Al estudiar un poco la historia de Michael Phelps, logré detectar que una de las claves que lo llevó al éxito fue la visualización. Así es… la visualización. Michael Phelps acaba de lograr lo que ningún otro ha logrado en la historia de las olimpíadas: 21 medallas olímpicas (17 de oro). A pesar de las barreras a las cuales se enfrentó y los errores que cometió, se levantó nuevamente para batir un record histórico.
Michael Phelps empezó a nadar cuando tenía 7 años para quemar un poco de energía que tenía a sus padres un poco locos. Un entrenador local llamado Bob Bowman (continúa siendo su entrenador después de 16 años) detectó que Phelps podía llegar lejos. Su cuerpo (largo torso, relativas cortas piernas y grandes manos) estaba diseñado para ser un gran nadador.
Pero Phelps tenía un problema, no se podía calmar antes de las carreras. Era muy nervioso. El entrenador Bowman decidió darle algo que lo haría diferente: su ventaja competitiva. Todos los días, luego de su entrenamiento, le decía: no olvides ver el video esta noche y mañana en la mañana al despertarte. Le enseño el poder de la visualización.
No existía tal vídeo. Se refería a que Phelps tenía que visualizar la carrera en su mente. Todas las noches y cada mañana Phelps cerraba sus ojos y se imaginaba saltando a la piscina, en cámara lenta, nadando perfectamente. El visualizaba cada brazada, la vuelta y el final.
Michael Phelps repitió “su video” miles de veces en su mente hasta el momento que en las carreras no pensaba. Simplemente seguía un programa. Había sido programado para ganar. El 13 de Agosto del 2008 a las 10:00 am Michael Phelps se lanza a la piscina compitiendo por los 200 metros estilo mariposa, una de sus mayores fortalezas. Al entrar al agua sabe que algo anda mal… sus lentes se están llenando de agua.
Después de un tiempo no puede ver nada, no ve la línea a lo largo de la piscina ni la “T” que muestra el final. No sabe cuando dar vuelta o cuando terminar. Para la mayoría de los nadadores esta situación los llevaría al pánico. No a Michael Phelps, él está calmado. Michael simplemente sigue el programa, “el video” mental. Ya ha nadado esta carrera muchas veces en su mente y ha ganado. Afortunadamente, su entrenador lo había puesto a nadar a oscuras en múltiples ocasiones. Simplemente siguió el programa.
Michael sabe el número de brazadas que tiene que hacer, cuando dar la vuelta… está programado para ganar. Michael gana la competencia y bate el récord mundial… sin poder ver. Él comenta al terminar la carrera: “Pasó como imaginé que pasaría. Fue una victoria adicional en una vida llena de pequeñas victorias”.
Si funcionó para Michael Phelps, puede funcionar para ti y para mí.
Entre los beneficios de la visualización se encuentran:
La visualización programa tu mente para ganar.
La visualización te da la esperanza de ganar lo cual se traduce en motivación para la lucha.
La visualización te da enfoque eliminando las distracciones que te rodean.
La visualización te prepara para reaccionar correctamente cuando las cosas no salen como lo planeas.
La visualización desarrolla posibilidades, no obstáculos.
La visualización desarrolla tu creencia lo cual es clave para ganar.
Tómate un corto tiempo esta semana para visualizar lo que deseas en la vida. Imagina en tu mente que ya lo lograste. Visualiza todo el camino que necesitas recorrer para llegar a tu destino tal como lo hizo Phelps. Puede ser que esto sea lo único que te falta para lograr la medalla de oro que la vida tiene reservada para ti.
(Fuente: www.liderazgohoy.com)
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