El papa Francisco recurrió en menos de una semana a expresiones no muy católicas, pero muy gráficas, para expresar su punto de vista, confirmando su voluntad de acercarse a la gente, aunque a veces incomode.
En el avión que lo llevaba el jueves de Sri Lanka a Filipinas, pareció amenazar con darle un puñetazo a cualquiera que hablara mal de su madre.
En el que lo conducía a Roma el lunes, criticó a los católicos que procrean "como conejos", insistiendo en que el mensaje cristianos era el de una "paternidad responsable".
"Si un gran amigo habla mal de mi madre, puede esperarse un puñetazo", declaró mientras explicaba, respecto al atentado contra Charlie Hebdo, que había "límites" para la libertad de expresión.
La fórmula, que acompañó de una sonrisa y de una suerte de puñetazo al aire, provocó algunas risas y bastante asombro entre los periodistas que acompañaban al pontífice en su gira por Asia.
"Una ocurrencia no muy católica, pero muy simpática", comentó esta semana Massimo Cacciari, filósofo próximo a la izquierda política y antiguo alcalde de Venecia.
Un mensaje "sencillamente genial", consideró, por su parte, el director del diario católico italiano Avvenire, Marco Tarquinio, porque, al recurrir a la figura materna, habló a creyentes y no creyentes.
"El papa recurre a su propio lenguaje", agregó, aunque a veces pueda desconcertar a los que recuerdan el mensaje no violento del Evangelio y la llamada de Jesús a poner la otra mejilla.
De hecho, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, tuvo que aclarar las palabras del pontífice el viernes para evitar que se malinterpretaran. "Obviamente no está incitando a la violencia", insistió en Filipinas.
- "Papa pop" -
El propio papa volvió sobre el asunto frente a los mismos periodistas, durante su regreso a Roma.
"En principio, podemos decir que una reacción violenta ante una ofensa no es algo bueno. No hay que hacerlo", recordó. "Pero somos seres humanos, necesitamos prudencia: es una virtud de la coexistencia humana (...). No puedo provocar, insultar continuamente. El riesgo es recibir una reacción injusta".
Justo antes, volvió a incomodar a los vaticanistas acostumbrados al estilo más formal y medido de sus predecesores, al declarar que los cristianos no tienen que procrear "como conejos".
Su tono distendido no cambia, sin embargo, el fondo del discurso. Francisco recordó y alabó la oposición de Pablo VI a cualquier forma de contracepción artificial, repitiendo que "la apertura a la vida" era "una condición del sacramento del matrimonio".
Y para llamar a las parejas cristianas a ejercer una "paternidad responsable", evocó la "irresponsabilidad" con la que habló hace unos meses, que estaba embarazada de un octavo niño tras haber sufrido siete cesáreas.
Pero "Dios te da la manera de ser responsable", insistió el pontífice, abogando por una contracepción natural a través de la abstinencia durante los periodos de fertilidad de la mujer.
"Creced y multiplicaos, pero sin exagerar", bromeaba este martes el escritor Massimo Gramellini en su columna del diario italiano La Stampa, destacando que el corolario del "Discurso del Conejo" no era un hipotético "Discurso del Preservativo".
"Durante las próximas actuaciones del papa pop, esperamos explicaciones sobre otros métodos más invasivos (...) como la ducha helada, la tele encendida durante un encuentro de Liga de Campeones, el armario contra la puerta de la habitación para impedir que entre la pareja", añadió.
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