Sería el equivalente a un país. Pero para poder formarlos se necesitan unos requisitos(sólo EEUU los reúne):
• Debe ser suficiente en recursos naturales para crear abundancia.
• Debe ser una base industrial y científica pre-existente
• Debe tener una cantidad suficiente de personal calificado para operar la infraestructura que proporciona la abundancia.

Urbanatos, asamblea de edificios donde los ciudadanos viven y trabajan. Estos lugares tendrían todas las instalaciones necesarias para la vida en comunidad como escuelas, hospitales, áreas comerciales, gestión de desperdicios e instalaciones de reciclaje, centros deportivos y áreas publicas. Seria el equivalente a las ciudades. Los urbanatos estarían conectados mediante una red de trenes de alta velocidad, redes de canales y transporte aéreo. Estos sistemas también estarían conectados a los sitios industriales para transporte de bienes a los consumidores y a todas las áreas vacacionales y recreacionales del tecnato. Basado en energía renovables y con mentalidad ecológica plena.

                                 La ciencia gobierna por encima de la política en este sistema

Lo que caracteriza a la tecnocracia es su intención de suplantar al poder político pues sus decisiones las tomarían desde la razón y lo puramente cuantificable, mientras que lo político lo hace desde la moral y la arbitrariedad. Para la mentalidad tecnócrata, verdad y razón están inexorablemente unidas. El criterio de eficiencia pura, cuantificable y medible, se sostiene como el ideal, desterrando toda consigna de gobierno político y sus juicios de valor. La ocupación de la esfera política trae consigo la demonización por incompetencia, por corrupción y por particularismos de los individuos que actúan tradicionalmente en ella.

De la desconfianza tecnocrática en la voluntad o en la capacidad de los individuos particulares o asociados de realizar un sistema económico más eficiente se deriva tanto la propensión a planificar la sociedad por medio de un sistema de control tecnoburocrático, como la expulsión de la vida social de todo principio que no sea cuantificable, la aversión hacia una concepción del bien común que no se reduzca a puro bienestar material. En definitiva, la tecnocracia aplasta el mal político de raíz y lo destierra lejos de su esfera de gobierno.

                                Las deudas nos encadenan a una vida cada vez mas axfisiante

Otra característica de la tecnocracia viene representada por su feroz oposición a la figura del dinero. En este tipo de sociedad el sistema capitalista actual debería ser dinamitado y hecho saltar en pedazos para dar paso a otro modelo de distribución de la riqueza basado en la energía. El movimiento tecnocrático busca establecer un sistema socioeconómico de crecimiento cero basado en la conservación, la abundancia en oposición a sistemas económicos basados en la escasez como son el capitalismo y el comunismo.

La principal conclusión del movimiento tecnocrático es que el actual sistema de precios basado en la escasez, es un medio ilógico de distribución en un mundo tecnológicamente avanzado. Afirman que la mayoría de los problemas sociales, como pobreza y hambre se deben a una economía defectuosa y al uso inapropiado de la tecnología. Señalan que el actual sistema de precios es un despilfarro porque utiliza tantos recursos como sean posibles para crear un número escaso de productos. Ese deficitario sistema nos obliga a endeudarnos para poder cubrir las necesidades, hasta un punto que acabará reventando toda la estructura económica mundial. Trabajamos más que nunca y sin embargo cada vez estamos más endeudados. Esto no funciona, en verdad.

                                       La moneda se llama “certificado o unidad de energía”

¿Pero cómo hacemos para vivir si no existen dólares en este sistema? Ellos proponen una contabilidad basada en la energía usada para producir y distribuir los bienes y servicios consumidos por los ciudadanos de un Tecnato. En vez de dólares se llamaría certificados o unidades de energía y serian repartidos entre los ciudadanos según la capacidad productiva total. Este “dinero energético” estaría computerizado y por tanto, imposible de usar físicamente. Además, no pueden ser ahorrados ni ganados, solo distribuidos. De este modo, se acaba con la corrupción, las agonías, los desajustes y las tropelías. Aseguran el estándar de vida más alto posible, así como también la igualdad entre los ciudadanos del Tecnato y prohíben el gasto de recursos más allá de la capacidad productiva o ecológica del Tecnato. Los tecnócratas señalan que la contabilidad de energía no es racionamiento, sino una forma de distribuir la abundancia y medir la demanda. Cada ciudadano del Tecnato debe recibir cantidades iguales de poder de consumo dentro del contexto de la sostenibilidad en los que los tecnócratas llaman un diseño social científico.

