Parte 3
Nuestro corazón, ese pedazo de carne que está siempre moviéndose a impulsos en tu interior. Y es que aparte de los ya explicados, existen otros aspectos pocos conocidos sobre nuestro corazón. Por ejemplo, si las últimas investigaciones afirman que es independiente, ¿Es posible que reaccione a estímulos externos fácilmente medibles como por ejemplo la música
LA MÚSICA
El doctor italiano Luciano Bernardi y su equipo investigador, en la Universidad de Pavía, descubrieron que la música se podía utilizar para modular el sistema cardiovascular. Esta noticia se encuentra aquí (http://www.medicinatv.com/noticias/musica-para-la-tension-arterial-198415). Este es un resumen publicado en 2009 de la investigación realizada por Bernardi (el resultado completo lo puedes leer aquí):
En el año 2008 el equipo investigador del Dr. Teppo Särkämö de la Universidad de Helsinki en Finlandia, reclutó a 60 pacientes que habían tenido un infarto cerebral reciente, todos ellos con daños neurológicos y cognitivos.
Los dividió en tres grupos para realizar el experimento:
Todos los pacientes mejoraron al cabo de unas semanas, pero en distinto porcentaje. Tras realizar las pruebas cognitivas y memorísticas se descubrió que los pacientes que habían escuchado música habían mejorado en un asombroso 60%, frente al 20% de los otros. La mejoría del “GRUPO 1″ también se reflejó en una menor confusión y menores estados de depresión.
EL CORAZÓN TIENE RAZONES QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE
Esa frase pertenece al físico y filósofo francés Blaise Pascal, resumiendo la idea de que muchas veces los sentimientos van por un camino distinto al que dicta nuestra mente. En cambio hoy día los neurólogos están obsesionados con el cerebro, dando la impresión de considerarlo como el único creador de la conciencia humana. Como hemos visto, esa convicción está siendo puesta en entredicho por los últimos descubrimientos científicos, renovando las antiguas creencias de que es el corazón y no el cerebro el depositario de nuestra inteligencia emocional (de hecho la cultura china defiende que el corazón alberga el shen, concepto similar a lo que en occidente llamamos alma).
CONCLUSIÓN
Pareciera que no hagamos otra cosa que retomar y adornar con lenguaje científico las primitivas creencias de nuestros ancestros: Desde los “Corazones Sangrantes” de Shakespeare hasta el Sagrado Corazón de Jesús, pasando por las letras de los tangos o los dramas griegos, todo parece indicarnos que es en el corazón donde radican las emociones humanas: Dolor, Amor, Alegría, Sufrimiento, Pasión y la Paz Interior.
Nuestro corazón, ese pedazo de carne que está siempre moviéndose a impulsos en tu interior. Y es que aparte de los ya explicados, existen otros aspectos pocos conocidos sobre nuestro corazón. Por ejemplo, si las últimas investigaciones afirman que es independiente, ¿Es posible que reaccione a estímulos externos fácilmente medibles como por ejemplo la música
LA MÚSICA
El doctor italiano Luciano Bernardi y su equipo investigador, en la Universidad de Pavía, descubrieron que la música se podía utilizar para modular el sistema cardiovascular. Esta noticia se encuentra aquí (http://www.medicinatv.com/noticias/musica-para-la-tension-arterial-198415). Este es un resumen publicado en 2009 de la investigación realizada por Bernardi (el resultado completo lo puedes leer aquí):
Los investigadores estudiaron a 24 individuos caucasianos sanos emparejados según edad y sexo con entre 24 y 26 años que incluían a 12 cantantes con experiencia y a 12 participantes que no tenían un entrenamiento musical previo. Los participantes fueron dotados de auriculares y pasaron por un electrocardiograma y fueron controlados en relación a la presión sanguínea el flujo arterial cerebral respiración y estrechamiento de los vasos sanguíneos de la piel.
