LA MUERTE NO ES COMO NOS HACEN
CREER:
Rafael López-Guerrero, investigador
y científico madrileño, forma parte del equipo Starviewer, dónde se reúnen más
de 200 científicos, de todo el mundo y de diversas disciplinas, para divulgar de
forma fácil los conocimientos científicos que, normalmente, están vetados al
ciudadano ordinario.
Afirma que la canalización tiene
mucho que ver con las ondas Schumann, o sea, que nuestras facultades
paranormales van a ir en aumento en la medida que aumente el rango de vibración
del pulso electromagnético de nuestra ionosfera. Tiene que ver con la conexión
entre la macrofrecuencia (Cosmos) y la microfrecuencia (Humanidad) En el
Universo hay ondas que emiten en frecuencias muy altas (rayos Gamma), pero
también hay ondas de baja frecuencia, que son las que nos conectan con el
Universo.
Según la ciencia de investigación,
no la de divulgación, estamos conectados al Universo a través de un gen en
nuestro genoma. Han descubierto que cuando morimos hay frecuencias que se
activan en nosotros y una parte de nosotros, en nuestro ser, genera un salto
cuántico, activando la frecuencia de ese gen. Es decir, tenemos en nuestro ADN
una especie de led en stand-by, el cual se activa en el momento
que nuestras funciones físicas se apagan y morimos.
Hay una bibliografía
científica extensísima sobre personas que han muerto y regresan a la vida.
relatan que vieron un túnel oscuro con una luz al fondo. Estas experiencias, son
saltos cuánticos que produce un pliegue en el espacio-tiempo que nos conecta
desde la frecuencia, 7,8 Hz, a la frecuencia del Universo, 800 GHz.
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