En lo alto de una gran colina, en un frondoso bosque de Carolina del Norte, EE.UU., se encuentra lo más inesperado: un castillo con un puente levadizo y un búnker subterráneo.
El castillo, aún sin concluir, es obra de una familia estadounidense que se prepara para un día en que el mundo se enfrente a un pulso electromagnético y la red eléctrica se colapse.
El padre de la familia, Brent, comenzó a prepararse para el “fin de los días” en 1999, antes del problema informático del año 2000. El ingeniero aeronáutico y exdirector de entrenamiento de infantería del Ejército cuenta ya con la ayuda de cinco de sus diez hijos para trabajar en su “castillo del Juicio Final”.
“Fue antes del problema de 2000. Me preocupaba que los ordenadores lo controlaran todo, empezando por el gas natural y terminando por la electricidad. [Tras el efecto 2000] me calmé un par de años porque no quería que la gente pensara que estaba loco, pero luego volví a mi idea”, dijo Brent al sito web de noticias científicas Live Science.
A la pregunta de qué le hace pensar que habrá un pulso electromagnético que pudiera noquear la red eléctrica, Brent respondió que se trata de una posibilidad real: “Una explosión nuclear en la alta atmósfera podría dejar sin electricidad a una cuarta parte de los Estados Unidos. Las llamaradas solares son también un riesgo para los planes de gestión ambiental”.
“Un hombre con 10 hijos tiene la obligación divina de cuidarlos, y he creado un fideicomiso de 100 años por lo que el castillo no puede venderse. Cada hijo podrá estar en el castillo durante cinco semanas al año. He construido este castillo para defendernos de los saqueadores y para tener un lugar dónde podamos vivir sin electricidad”, explicó el estadounidense.
La familia protagonizó un nuevo programa del canal National Geographic llamado ‘El castillo del Juicio Final’. Los familiares no han desvelado su apellido ni la ubicación exacta del castillo por temor a los aficionados curiosos u hostiles.
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