La construcción de asentamientos sionistas en Cisjordania aumentó un 70 por ciento durante 2013, en comparación con el año anterior, denunció la organización no gubernamental israelí Salom Ajshav (Paz Ahora, en hebreo).
El incremento del decomiso de tierras palestinas y el traslado de comunidades es uno de los principales obstáculos en las conversaciones de paz reiniciadas en julio de 2012, entre palestinos e israelíes bajo el auspicio de Estados Unidos (EE.UU).
Los estadistas de la entidad pacifista señalaron que entre enero y julio de este año comenzó la construcción de mil 708 viviendas en Cisjordania y el este de Jerusalén, que los árabes llaman Al Quds, y en la cual se proponen fijar la capital de su estado independiente.
Precisan que el 86 por ciento de las construcciones están al oriente de la muralla construida por Israel en territorio ocupado, en violación de una de las condiciones aceptadas por el Gobierno palestino para reiniciar las negociaciones, estancadas hace tres años por el incremento de la expansión.
Los palestinos llaman el Muro de la Ignominia, a ese cercado de concreto que se extiende por varios kilómetros, el cual limita su libertad de movimientos y obstaculiza sus actividades diarias.
Los residentes en esas comunidades, son en su mayoría emigrados de países de Europa oriental los cuales con frecuencia profanan lugares sagrados cristianos y musulmanes, arrasan tierras de cultivos de palestinos y agreden a la población autóctona, protegidos por el Ejército israelí.
De acuerdo con las leyes internacionales vigentes la confiscación y el asentamiento de poblaciones en territorios de estados bajo ocupación militar constituye un crimen de guerra.
En enero de 2013, cientos de palestinos estaban plantados en una zona de la Cisjordania en la cual el gobierno israelí planteaba construir tres mil viviendas para emigrantes judíos y, cerrar la comunicación con Jerusalén.
“La iniciativa Bab el Shams (Ciudad de la Luz, árabe) es creativa y una herramienta pacífica, legítima para proteger nuestra tierra de los planes colonialistas israelíes”, dijo Hanan Ashrawi, miembro del Consejo Legislativo Palestino .
La construcción de las tres mil viviendas anunciadas por el Gobierno israelí en la llamada zona E 1 fue condenada por el presidente palestino, Mahmoud Abbas, quien la calificó de “línea roja que no debe ser traspasada” y movilizó a varios países a convocar a los embajadores israelíes para expresarles su oposición al plan.
Desde comienzos de diciembre de 2012 el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció planes para construir hasta seis mil viviendas en Cisjordania y la ciudad de Jerusalén, como represalia a la elevación en la ONU del estatuto de la Autoridad Nacional Palestina a la condición de Estado no miembro.
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