La Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE) dio a conocer este miércoles en Atenas (capital) que realizarán una nueva jornada de huelga general en el país para el próximo 6 de noviembre.
A través de un comunicado del sindicato GSEE se conoció que se sumarán a las protestas luego de días de indecisión, mientras que otras organizaciones como el Frente Militante de Todos los Trabajadores (Pame), de orientación comunista, y el Sindicato Nacional de Marinos (PNO) anunciaron que realizarían la huelga se sumase el GSEE o no.
Está previsto que el principal sindicato del sector público, Adedy, se una a la convocatoria para exigirle al gobierno heleno que no aplique nuevos recortes, como lo son la reforma de la nueva ley tributaria y la unificación de los distintos impuestos que sobre la propiedad existen, así como la posibilidad de nuevos recortes en salarios y pensiones.
La nueva jornada de huelga general será la número 35 desde que en 2010 se comenzaron a aplicar las políticas de ajuste impuestas por los acreedores internacionales y recogidas en los distintos memorandos de préstamo firmado por los últimos tres gobiernos griegos.
El gobierno de Grecia presentó la semana pasada ante la Asamblea Nacional el anteproyecto de ley de presupuesto para 2014 en el que podría ser aprobada una reducción en el gasto público y un fuerte aumento de los impuestos.
El Ministerio de Finanzas griego explicó en un comunicado que ambas decisiones, muy cuestionadas e impopulares entre la ciudadanía, pretenden cerrar la brecha fiscal de las cuentas del Estado y llevar al país a la senda del crecimiento en 2014.
Agregó que además está previsto conseguir para el próximo ejercicio un superávit primario de dos mil 800 millones de euros, lo que supone 1,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y conseguir un repunte de la economía del país un 0,6 por ciento.
El anteproyecto de ley contempla el aumento en más del 10 por ciento de la presión fiscal, para recaudar mil 500 millones de euros adicionales, y un recorte de tres mil 200 millones de euros del gasto público, que saldrán de las pensiones, sanidad, educación y defensa.
Los ciudadanos griegos critican las previsiones del gobierno y afirmaron que el gobierno con la imposibilidad de que el PIB remonte casi cinco puntos porcentuales en 2014, después de que en el presente año todo indica que marcará un descenso cercano al cuatro por ciento, y con las enormes dificultades de los griegos para cumplir con sus obligaciones tributarias.
El ministro de Trabajo, Yanis Vrutsis, informó que serán desplegadas nuevas medidas para intentar cobrar las contribuciones a la seguridad social adeudadas por las empresas y que alcanzan unos 14 mil millones de euros, el equivalente al ocho por ciento del PIB.
En agosto, el ministro de Finanzas de Grecia, Yannis Stournaras, reconoció que es probable que su país necesite otros diez millones de euros (unos 13 mil 380 millones de dólares) de apoyo financiero.
Stournaras enfatizó que no se trata de otro rescate, sino que debería ser considerado un apoyo económico, por lo que negó que en el país se vayan a implementar nuevas medidas de austeridad.
En septiembre, el Gobierno de Grecia estaba tomando en consideración la venta de su Patrimonio Nacional tal y como se lo propusieron sus prestamistas internacionales con el fin de que les sea cancelado en el año 2016 los 50 mil millones de euros (65 mil 594 millones 998 mil 784 dólares) que le han otorgado al país como rescate financiero.
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