Parte 2:
A modo de resumen: En la Parte 1 hay un bosquejo de los descubrimientos realizados hasta la fecha sobre este músculo que nunca en la vida se detiene a descansar. Una vez encontradas las respuestas, muchas piezas del puzzle comienzan a encajar.
La prestigiosa Universidad de Oxford en Inglaterra, repasó todos los descubrimientos e investigaciones realizados hasta la fecha (incluso los estudios en marcha en ese momento y no finalizados) sobre el corazón. Y se pueden extraer unas conclusiones extraordinarias de todas esas investigaciones:
- Casi un 65% de las células del corazón son iguales a las del cerebro. Al igual que las neuronas mantienen un contacto directo con todo el cuerpo, el corazón -las cardioronas- lo hace usando el sistema nervioso central (médula espinal), por medio del sistema nervioso autónomo (a través del nervio vago) o a través de sus numerosos neurotransmisores y receptores hormonales.
- El corazón genera su pr
- opio campo electromagnético, produciendo 2,5w en cada latido.
- Este campo electromagnético es 5.000 veces más intenso que el del cerebro y más potente que el de cualquier otro órgano. Este campo cambia en función de nuestras emociones, siendo caótico cuando estamos estresados o de mal humor, mientras que permanece ordenado y coherente cuando sentimos gratitud, compasión o amor.
- Esta emisión electromagnética es de tal intensidad que puede ser detectada con sencillos instrumentos de medida hasta una distancia de entre 2 y 4 metros.
- Todos los datos analizados inducen a pensar que el ritmo cardíaco normal favorece las funciones de la corteza cerebral y en particular la claridad mental y la creatividad.(¿Será cierto que el origen de nuestras emociones proceden más del corazón que del cerebro?).
¿Tiene el corazón las funciones de un cerebro?
Es muy posible que si, puesto que el saber que más de la mitad de sus células son neuronas -aunque sería más correcto decir cardioronas- me trastoca totalmente la percepción que tenía de él. Repasemos lo descubierto hasta ahora: Posee su propia red neuronal, genera neuropéptidos, posee receptores para todos ellos, puede gestionar sus propias funciones de forma independiente, así como la relación existente con la homeostasis general del organismo, todo ello exactamente igual que el cerebro, amén de proporcionar los medios necesarios para reparar (o dañar) cualquier órgano, de la misma manera que hace nuestro cerebro.
LOS TRASPLANTES
Bien, pero ahora supongamos por un momento que es cierto, que el corazón es un cerebro -con funciones distintas, pero al fin y al cabo un cerebro- dentro de nuestro cuerpo. ¿Qué sucede cuando se realiza un trasplante de corazón? Hoy día son algo habitual (unos cinco a la semana), y si es verdad que el corazón tiene funciones cerebrales, ¿No debería influir en nuestra conducta -aunque fuera mínimamente- el implantarnos un corazón de otra persona?
La respuesta nos la dieron los doctores Paul Pearsall, Gary E. Schwartz y Linda G. Russek hace más de una década (1999). Éstos investigadores publicaron diez ejemplos de trastornos de la personalidad en pacientes que habían recibido el corazón de otra persona. Esos “trastornos” en realidad parecían indicar una aproximación a la personalidad del donante de corazón:
(el artículo original lo puedes encontrar en http://www.paulpearsall.com/info/press/3.html)
- El obrero racista: Un rudo obrero metalúrgico de bajo nivel cultural y muy conocido por sus prejuicios raciales recibió el corazón de un joven donante negro que amaba la música y escuchaba el violín. Desde entonces este obrero se pasaría horas haciendo algo que nunca había hecho antes, escuchar música clásica. Se volvió sensible y en ocasiones invitaba a comer a su casa a compañeros de trabajo negros.
- La lesbiana moderna: Una mujer de 29 años, lesbiana y adicta a la comida basura, con especial predilección por las hamburguesas, recibió un corazón de una donante vegetariana de 19 años. Pues bien, al poco tiempo rechazaba la comida basura, se deshacía de sus novelas de lesbianismo y comenzaban a gustarle los hombres.
- La chica de 18 años: Ella se llamaba Danny, una joven muy inquieta y activa que recibió un corazón de un niño -Paul- muy dulce que escribía poemas y canciones que había fallecido a los mismos años que ella tenía, 18. Pues esta chica inquieta y activa se volvió de repente muy tranquila y amante de la música, hasta el punto de que se puso a estudiar guitarra. Personalmente considero que el hecho de que Paul escribiera en su diario poco antes de morir una canción de amor que se titulaba “Danny”, lo considero casual.
- El chico estudiante machista y misógino: El joven estudiante típicamente machista y con la creencia de ser muy superior que las mujeres, recibe el corazón y el pulmón de una joven muerta en un accidente de tráfico. La donante tenía cierta tendencia al lesbianismo y era una pintora muy sensual. Bueno, pues desde entonces este estudiante adora a las mujeres y le encanta ir de compras o ver escaparates con ellas. Incluso le atrae la pintura y visita museos de bellas artes y galerías.
- Baile de Corazones (ya lleva escrito varios), su experiencia directa tras recibir un trasplante de corazón y pulmón. A la edad de 47 años le diagnosticaron de “hipertensión pulmonar“, enfermedad que en la mayoría de los casos acaba provocando la muerte. Según explica en el libro, tras el trasplante comenzó a notar cambios en sus hábitos, gustos y actitudes. Por ejemplo, comenzó a encantarle la comida basura -cosa que antes despreciaba- y experimentó cambios más que notables en su forma de vestir. Pero lo que más le preocupó es que se transformó en una persona impetuosa y agresiva, mientras que antes ella odiaba cualquier tipo de violencia. Extrañada por esos tremendos cambios -unos buenos y otros no tanto- decidió investigar sobre el pasado de su donante. Comprobó que sus órganos habían pertenecido a un joven delincuente de 18 años llamado Timothy Lamirande, que murió en un accidente de moto. El caso de Claire Sylvia: Esta periodista nos relata en su libro
Y es que la respuesta que proporciona la “medicina oficial” a estas situaciones “anómalas”, no puede ser más peregrina: Efecto de los inmunodepresores y al estrés de la operación. Muchas personas – yo lo hice- podrían llegar a creerse esa explicación, pero a la luz de los recientes descubrimientos sobre el corazón y su cantidad desorbitada de cardioronas, estos casos no hacen más que confirmar algo que la sabiduría popular nos confirma desde hace siglos: Gran parte de las emociones las produce el corazón, que al fin y al cabo también tiene algo que decir sobre la salud de nuestro sistema.
2 comentarios:
Un tema muy curioso el de los implantes del corazon.
Glennys: Ciertamente que el corazon es un organo misterioso que confunde por su alta variacion de funciones multiples, de modo que debemos tener cuidado cuando nos vemos forzados a tener que usar un corazon ajeno implantado medicamente para solucionar un problema cardiovascular, lo mismo que incluye el uso de cualquier cantidad de sangre de transfusion, porque la personalidad ajena se funde con la propia, quedando un nuevo ente enmentey emociones. Gracias por tu comentario
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