Los romanos usaban un concreto increíblemente fuerte, tanto que de hecho hay expertos que piensan que sus ingredientes podrían mejorar a la versión moderna de la mezcla.
La receta original fue ideada por Marcus Vitruvius Pollio, un ingeniero que trabajó para el emperador Augustus, alrededor del 30 a.C. Los pedazos de roca se pegaban usando una argamasa hecha de cal y ceniza volcánica mezclada con agua de mar.El resultado fue usado en estructuras que iban desde rompeolas hasta el famoso Panteón en Roma.
Un equipo de la universidad de Berkeley, California, descubrió que la mezcla -conocida como sulfoaluminato cálcico hidratado- es extraordinariamente resistente y puede soportar siglos de inmersión en agua marina altamente corrosiva.
Según los investigadores, usar la mezcla para hacer concreto hoy en día sería además beneficioso para el medio ambiente, pues el cemento que usa puede formarse a temperaturas más bajas que el cemento moderno, el Portland.
Marcus Vitruvius es el autor del tratado sobre arquitectura más antiguo que se conserva y el único de la Antigüedad clásica
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