Científicos de la Universidad de California Irvine (UCI), confiesan estar atónitos con la habilidad casi perfecta de una mujer para recordar tanto los grandes sucesos como los detalles más pequeños. De hecho, su memoria es tan detallada e inusual, que los investigadores han llegado literalmente a afirmar que jamás han visto nada igual.
Dale una fecha y ella podrá decirte lo que sucedió: si emitieron el último episodio televisivo del culebrón Dallas, el día en que la esposa del actor Robert Blake fue asesinada, el día en el que se estrellaba el avión de Lockerbie, la invasión iraní de la embajada estadounidense, el día en que se aprobó la Proposición 13 en California, el día en que se estrelló un avión en Chicago. Incluso podrá decirte lo que estaba haciendo en ese momento. Recuerda hasta el tiempo que hacía.
Su vida es como una película en un bucle infinito, llena de emoción. Nada de lo que le ha sucedido, bueno o malo, se le puede escapar. Cuando se le pidió, en noviembre del 2003, que enumerara las fiestas de Pascua desde 1980, la mujer judía y de 40 años, dio a los científicos una lista con 24 fechas que solo tenía un único error. Incluyó detalles de lo que había hecho en cada uno de esos días.
“El 6 de abril de 1980, terminaron las vacaciones de Pascua en mi curso de noveno grado; el 15 de abril de 1990 hice galletas, al día Siguiente S. rompía su relación conmigo; el 11 de abril de 1993 haraganeé todo el día, cené espaguetis con R. “ Los investigadores de la Universidad de California Irvine (UCI) fueron capaces de verificar sus recuerdos al compararlos con sus anotaciones en los diarios que ha ido escribiendo, casi diariamente, desde los 10 a los 34 años. En algunos casos, también pudieron confirmarlo por los recuerdos de su madre.
Sus hallazgos se han publicado en un artículo en la edición actual de la revista Neurocase. La mujer es identificada solo por sus iniciales AJ. Su habilidad única para recordar perfecta e instantáneamente detalles de su pasado ha llevado a los científicos a proponer un nombre para su condición: “síndrome hipertiméstico”, nombre de raiz griega basado en la palabra “timesis” que significa “recuerdo” más el prefijo “hiper”, que significa “por encima de lo normal”. El investigador de UCI James McGaugh comentó que no existía documentación sobre nada similar en la literatura científica.
La mujer no utiliza mecanismos mnemotécnicos para recordar su vida. Parece surgir de alguna clase de habilidad innata que los investigadores aún no pueden explicar. Esperan realizar una resonancia magnética para determinar si existe algo inusual en la estructura de su cerebro. También esperan que el hecho de trasladar su historia al público anime a otros con la misma habilidad a salir a la luz. “Si existen más personas de este tipo podríamos hacer ciencia seria con ellos y encontrar que es lo que lo causa; por ejemplo mediante análisis genéticos”, comentó McGaugh.
“Es muy complicado de hacer con un solo sujeto. Si tuviéramos a unos cuantos, podríamos realizar una consulta científica a escala completa”. McGaugh comentó que tanto él como su equipo de investigación habían realizado numerosas pruebas para asegurarse de que AJ no les estaba tomando el pelo. McGaugh es director y fundador del Centro para la Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de la UCI, y profesor e investigador en la universidad, donde estudia el papel de los sistemas cerebrales en la regulación del aprendizaje y la memoria. Su equipo de investigación incluye a la neuropsicóloga, nativa de Toronto, Elizabeth Parker. Además su equipo realiza consultas a Endel Tulving, docente en la Universidad de Toronto y autor de la obra Elements of Episodic Memory (Elementos de la Memoria Episódica).
McGaugh explicó que fue AJ quien le escribió hace seis años.
“Intenté detectar el truco empleando todas las argucias que pude”, comentó. Un día, sin avisarla, le pedí que recitase todas las fechas en las que nos habíamos entrevistado durante los últimos cinco años. Lo hizo, añadiendo como era el tiempo ese día y dando otros detalles personales, como cuando McGaugh se fue a Alemania. “Simplemente lo hizo sin esfuerzo”, dijo McGaugh. “Si me preguntan a mi: ‘¿cuándo hiciste ese viaje a Alemania?’, me habría equivocado en un año. Ella supo la fecha exacta”. La sometió repetidamente a preguntas triviales.
“Tiene 40 años, de modo que generacionalmente no estaría demasiado interesada en Bing Crosby así que le pregunté ‘¿Cómo y dónde murió?’, ella respondió: ‘Oh, murió durante un partido de golf en España’, y me dio la fecha. ¿Podrías tu hacer eso?”. Su memoria es al mismo tiempo una bendición y un castigo, añadió McGaugh. “Paso todo el tiempo pensando en el pasado”, le confesó a McGaguh. “Es como ponerse a ver una película que nunca acaba. Como tener una pantalla partida, estoy hablando con alguien y estoy viendo alguna otra cosa… Ahora por ejemplo estamos aquí sentados hablando… pero internamente pienso en algo que me pasó en diciembre de 1982, el 17 por ejemplo era viernes y empecé a trabajar (en un almacén)”.
