España se adelanta a la NASA:
En mayo, la comunidad geek, sobre todo los seguidores de una de las tecnologías de moda, la impresión 3D, recibieron con entusiasmo la noticia: la NASA había empezado a trabajar en el prototipo de un dispositivo para imprimir comida, con la pizza como elemento principal en su repertorio de diseños culinarios.
Ahora, Natural Machines, una jovencísima startup con sede en Barcelona, ha tomado la delantera en la Tierra. Acaban de presentar el primer modelo comercial basado en el mismo concepto. "En la actualidad, no hay ningún modelo de impresora de comida lanzado a nivel comercial, todos se mantienen en prototipos.
Deberíamos ser los primeros", explica aTeknautas Emilio Sepúlveda, CEO de la compañía, de la que ya se han hecho eco enThe Wall Street Journal. Junto a él, el equipo fundador está formado por Rosa Avellaneda, Alex Moreu y Lynette Kucsma, extrabajadora de Microsoft.
El objetivo a largo plazo de la empresa encargada del proyecto de la NASA, Systems and Materials Research, es proveer a la institución de la tecnología necesaria para que los astronautas creen su propia comida en las misiones espaciales, permitiendo conservar los alimentos hasta un total de 30 años. De esta forma, los cartuchos del dispositivo, de nombre Contractor, están cargados (en forma de polvo) de todos los nutrientes, proteínas y carbohidratos necesarios para una dieta equilibrada.
Por su parte, la impresora española, llamada Foodini, está especializada en la creación de postres, pastas y panes. Incluso hamburguesas vegetarianas. En general, cualquier tipo de receta basada en masas o fluidos. "El límite lo pone la imaginación. Dependiendo de lo que quieras crear, los ingredientes serán unos u otros.
En la empresa tenemos dos socias veganas, y por eso hemos hecho muchas pruebas con ingredientes frescos, vegetarianos. Al principio, la gente cree que al aplicar la tecnología de impresión 3D a la cocina el resultado será un tipo de gastronomía poco sana, pero nosotros pensamos justo en lo contrario", apunta.
Seis tipos de ingredientes
La impresora Foodini incorpora seis cápsulas para introducir los diferentes ingredientes. A partir de su combinación, se generan los platos. En ese sentido, representa un significativa diferencia con los modelos tradicionales de impresoras 3D, que sólo utilizan un tipo de material.
"Aunque en las cápsulas no se pueden introducir cacahuetes, por ejemplo. Ni líquidos. La masa para hacer pan sí, porque no deja de ser una pasta".En la línea de los robots de cocina convencionales, el nuevo dispositivo cuenta con un sistema para programar la hora de preparación de la comida; y también incorpora un mecanismo para mantener caliente el plato hasta el momento de su consumo. Además, la impresora permite calibrar el nivel de calorías dentro de una receta.
En principio, los fundadores de Natural Machines concibieron el producto como un sistema para preparar platos vegetarios, pero la evolución de la idea ha dado como resultado un modelo mucho más ambicioso.
A la venta en enero
Concebida para su uso doméstico, como un electrodoméstico más en nuestros hogares, el precio de salida del producto ya está fijado. La primeras versiones costarán alrededor de 1.000 € y empezarán a comercializarse en enero de 2014, en una fase inicial de preventa.
"Hemos acabado el desarrollo tecnológico y los primeros diseños de fábrica nos llegarán desde China dentro de cuatro semanas. Haremos más pruebas, y después de la fase preventa lanzaremos el producto a partir del segundo trimestre de 2014. La modalidad de venta dependerá del mercado. Los canales online funcionan muy bien en Europa y EEUU, pero en Asia no confían tanto en internet, así que allí haremos una venta más física".
Además, Foodini es también una impresora social. Conectada siempre a internet, los usuarios podrán configurar el dispositivo, por ejemplo, para que tuitee en directo el plato que acaban de preparar. El objetivo es crear una comunidad global de usuarios que compartan sus diseños gastronómicos.
En cuanto a su funcionamiento, "es muy similar a una tablet, y funciona con una aplicación, aunque también se puede usar desde tu propio teléfono", apunta el CEO de Natural Machines. A través de un programa, el usuario podrá configurar y compartir sus propias recetas, además de comprar los diseños estándar en una tienda online. Igualmente, se podrán importar recetas desde otros programas de diseño. "Por ejemplo, si tienes una figura de chocolate muy elaborada que deseas incluir".
Comentario: Es vergonzoso que, dado el lamentable estado de la industria alimenticia y las consecuencias terribles para nuestras salud, se esté perdiendo el tiempo en crear comida basura en 3D. ¡Mundo de locos! ¡Mundo de psicópatas!
David Pérez
El Confidencial
mar, 26 nov 2013 12:49 CST
Hamburguesa vegetariana impresa con Foodini.
En mayo, la comunidad geek, sobre todo los seguidores de una de las tecnologías de moda, la impresión 3D, recibieron con entusiasmo la noticia: la NASA había empezado a trabajar en el prototipo de un dispositivo para imprimir comida, con la pizza como elemento principal en su repertorio de diseños culinarios.
La impresora 3D de comida Foodini se empezará a comercializar en enero de 2014.
Ahora, Natural Machines, una jovencísima startup con sede en Barcelona, ha tomado la delantera en la Tierra. Acaban de presentar el primer modelo comercial basado en el mismo concepto. "En la actualidad, no hay ningún modelo de impresora de comida lanzado a nivel comercial, todos se mantienen en prototipos.
Deberíamos ser los primeros", explica aTeknautas Emilio Sepúlveda, CEO de la compañía, de la que ya se han hecho eco enThe Wall Street Journal. Junto a él, el equipo fundador está formado por Rosa Avellaneda, Alex Moreu y Lynette Kucsma, extrabajadora de Microsoft.
El objetivo a largo plazo de la empresa encargada del proyecto de la NASA, Systems and Materials Research, es proveer a la institución de la tecnología necesaria para que los astronautas creen su propia comida en las misiones espaciales, permitiendo conservar los alimentos hasta un total de 30 años. De esta forma, los cartuchos del dispositivo, de nombre Contractor, están cargados (en forma de polvo) de todos los nutrientes, proteínas y carbohidratos necesarios para una dieta equilibrada.
Por su parte, la impresora española, llamada Foodini, está especializada en la creación de postres, pastas y panes. Incluso hamburguesas vegetarianas. En general, cualquier tipo de receta basada en masas o fluidos. "El límite lo pone la imaginación. Dependiendo de lo que quieras crear, los ingredientes serán unos u otros.
En la empresa tenemos dos socias veganas, y por eso hemos hecho muchas pruebas con ingredientes frescos, vegetarianos. Al principio, la gente cree que al aplicar la tecnología de impresión 3D a la cocina el resultado será un tipo de gastronomía poco sana, pero nosotros pensamos justo en lo contrario", apunta.
Seis tipos de ingredientes
La impresora Foodini incorpora seis cápsulas para introducir los diferentes ingredientes. A partir de su combinación, se generan los platos. En ese sentido, representa un significativa diferencia con los modelos tradicionales de impresoras 3D, que sólo utilizan un tipo de material.
"Aunque en las cápsulas no se pueden introducir cacahuetes, por ejemplo. Ni líquidos. La masa para hacer pan sí, porque no deja de ser una pasta".En la línea de los robots de cocina convencionales, el nuevo dispositivo cuenta con un sistema para programar la hora de preparación de la comida; y también incorpora un mecanismo para mantener caliente el plato hasta el momento de su consumo. Además, la impresora permite calibrar el nivel de calorías dentro de una receta.
En principio, los fundadores de Natural Machines concibieron el producto como un sistema para preparar platos vegetarios, pero la evolución de la idea ha dado como resultado un modelo mucho más ambicioso.
A la venta en enero
Concebida para su uso doméstico, como un electrodoméstico más en nuestros hogares, el precio de salida del producto ya está fijado. La primeras versiones costarán alrededor de 1.000 € y empezarán a comercializarse en enero de 2014, en una fase inicial de preventa.
"Hemos acabado el desarrollo tecnológico y los primeros diseños de fábrica nos llegarán desde China dentro de cuatro semanas. Haremos más pruebas, y después de la fase preventa lanzaremos el producto a partir del segundo trimestre de 2014. La modalidad de venta dependerá del mercado. Los canales online funcionan muy bien en Europa y EEUU, pero en Asia no confían tanto en internet, así que allí haremos una venta más física".
Aunque los usuarios particulares son su principal nicho, teniendo en cuenta la alta cantidad de demandas que están recibiendo desde empresas de catering los creadores de Foodini no descartan llevar el producto hasta el ámbito profesional, introduciendo su impresora 3D en los restaurantes de alta cocina como una nueva herramienta de trabajo.
Además, Foodini es también una impresora social. Conectada siempre a internet, los usuarios podrán configurar el dispositivo, por ejemplo, para que tuitee en directo el plato que acaban de preparar. El objetivo es crear una comunidad global de usuarios que compartan sus diseños gastronómicos.
En cuanto a su funcionamiento, "es muy similar a una tablet, y funciona con una aplicación, aunque también se puede usar desde tu propio teléfono", apunta el CEO de Natural Machines. A través de un programa, el usuario podrá configurar y compartir sus propias recetas, además de comprar los diseños estándar en una tienda online. Igualmente, se podrán importar recetas desde otros programas de diseño. "Por ejemplo, si tienes una figura de chocolate muy elaborada que deseas incluir".
Comentario: Es vergonzoso que, dado el lamentable estado de la industria alimenticia y las consecuencias terribles para nuestras salud, se esté perdiendo el tiempo en crear comida basura en 3D. ¡Mundo de locos! ¡Mundo de psicópatas!
David Pérez
El Confidencial
mar, 26 nov 2013 12:49 CST
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