Los científicos estadounidenses confirman que el agua salada del mar se puede utilizar como combustible para propulsar micromotores.
Un equipo de científicos de la Universidad de California, EE.UU., liderado por Joseph Wang, ha diseñado unos micromotores de micropartículas de magnesio biodegradables que podrán generar energía de su entorno circundante sin dañar al medio ambiente.
El dispositivo se alimenta de agua de mar en vez de basarse en peróxido de hidrógeno como fuente de combustible externa, como los motores catalíticos.
El mecanismo principal de los micromotores funciona mediante las burbujas de hidrógeno generado a partir de la reacción de magnesio y agua.
“Los micromotores consiguen una propulsión eficiente y prolongada en cloruro de ambientes ricos, como el agua del mar, debido al cloruro combatiendo a los procesos de corrosión. La presencia de una ‘bicapa’ de oro también mejora la reacción de magnesio-agua y conduce a un movimiento eficiente en el agua de mar”, explica Wang.
Otro científico de la Universidad de Burdeos, Francia, Alexander Kuhn, destaca la ventaja principal del dispositivo: que “el combustible ya está integrado en él en forma de un metal reactivo, en este caso de magnesio, que se somete a una reacción espontánea con el agua”.
Experimentos científicos han demostrado que los micromotores son capaces de captar y transportar gotas de aceite en el agua contaminada del mar. Sin embargo, esta capacidad disminuye significativamente su velocidad de 90 a 40 micrómetros por segundo.
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