El arqueólogo finlandés Martti Pärssinen ha hecho un sensacional hallazgo: encontró restos de una antigua civilización en el área amazónica de Brasil, solo comparables, por sus dimensiones y espectacularidad, a las pirámides de Egipto.
Las diversas excavaciones realizadas en Brasil dejaron al descubierto una civilización con artefactos únicos y nuevas formas de cerámica, informó la web finlandesa Yle.
Debido a la tala de la selva amazónica se han descubierto muchas formas misteriosas en el suelo, que se aprecian mejor desde el aire, por lo que Pärssinen ha tomado fotos aéreas de la zona.
Las formas geométricas están compuestas por montículos de tierra y fosos. Muchas de ellas son enormes, con lados que miden varios cientos de metros. Solo en el estado brasileño de Acre se han descubierto más de 300 estructuras de este tipo.
Según el arqueólogo, lo que lograron los constructores de esas estructuras es toda una hazaña, solo comparable a las grandes construcciones egipcias. Pärssinen señala que las personas que construyeron tales estructuras debieron de haber gastado mucha energía transformando grandes montículos de tierra en múltiples y complejas construcciones, como lo hicieron los esclavos en Egipto.
El hallazgo ha sido una sensación para los investigadores, ya que se pensaba que la mayor parte de la Amazonía estaba escasamente poblada.
Ivandra Rampanelli, estudiante recién graduada de la Universidad de Valencia (España), considera que los patrones hallados están reescribiendo la historia de cómo fue poblada la Amazonía, una zona antes considerada carente de grandes civilizaciones.
Según los datos obtenidos a través de las pruebas de radiocarbono, las estructuras más antiguas fueron construidas hace unos 2.000 años. Estos análisis además mostraron que la civilización se extinguió hace unos 700 años repentinamente, quizás debido a las enfermedades traídas por los europeos.
Estas excavaciones arqueológicas han sacado a la luz muchos detalles sobre la vida de este antiguo pueblo, además de haberse desenterrado una gran cantidad de objetos de cerámica, incluyendo unos 300 kilogramos de fragmentos de vasijas.
Los trabajos arqueológicos también mostraron que parte de su ornamentación es totalmente nueva para la ciencia, mientras que otras figuras demuestran la conexión de esta civilización con otras poblaciones lejanas que poblaban los Andes.
Pärssinen afirmó que no podría estar más emocionado, ya que este puede ser uno de los últimos lugares en el mundo donde todavía se pueden hacer tales descubrimientos. “La mayoría de las cosas descubiertas en esta zona aportan nuevos conocimientos sobre el pasado”, añadió Pärssinen.
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