En medio de la llamada internacional para bajar la tensión en la península coreana y pese a las protestas de Pyongyang contra las medidas provocativas del vecino sureño, Corea del Sur, Japón y EEUU iniciaron este jueves unos ejercicios militares conjuntos en aguas surcoreanas.
Las maniobras previstas anteriormente para el pasado martes, se postergaron por la llegada de un tifón al extremo sur de la península coreana, anunció un portavoz de Defensa de Corea del Sur.
Los ejercicios anuales que forman parte de un entrenamiento rutinario de los tres aliados a fin de mantenerse preparados ante lo que consideran la amenaza a la seguridad del Norte, han hecho encender las alarmas en el país norcoreano, que desde principios de esta semana mantiene en alerta a su Ejército.
Las autoridades de Pyongyang han considerado las maniobras como una “amenaza de ataque nuclear”, y amenazan con realizar “ataques preventivos de aniquilación” como respuesta a cualquier provocación militar por parte de Seúl y Washington.
Para iniciar las prácticas, EE.UU. envió el USS George Washington, un gran portaaviones de propulsión nuclear estadounidense con capacidad para acoger hasta 70 cazas, a las aguas surcoreanas, donde están presente además, el crucero USS Antietam y el destructor USS Preble, ambos con sistemas de misiles guiados.
Corea del Norte protestó por la presencia del portaaviones estadounidense en aguas del Sur y advirtió a Washington sobre “los desastres más impredecibles” que pueden provocar esta medida.
Asimismo, los destructores Aegis y aviones de combate de Corea del Sur y Japón participarán en las operaciones de búsqueda y rescate en el mar, en estas maniobras.
La tensión en la península coreana se agudizó tras la aprobación por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) de nuevas sanciones contra Corea del Norte, en respuesta a su tercera prueba nuclear.
La tensión en la península coreana se agudizó tras la aprobación por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) de nuevas sanciones contra Corea del Norte, en respuesta a su tercera prueba nuclear.
Pyongyang mostró su profundo rechazo hacia esta resolución del organismo, tachándola de “fruto de la política hostil de EE.UU.” contra la nación norcoreana.
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