Los investigadores han decidido proteger su identidad para preservar su privacidad.
A pesar de su fabulosa capacidad para recordar cosas del pasado, la mujer no puede recordar para que son las cinco llaves de su llavero; es mala reconociendo caras; su capacidad para el aprendizaje por memorización es bastante pobre y nunca destacó en la escuela, sus notas eran principalmente suficientes. Colecciona guías de televisión, muestra tendencias obsesivo-compulsivas y admite verse fascinada por lo macabro. Consiguió licenciarse en ciencias sociales, y se graduó a los 23 años. Casi siempre ha vivido en casa de sus padres, incluso después de que se casara a la edad de 37 años. Ha sufrido depresiones y toma Prozac.
Ha trabajado como asistente en una asesoría jurídica, donde su memoria le sirvió de gran ayuda y como asistente de un ejecutivo. No tiene hijos, y actualmente planea montar su propio negocio. La mujer le comentó a los investigadores que siempre había tenido una memoria rica en detalles para los episodios: su primer recuerdo es de cuando estaba en la cuna (ella cree que tenía entre 18 y 24 meses) y se despertó por los ladridos del perro de su tío. Recuerda el nacimiento de su hermano cuando tenía tres años. Informó de que varias personas de su familia paterna tenían excelentes memorias, pero ninguna tan buena como la suya.
Ella cree que su memoria sufrió un cambio cuando a la edad de 8 años su familia se mudó de la costa este a la oeste. Traumatizada, comenzó a hacer listas con los datos de los viejos amigos, a buscar fotos de su vieja casa, y a recurrir constantemente al pasado. Poco después de aquello comenzó a escribir detallados diarios.
Escribir se convirtió en una obsesión, y en ocasiones añadía seis o siete entradas al día a su diario. “Algunas personas me llaman la mujer calendario mientras que otras abandonan la sala presas de un pánico total”, le dijo a los investigadores. “La mayoría creen que es un don, pero para mi se trata de un problema. ¡Todos los días recorro mentalmente mi vida entera y eso hace que me vuelva loca!” También les confesó a los científicos que no lo cambiaría, aunque le dieran la oportunidad. “Atesoro todos esos recuerdos, buenos y malos… es parte de mi”.
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Publiqué inicialmente este artículo en Astroseti el 14 de marzo de 2006 y acabó en portada de Barrapunto. Lamentablemente el enlace a Astroseti está roto, por lo que rescato este texto para Maikelnai’s Blog.
PD. La fuente de la noticia original era el Toronto Star, y la redactora se llamaba Francine kopun. Este texto es una traducción. El enlace a dicho artículo también está roto.
Funes el memorioso.
Dale una fecha y ella podrá decirte lo que sucedió: si emitieron el último episodio televisivo del culebrón Dallas, el día en que la esposa del actor Robert Blake fue asesinada, el día en el que se estrellaba el avión de Lockerbie, la invasión iraní de la embajada estadounidense, el día en que se aprobó la Proposición 13 en California, el día en que se estrelló un avión en Chicago. Incluso podrá decirte lo que estaba haciendo en ese momento. Recuerda hasta el tiempo que hacía.
Su vida es como una película en un bucle infinito, llena de emoción. Nada de lo que le ha sucedido, bueno o malo, se le puede escapar. Cuando se le pidió, en noviembre del 2003, que enumerara las fiestas de Pascua desde 1980, la mujer judía y de 40 años, dio a los científicos una lista con 24 fechas que solo tenía un único error. Incluyó detalles de lo que había hecho en cada uno de esos días.
“El 6 de abril de 1980, terminaron las vacaciones de Pascua en mi curso de noveno grado; el 15 de abril de 1990 hice galletas, al día Siguiente S. rompía su relación conmigo; el 11 de abril de 1993 haraganeé todo el día, cené espaguetis con R. “ Los investigadores de la Universidad de California Irvine (UCI) fueron capaces de verificar sus recuerdos al compararlos con sus anotaciones en los diarios que ha ido escribiendo, casi diariamente, desde los 10 a los 34 años. En algunos casos, también pudieron confirmarlo por los recuerdos de su madre.
Sus hallazgos se han publicado en un artículo en la edición actual de la revista Neurocase. La mujer es identificada solo por sus iniciales AJ. Su habilidad única para recordar perfecta e instantáneamente detalles de su pasado ha llevado a los científicos a proponer un nombre para su condición: “síndrome hipertiméstico”, nombre de raiz griega basado en la palabra “timesis” que significa “recuerdo” más el prefijo “hiper”, que significa “por encima de lo normal”. El investigador de UCI James McGaugh comentó que no existía documentación sobre nada similar en la literatura científica.
La mujer no utiliza mecanismos mnemotécnicos para recordar su vida. Parece surgir de alguna clase de habilidad innata que los investigadores aún no pueden explicar. Esperan realizar una resonancia magnética para determinar si existe algo inusual en la estructura de su cerebro. También esperan que el hecho de trasladar su historia al público anime a otros con la misma habilidad a salir a la luz. “Si existen más personas de este tipo podríamos hacer ciencia seria con ellos y encontrar que es lo que lo causa; por ejemplo mediante análisis genéticos”, comentó McGaugh.
“Es muy complicado de hacer con un solo sujeto. Si tuviéramos a unos cuantos, podríamos realizar una consulta científica a escala completa”. McGaugh comentó que tanto él como su equipo de investigación habían realizado numerosas pruebas para asegurarse de que AJ no les estaba tomando el pelo. McGaugh es director y fundador del Centro para la Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de la UCI, y profesor e investigador en la universidad, donde estudia el papel de los sistemas cerebrales en la regulación del aprendizaje y la memoria. Su equipo de investigación incluye a la neuropsicóloga, nativa de Toronto, Elizabeth Parker. Además su equipo realiza consultas a Endel Tulving, docente en la Universidad de Toronto y autor de la obra Elements of Episodic Memory (Elementos de la Memoria Episódica).
McGaugh explicó que fue AJ quien le escribió hace seis años.
“Intenté detectar el truco empleando todas las argucias que pude”, comentó. Un día, sin avisarla, le pedí que recitase todas las fechas en las que nos habíamos entrevistado durante los últimos cinco años. Lo hizo, añadiendo como era el tiempo ese día y dando otros detalles personales, como cuando McGaugh se fue a Alemania. “Simplemente lo hizo sin esfuerzo”, dijo McGaugh. “Si me preguntan a mi: ‘¿cuándo hiciste ese viaje a Alemania?’, me habría equivocado en un año. Ella supo la fecha exacta”. La sometió repetidamente a preguntas triviales.
“Tiene 40 años, de modo que generacionalmente no estaría demasiado interesada en Bing Crosby así que le pregunté ‘¿Cómo y dónde murió?’, ella respondió: ‘Oh, murió durante un partido de golf en España’, y me dio la fecha. ¿Podrías tu hacer eso?”. Su memoria es al mismo tiempo una bendición y un castigo, añadió McGaugh. “Paso todo el tiempo pensando en el pasado”, le confesó a McGaguh. “Es como ponerse a ver una película que nunca acaba. Como tener una pantalla partida, estoy hablando con alguien y estoy viendo alguna otra cosa… Ahora por ejemplo estamos aquí sentados hablando… pero internamente pienso en algo que me pasó en diciembre de 1982, el 17 por ejemplo era viernes y empecé a trabajar (en un almacén)”.
Los investigadores han decidido proteger su identidad para preservar su privacidad.
A pesar de su fabulosa capacidad para recordar cosas del pasado, la mujer no puede recordar para que son las cinco llaves de su llavero; es mala reconociendo caras; su capacidad para el aprendizaje por memorización es bastante pobre y nunca destacó en la escuela, sus notas eran principalmente suficientes. Colecciona guías de televisión, muestra tendencias obsesivo-compulsivas y admite verse fascinada por lo macabro. Consiguió licenciarse en ciencias sociales, y se graduó a los 23 años. Casi siempre ha vivido en casa de sus padres, incluso después de que se casara a la edad de 37 años. Ha sufrido depresiones y toma Prozac.
Ha trabajado como asistente en una asesoría jurídica, donde su memoria le sirvió de gran ayuda y como asistente de un ejecutivo. No tiene hijos, y actualmente planea montar su propio negocio. La mujer le comentó a los investigadores que siempre había tenido una memoria rica en detalles para los episodios: su primer recuerdo es de cuando estaba en la cuna (ella cree que tenía entre 18 y 24 meses) y se despertó por los ladridos del perro de su tío. Recuerda el nacimiento de su hermano cuando tenía tres años. Informó de que varias personas de su familia paterna tenían excelentes memorias, pero ninguna tan buena como la suya.
Ella cree que su memoria sufrió un cambio cuando a la edad de 8 años su familia se mudó de la costa este a la oeste. Traumatizada, comenzó a hacer listas con los datos de los viejos amigos, a buscar fotos de su vieja casa, y a recurrir constantemente al pasado. Poco después de aquello comenzó a escribir detallados diarios.
Escribir se convirtió en una obsesión, y en ocasiones añadía seis o siete entradas al día a su diario. “Algunas personas me llaman la mujer calendario mientras que otras abandonan la sala presas de un pánico total”, le dijo a los investigadores. “La mayoría creen que es un don, pero para mi se trata de un problema. ¡Todos los días recorro mentalmente mi vida entera y eso hace que me vuelva loca!” También les confesó a los científicos que no lo cambiaría, aunque le dieran la oportunidad. “Atesoro todos esos recuerdos, buenos y malos… es parte de mi”.
—-
Publiqué inicialmente este artículo en Astroseti el 14 de marzo de 2006 y acabó en portada de Barrapunto. Lamentablemente el enlace a Astroseti está roto, por lo que rescato este texto para Maikelnai’s Blog.
PD. La fuente de la noticia original era el Toronto Star, y la redactora se llamaba Francine kopun. Este texto es una traducción. El enlace a dicho artículo también está roto.
Funes el memorioso.
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