Las autoridades alemanas confiscaron un tesoro de oro y plata estimado en más de un millón de euros que un arqueólogo aficionado trató de vender tras hallarlo. Varios expertos se preguntan si las joyas son parte del mítico tesoro de los nibelungos.
Las joyas fueron desenterradas ilegalmente por un hombre con un detector de metales en el estado de Renania-Palatinado, en el oeste de Alemania. Las autoridades confiscaron el tesoro después de que el hombre intentara vender la mercancía en el mercado negro. Tras una inspección, los arqueólogos no descartan que el extravagante hallazgo, compuesto de jarros y broches, así como de trajes ceremoniales y pequeñas estatuas, sea parte del tesoro de los nibelungos.
No obstante, nada está claro. “En cuanto al calendario y a la geografía el hallazgo concuerda con la época de la leyenda de los nibelungos”, explica a Reuters Axel von Berg, arqueólogo jefe del estado, lamentando que por el momento no puedan afirmar “si realmente pertenece al tesoro de los nibelungos”. Las autoridades ya han puesto en marcha una investigación sobre el hombre que excavó ilegalmente las joyas e intentó venderlas ilegalmente.
La leyenda
Los cazadores de tesoros han estado buscado el mítico tesoro durante décadas, pero nunca han encontrado nada del botín que posiblemente fue enterrado en algún lugar a lo largo del río Rin. Según la leyenda, un príncipe y matador de dragones llamado Sigfrido asesinó a los príncipes nibelungos tras discutir con ellos sobre la forma de repartir el tesoro y se quedó con él. Posteriormente, Hagen de Tronje, un vasallo de la reina de Islandia, lo asesinó y tras apoderarse de las riquezas las arrojó al río Rin.
Los nibelungos pertenecen a un pueblo mitológico de las leyendas germánicas descritos como enanos que vivían en las profundidades de la tierra y se dedicaban a la extracción de metales. La descripción de estos seres proviene del poema épico medieval del siglo XII ‘El cantar de los nibelungos’, inspirado en diversos conflictos que tuvieron lugar en los siglos V y VII.
Cabe señalar que el río ha cambiado su curso varias veces durante los siglos, por lo que el tesoro no necesariamente se encontraría bajo el agua.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario