martes, 4 de junio de 2013

Todo es movimiento

El movimiento existe en toda manifestación de los universos, nada está en reposo, todo se mueve, vibra y gira y no sólo está todo en movimiento y vibración constantes, sino que las «diferencias» entre las diversas manifestaciones del poder universal son debidas enteramente al grado y modo variables de las vibraciones. El todo, en sí mismo, manifiesta una vibración constante de un grado infinito de intensidad y rápida moción tal que puede ser prácticamente considerado en reposo, dirigiendo los instructores la atención de los estudiantes al hecho de que incluso en el plano físico un objeto moviéndose rápidamente parece estar en reposo.


El espíritu está en un extremo del polo de vibración, siendo el otro polo ciertas formas de materia extremadamente groseras. Entre estos dos polos hay millones sobre millones de grados y modos de vibración diferentes. Todo lo que llamáis materia y energía no son sino modos de movimiento vibratorio, y hasta los fenómenos de la mente son igualmente modos de vibración o moción. Toda materia manifiesta, en algún grado, las vibraciones que surgen de la temperatura o el calor y manifiesta ciertas vibraciones de calor, en ese sentido está en movimiento y vibración.

Además todas las partículas de materia están en movimiento circular, desde el corpúsculo hasta los soles. Los planetas giran alrededor de soles, y muchos de ellos giran sobre sus propios ejes. Los soles se mueven alrededor de puntos centrales o soles mayores, y éstos se mueven alrededor de otros aún mayores, y así sucesivamente, ad infinitum.

Las moléculas de que están compuestas las clases particulares de materia están en un estado de vibración y movimiento constante, una alrededor de la otra y una contra la otra, están compuestas de átomos, que, igualmente, están en un estado de movimiento y vibración constantes. A su vez, los átomos están compuestos de corpúsculos, que también están en un estado de rápido movimiento, girando uno alrededor del otro, y que manifiestan un estado y modo de vibración muy rápido. Así ocurre con las diversas formas de energía.

La luz, el calor, el magnetismo y la electricidad no son sino formas vibratorias conectadas de algún modo con la sustancia matriz de los universos. Vuestra ciencia todavía no intenta explicar la naturaleza de los fenómenos conocidos como cohesión, que es el principio de atracción molecular, ni la afinidad química, que es el principio de atracción atómica; ni la gravitación, que es el principio de atracción por el que toda partícula o masa de materia está ligada a toda otra partícula o masa. Estas tres formas de energía no son todavía entendidas correctamente por vosotros, sin embargo también son manifestaciones de alguna forma de energía vibratoria.

La materia en un grado superior de vibración rellena el espacio universal, sirviendo como medio de transmisión de ondas de energía vibratoria, tales como calor, luz, electricidad, magnetismo, etc. La sustancia matriz es un vínculo conector entre las formas de energía vibratoria conocidas como «materia», por una parte, y «energía o fuerza», por otra; y también manifiesta un grado de vibración, en frecuencia y modo, enteramente propio.

Cuando se alcanza una determinada frecuencia de vibración las moléculas se desintegran, y se resuelven en los elementos o átomos originales. Entonces los átomos, siguiendo el principio de vibración, quedan separados en los incontables corpúsculos de que están compuestos y finalmente, incluso los corpúsculos desaparecen y puede decirse que la manifestación diferenciada está compuesta de la sustancia matriz. Si las vibraciones se incrementasen continuamente un objeto remontaría los estados sucesivos de manifestación y mostraría a su vez las diversas etapas mentales, y después continuando hacia el espíritu, hasta que finalmente reentraría al “Todo”, que es el espíritu absoluto.

El “objeto”, sin embargo, habría cesado de ser un “Objeto” mucho antes de que se alcanzase la etapa de sustancia matriz, pero en las etapas en las que el “objeto” arroja vibraciones de luz, calor, etc., no se diluye realmente en esas formas de energía, que están mucho más arriba en la escala, sino que simplemente alcanza un grado de vibración en el que esas formas de energía son liberadas, en un grado, de la confinante influencia de sus moléculas, átomos y corpúsculos, según sea el caso.

Esas formas de energía, aunque mucho más elevadas en la escala que la materia, están aprisionadas y confinadas en las combinaciones materiales, en razón de las energías que se manifiestan a su través, y usan formas materiales, aunque quedando así atrapadas y confinadas en sus creaciones de formas materiales, lo que, hasta cierto punto, es cierto de todas las creaciones, quedando la fuerza creadora envuelta en su creación.

Toda manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad o deseo, o cualquier estado o condición mental, está acompañado por vibraciones, una porción de las cuales son arrojadas y tienden a afectar a las mentes de otras personas por inducción. Éste es el principio que produce los fenómenos de la telepatía; la influencia mental, y otras formas de la acción y el poder de mente sobre mente, con las que os estáis familiarizando rápidamente.

Todo pensamiento, emoción o estado mental tiene su grado y modo de vibración correspondiente. Y por un esfuerzo de la voluntad estos estados mentales pueden ser reproducidos, igual que un tono musical puede ser emitido haciendo vibrar un instrumento a una cierta frecuencia. Por un conocimiento del principio de vibración, aplicado a los fenómenos mentales, podéis polarizar vuestra mente en cualquier grado que deseéis, consiguiendo así un control perfecto sobre vuestros estados mentales, humores, etc.

Angel Luis Fernández.

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