Estas personas escuchaban cinco canciones aleatorias de música clásica que incluían selecciones de la novena sinfonía de Beethoven un aria del Turandot de Puccini; una cantata de Bach; el Va Pensiero de Nabucco; el Libiam Nei Lieti Calici de La Traviata; y dos minutos de silencio.
Los investigadores descubrieron que cada crescendo conducía a un aumento en el estrechamiento de los vasos sanguíneos bajo la piel un aumento de la presión sanguínea y de la tasa cardiaca y la respiración. En cada pieza de música la extensión del efecto era proporcional a los cambios en el perfil del corte musical.
Además durante la pausa de silencio los cambios disminuyeron y los vasos sanguíneos se dilataban y reducían la tasa cardiaca y la presión sanguínea. Las frases musicales de unos 10 segundos como las del ´Va Pensiero´ y ´Libiam Nei Lieti Calici´ sincronizaban el ritmo cardiovascular inherente modulando el control cardiovascular.
Según señala Bernardi el perfil de la música (crescendo o decrescendo) es seguido continuamente por los sistemas cardiovasculares y circulatorios. Esto es particularmente evidente cuando la música es rica en énfasis, como la música de ópera. Estos descubrimientos aumentan nuestro conocimiento de cómo la música podría utilizarse en medicina de rehabilitación.Este estudio fue corroborado en un programa de la BBC por Diana Greenmann, que coordina un grupo que ofrece sesiones de música para pacientes internados en hospitales. Ella no realizó ningún estudio, pero trabaja cada día con pacientes infartados y la música:
Hemos visto muchas veces a pacientes con parálisis provocadas por un infarto cardíaco que se mueven inconscientemente al ritmo de la música.Por otra parte, está suficientemente comprobado que pacientes con derrames cerebrales que no pueden hablar a causa del daño, si podían cantar cuando escuchaban una canción conocida por la radio. Durante la emisión del programa varias personas llamaron a la emisora para relatar casos concretos de personas con hemiplegia que podían cantar, aunque no podían hablar.
En el año 2008 el equipo investigador del Dr. Teppo Särkämö de la Universidad de Helsinki en Finlandia, reclutó a 60 pacientes que habían tenido un infarto cerebral reciente, todos ellos con daños neurológicos y cognitivos.
Los dividió en tres grupos para realizar el experimento:
- GRUPO 1: Les permitía escuchar durante la convalecencia cualquier tipo de música.
- GRUPO 2: Les leían novelas grabadas.
- GRUPO 3: No les ponían nada en especial.
Todos los pacientes mejoraron al cabo de unas semanas, pero en distinto porcentaje. Tras realizar las pruebas cognitivas y memorísticas se descubrió que los pacientes que habían escuchado música habían mejorado en un asombroso 60%, frente al 20% de los otros. La mejoría del “GRUPO 1″ también se reflejó en una menor confusión y menores estados de depresión.
EL CORAZÓN TIENE RAZONES QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE
Esa frase pertenece al físico y filósofo francés Blaise Pascal, resumiendo la idea de que muchas veces los sentimientos van por un camino distinto al que dicta nuestra mente. En cambio hoy día los neurólogos están obsesionados con el cerebro, dando la impresión de considerarlo como el único creador de la conciencia humana. Como hemos visto, esa convicción está siendo puesta en entredicho por los últimos descubrimientos científicos, renovando las antiguas creencias de que es el corazón y no el cerebro el depositario de nuestra inteligencia emocional (de hecho la cultura china defiende que el corazón alberga el shen, concepto similar a lo que en occidente llamamos alma).
CONCLUSIÓN
Pareciera que no hagamos otra cosa que retomar y adornar con lenguaje científico las primitivas creencias de nuestros ancestros: Desde los “Corazones Sangrantes” de Shakespeare hasta el Sagrado Corazón de Jesús, pasando por las letras de los tangos o los dramas griegos, todo parece indicarnos que es en el corazón donde radican las emociones humanas: Dolor, Amor, Alegría, Sufrimiento, Pasión y la Paz Interior.
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