Cada mañana en que sale el sol, nos trae esperanza. No arrastra consigo nada de ayer ni de anteayer. Esparce su luz. Da la bienvenida a todos, y todo comienza a cobrar vida, a vivir. La vida se pone en marcha. Ha tenido su oportunidad de descansar, de contemplar, de pensar, de reflexionar. Luego, al atardecer, el sol se pone y todo empieza a calmarse, como diciendo:
“Descansa, comprende, esta es tu vida, esta es tu existencia. En realidad, no hay nada más valioso”
Lamentablemente, tú no lo ves así. Es triste pero concedes prioridad a cualquier otra cosa, y todo eso a lo que das prioridad aceptará tu esfuerzo, te comprometerá, te arrastra, fingirá necesitarte. Y un día como un castillo de arena, desaparecerá sin dejar ni rastro.
“Cada uno de vosotros tiene un sueño, pero para
soñar este sueño tan especial, tenéis que estar despiertos; tenéis que ser
conscientes.” Así es el tiempo. Nos lleva, nos consume y luego
nos recoge. Sin dejar ninguna huella, al final, tampoco quedará rastro de ti,
absolutamente nada; todos tus pensamientos, tus ambigüedades, tus ideas, tu
amor, tu odio, tu pasión…, no quedará ni rastro de ellos.
Piensa en cuántos han estado en este planeta
antes que tú; todos ellos pasaron por las mismas cosas por las que tú pasas. No
eres el primero que llora, ni el primero que ríe. No eres el primero que siente
dolor, ni el primero que siente alegría, ni el primero que siente ira, no eres
el primero que siente incertidumbre, ni el primero en sentir temor. Muchísimos
antes que tú han sentido todo esto. Y muchísimos, se han ido y no han dejado ni
rastro. Como la marea, el agua mueve la arena y borra todas las huellas; eso
ocurrirá pero no tenemos tiempo para pensar en estas cosas: “Tengo otras cosas
que hacer”. La gente utiliza esta famosa frase: “Seamos prácticos”. Y yo debo
preguntar:
“¿Qué quieren decir con ‘práctico’?”
“Se realista,” dicen, ¿Qué significa ser
realista?” ¿Qué es real? Hace mucho tiempo, Tulsidas dijo: “Todo lo que
alcance a ver estos ojos, considérelo una ilusión“.
¿Qué parte de esta vida es real? ¿Qué es un ser
humano? En mi opinión, cuando se unen lo inmortal y lo mortal, lo indestructible
y lo más destructible, lo infinito y lo finito…, cuando esas dos cosas se
encuentran, se funde, y tenemos un ser humano. Ni más, ni menos. Una cosa era,
es y siempre será; la otra no era, pero es y no será. No es un gran misterio,
sino algo muy simple. Así pues, ¿qué utilizo para reconocer cada una de esas
cosas? ¿Utilizo lo infinito para reconocer lo finito? ¿Utilizo lo inmortal, que
está dentro de mi, pare reconocer lo mortal? ¿O utilizo lo mortal para reconocer
lo inmortal?
No os confundáis, no hace falta ser un científico
espacial para entender esto. ¿Debes cargar con el coche o debe el coche cargarte
a ti? Si tuvieras un caballo, ¿debería el caballo montarte o deberías tú montar
el caballo?
Porque lo infinito no tiene ninguna necesidad de
reconocer lo finito; lo mortal, lo destructible, se ha hecho para sentir.
Conéctate a lo verdadero y se producirá la magia. Móntate en un caballo y podrás
ir algún lugar, intenta cargar con él sobre tu espalda y no llegarás muy lejos.
De hecho, si intentas cargar un caballo a tu espalda, podrás conseguir el
divorcio entre lo inmortal y lo mortal.
“El mundo entero se pregunta qué es la felicidad.
La verdadera felicidad está dentro, está en el corazón, está en esta vida”
La última vez que sentiste alegría, como en
éxtasis, ¿dónde sentiste, exactamente, ese sentimiento? Muchas personas a las
que se lo he preguntado, han dicho: “Venía de mi interior, estaba dentro de mi,
impregnaba todo mi ser”. Nunca dicen. “La felicidad estaba allí y podría verla y
sentir como rebotaba sobre mi piel, como el sol”. Siempre dicen: “Surgía de mi
interior”. Esa es una pista muy buena, justo lo que estás buscando está también
dentro de ti. ¿Estaba? No. ¿Está? Sí. ¿Estará? No lo sé, pero, está.
Este momento es increíble. ¿Alguna vez has
intentado unir los polos de igual signo de dos imanes? No se puede, porque se
repelen. Cuanto mayor es el imán, mayor es la resistencia. Pues bien, el tiempo
es algo muy poderoso. A un lado está el pasado y, al otro, el futuro, cuando
esas dos cosas se encuentran, no pueden unirse, algo las obliga a separarse sólo
un poquito, y toda la energía, toda la tecnología del mundo, no pueden fundir el
pasado y el futuro. Queda un pequeño espacio, tan poderoso que nada puede
sacarlo de ahí. En ese pequeño espacio está el momento llamado “ahora”. En ese
pequeño espacio, y sólo en ese pequeño espacio, tú existes. La ley del tiempo no
te permite retroceder ni una millonésima de segundo y tampoco te permite avanzar
ni una millonésima de segundo hacia el futuro, debes permanecer en ese diminuto,
poderoso y pequeño espacio llamado “ahora”. Y mientras estés en ese lugar
estarás contigo mismo.
El conductor está en su asiento, el motor en el
capó, el depósito en su sitio, la gasolina fluye y todo funciona perfectamente.
Sin embargo, a ti, como conductor, se te ha dado una capacidad asombrosa: puedes
proyectarte hacia el futuro. En realidad, no sabes como será; es un simulacro. O
puedes volar hacia el pasado. Pero siempre debes regresar al “ahora”. Si te
quedas colgado en el pasado, eres seducido por la simulación, no estás contigo
mismo. Y cuando no estás contigo mismo, surge la ambigüedad. Entonces ya nadie
conduce. El resultado es inconsciencia, y de la inconsciencia llega el dolor del
pasado, creado por el dolor. Del pasado llego el miedo. En tu imaginación,
puedes volar de un lugar a otro, y así lo haces, pero no en la realidad. Recoges
miedo del pasado y lo proyectas hacia el futuro, y todo por una razón: para no
volver a sentir de nuevo el dolor.
Sin embargo, por mucho que vayas y vengas, nunca
evitarás el dolor. Sólo hay una forma de lograrlo. Para empezar, el dolor
apareció porque no había nadie al volante. Fue un momento de
inconsciencia. No evitas el dolor desenterrando miedo. Lo evitas sentándote en
el asiento y diciendo: “No abandono, me quedo aquí mismo”, y eso no es
fácil.
Cada uno de vosotros tiene un sueño, pero para
soñar este sueño tan especial, tenéis que estar despiertos, tenéis que ser
conscientes. Este sueño trata de ti, de tu vida, de la realidad. Es un sueño
sobre el amor y la gratitud que yace encerrada en cada ser humano. Déjala que
cante.
“En ti reside el simple silencio, permanece
callado y escucha”
“Todos los caminos acaban, y del mismo modo,
todos los viajes que se hacen por ellos acabarán algún día. Encuentra el
universo dentro de ti y podrás viajar para siempre.”
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