En general el ser humano posee una serie de necesidades representada en estos tres grandes grupos:
Necesidades Esenciales: Agua Limpia – Alimentos – Vivienda- Ropa básica
Necesidades Secundarias: Consumibles – Electricidad- Infraestructura- Transporte
Necesidades Terciarias: Lujo-Ciencias – Arte- Entretenimiento

La tecnocracia pretende resolver todas y cada una de las necesidades sin emplear el dinero, basándose en la abundancia de energía disponible y ahora aprovechable gracias a la ciencia y a la tecnología. Exploremos estos tres puntos críticos:
1. Demasiadas personas viven sin las necesidades esenciales.
2. El suministro de las necesidades esenciales, para todas y cada una de las personas del planeta, incluso de las necesidades secundarias, no es realmente tan difícil como parece. La tecnología puede hacerlo, es decir, la automatización.
3. Una vez que cada uno ha sido proveído de las necesidades esenciales y secundarias, la necesidad de trabajar será erradicada, cambiando de forma fundamental de sociedad.

                                                        Disponemos de abundante energía

Nos encontramos inmersos en una vorágine tecnológica sin precedentes. La calidad y cantidad de avances crece de manera exponencial conforme se van descubriendo más y más cosas. La nanotecnología, la física, la química, la ingeniería, se ponen a disposición del ser humano para lograr extraer y aprovechar la única cosa de que disponemos en abundancia: la energía. Esa es la clave. Con tanta abundancia de ella, podemos fabricar masivamente los bienes de necesidad esencial e incluso hasta los secundarios. Con la humanidad centrada en la tercera necesidad, el avance de las ciencias será aun más poderoso y el conocimiento se realimentará a si mismo de modo que ya nadie tendría que preocuparse por la energía, que fluirá prácticamente inagotable, permitiendo más automatización de los procedimientos y perpetuando la generación de los bienes necesarios.

Con todo el mundo instalado en el tercer nivel de necesidades el planeta conocería una época dorada del las artes y las ciencias, como jamás se había imaginado. Y una vez alcanzado un reparto equitativo por medio de este sistema productivo optimizado y abundante, la necesidad de trabajar se antojaría innecesaria. La erradicación del trabajo, por fin. Un sueño hecho realidad. Para todos y cada uno de los habitantes de nuestro mundo.

El amanecer de una nueva sociedad más justa, más igualitaria y más plena

Con el dólar enterrado y la igualdad instaurada, este sistema social sueña con ser la panacea de nuestra cansada sociedad, agotada de tanta extorsión institucionalizada en forma de banco, hastiada de ver aumentar las desigualdades entre culturas y rota por soportar tanto despropósito ecológico por todas partes. La tecnocracia promete un planeta regido por un criterio científico, gobernada por la razón pura, basada en una mentalidad ecológica y dispuesta a fundamentarse en el sostenimiento mundial de los recursos.

El sistema que proponen es muy loable pero realmente difícil de llevar a cabo, sin embargo las utopías sirven precisamente para fijar una meta hacia la que dirigir nuestros esfuerzos para mejorar como sociedad y como individuos. El espíritu de la tecnocracia se mueve en esa línea. Está claro que a pesar de ello, los promotores de esa idea no dejan de ser personas. Y como decía aquel, “una sociedad perfecta necesita personas perfectas”. Quizá nunca alcancemos esa meta, pero mientras se mantenga la lucha hacia el ideal, dejaremos mucha basura en el camino.

Y como en todo ideal, deberemos esperar a abrir los ojos para ver si, en realidad, aquello fue sólo un sueño.

No hay comentarios.: