Los primeros días del próximo diciembre podrían marcar sus vidas con un espectáculo único. Con un poco de suerte podrían observar con sus propios ojos un fenómeno celestial que no sucede cada día: un cometa en el cielo en todo su esplendor.
El cometa ISON, bautizado como ‘el cometa del siglo’, se está acercando al Sol y ahora se puede ver desde la Tierra, incluso a simple vista. El 28 de noviembre vivirá un momento crítico: alcanzará el perihelio, el punto más cercano al Sol, que decidirá su destino. En aquel momento el cometa, que pertenece al tipo ‘sungrazer comets’ (cometas que rozan el Sol), estará a 1,16 millones de kilómetros del astro solar, es decir, 40 veces más cerca de la estrella que Mercurio. La temperatura en su superficie entonces alcanzara miles de grados.
No se sabe si el cometa sobrevivirá al ‘abrazo’ del Sol. Ello depende de su tamaño: los pequeños cometas ‘mueren’, pero ISON mide unos 2 kilómetros, lo que lo pone justo en el límite de la supervivencia.
Las opciones
Existen básicamente tres escenarios para su futuro próximo, señala Matthew Knight, astrónomo del Observatorio Lowell del estado de Arizona, quien observa al cometa desde el año pasado. ISON podría repetir el destino del cometa Lovejoy, que rozó nuestra estrella en otoño del año 2011. El tamaño le permitió sobrevivir el encuentro inmediato, pero unos días después de salir de la corona solar Lovejoy se destruyó por los daños causados por la gravedad solar.
Otra opción puede ser que ISON sea como el cometa Encke, que ha regresado a ‘besar’ al Sol unas 70 veces después de ser descubierto en 1786.
Existe también otra opción que aspiran ver los astrónomos, sostiene Knight. Es lo que le sucedió al cometa Ikeya-Seki en 1965. La subida de la temperatura incendió los gases de su núcleo y pocos días después de salir de la corona solar Ikeya-Seki desarrolló una enorme cola cuya belleza pudieron contemplar millones de personas en la Tierra. Así pues, después de pasar el perihelio el 28 de noviembre, cuando solo los observatorios solares lo podrán ver, en diciembre ISON podría deleitarnos con todo un espectáculo en el cielo nocturno.
El cometa Ikeya-Seki
Claro está, los astrónomos esperan que ISON repita el destino de Ikeya-Seki no solo porque les encantan los ‘shows’ celestiales, sino porque en este caso podrían obtener algunos datos importantes sobre el nacimiento de nuestro Sistema Solar y la vida.
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