Los tibetanos llevan practicando el sueño lúcido miles de años. El Yoga del Sueño, que tiene su origen en el Mahamaya Tantra, explica las diferentes etapas que el yogui ha de atravesar en su dominio del sueño hasta alcanzar la meta última o realización del Sueño Supremo
En esta ocasión, os daremos una serie de pautas y recomendaciones para que todos vosotros consigáis ser capaces de controlar vuestros sueños a voluntad y así os podáis convertir en unos auténticos onironautas. Analizaremos los secretos del Tibet, y, a su vez , ahondaremos en los secretos más profundos de aquél gran desconocido… ¡Nuestro cerebro!
El Yoga de los sueños es un manuscrito tibetano del siglo VIII a.C que constituye la primera referencia escrita a este tipo de prácticas. En él se precisa que el novicio debe ser instruido para que durante la vigilia piense constantemente que “todas las cosas están hechas de la substancia de los sueños”
Pensar que lo que nos ocurre estando despiertos es también un sueño proporciona flexibilidad mental que facilita la experiencia del sueño onírico nocturno. La segunda técnica descrita es la de proponerse comprender la naturaleza de los sueños. Antes de dormirse, el novicio debe invocar la presencia y ayuda de su maestro con ese objetivo.
Entre los métodos modernos de raíz oriental, Rajness apuntaba tres estrategias: mantener la respiración en el centro de la cabeza y después desplazarla al corazón en el momento en que llega el sueño; el recuerdo constante del “yo soy” durante la vigilia; y recordar durante tres semanas, continuamente, que todo lo que vivimos es un sueño.
El Yoga del Sueño precisa, en primer lugar, unas adecuadas condiciones del dormitorio (oxigenación, eliminación de aparatos eléctricos, decoración agradable y cama orientada al Norte); además del practicante debe estar sano, realizar ejercicios regularmente, cenar ligeramente y llevar consigo su “diario de navegación”, que depositará bajo la almohada.
El practicante se acostará sobre la espalda, con los ojos cerrados y las manos sobre el plexo solar, y realizará una relajación pormenorizada para calmar su mente. Cuando le invada la somnolencia, adoptará la postura de león, que consiste en acostarse sobre el lado derecho, doblar las rodillas de forma que la pierna izquierda que quede sobre la derecha, colocar la mejilla derecha sobre la palma de la mano derecha, y permitir que el brazo izquierdo descanse sobre la pierna al mismo lado.
Para transmitir la lucidez del sueño, los lamas de la Tibetan Sacred Order recomiendan imaginar, en el momento de dormirnos, una luz blanca sobre el corazón. Si se hace con constancia, esta práctica incrementa la capacidad de recordar y comprender los sueños, y también de poseer una consciencia más clara en el mundo onírico.
En los últimos años están aumentando los seguidores de un método conocido como Yoga Nidra o“sueño psíquico” Esta técnica persigue un estado de profunda relajación que lleva al practicante a situar su consicencia en la sutil frontera que separa la vigilia del sueño. Para ello debe retirar paulatinamente la consciencia del exterior, después de dejar de prestar atención primero a los sentidos corporales, luego a la respiración, más tarde a las emociones, y por último a los pensamientos.
No hay que dormirse, sino instalarse en el límite del sueño. Una vez ahí, intentaremos mantener ese estado con plena lucidez, sin caer dormidos, y por supuesto sin despertarnos totalmente. Los seguidores del método afirman que tiene el poder de reestructurar la personalidad, abrir nuevos cauces creativos y potenciar el aprendizaje y la intuición. Se dice que una hora de práctica equivale a cuatro horas de sueño nocturno y que es la puerta de entrada hacia el Samadhi o experiencia cumbre de la meditación.
CONSEJOS DESDE GRANMISTERIO.ORG
1) Consejos para convertirnos en Onironautas
- No debemos perder la capacidad de asombrarnos a nosotros mismos. Debemos observar el mundo que nos rodea como si fuera la primera vez.
-Debemos ser conscientes de nuestra propia existencia en el mundo.
-Debemos aprender a no juzgarnos cuando analicemos lo que hemos hecho durante el día. Únicamente debemos vernos a nosotros mismos.
-Respirar correctamente, a un ritmo constante y poniendo nuestra atención en la fluidez de la misma.
-Antes de irnos a dormir, parémonos, y observemos nuestro cuarto como si fuera la primera vez que lo vemos, repasando con atención todas las estancias del mismo.
-Dormir imaginando que viajamos al lugar que nos gusta, así trasladaremos nuestra conciencia al lugar imaginado durante nuestros sueños.
-Debemos no dormirnos, y mantener el estado de vigilia, alargando el mismo hasta que nos sea posible.
-Debemos ignorar las imágenes procedentes del mundo onírico que se nos presenten. Debemos dejarlas pasar y mantener la conciencia para ordenarnos a nosotros mismos “levántate” Si somos constantes conseguiremos un estado de plena lucidez y conciencia cuando separemos el cuerpo astral del físico.
2) Cómo potenciar nuestra memoria
-Debemos analizar todas y cada una de las escenas que hemos observado en nuestros sueños, sin entrar a juzgarlas. Debemos ser observadores imparciales, hacer memoria, y repasar todos y cada uno de los hechos acontecidos en nuestros sueños.
-Al despertar, debemos procurar no movernos, pues eso diluiría inmediatamente el recuerdo de lo soñado. Debemos practicar un ejercicio retrospectivo, repasando desde la última escena del sueño que conservemos a la anterior, y así sucesivamente hasta que nuestro recuerdos se agoten. Con esta rutina diaria reforzaremos todas y cada una de las conexiones neuronales que intervienen en el recuerdo.
-Llevar un diario de sueños. Es una práctica amena y didáctica altamente recomendada para estimular el recuerdo.
-Los estimulantes de la memoria son: el zumo de piña, las vitaminas del grupo B, el zinc, la lecitina de soja y el manganeso.
Conclusión:
Con la práctica constante de todos estos ejercicios, conseguiremos mejorar nuestras capacidades. Somos dioses en pequeño, y tenemos un potenciar increíble arraigado en lo más profundo de nuestro ser. ¡Mucha suerte a todo y feliz viaje!
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