Investigadores de Estados Unidos (EE.UU.) aseguran que crearon recientemente un proceso químico por medio del cual se convierten las algas en petróleo crudo. Tras la invención, los científicos desarrollan, junto con una productora de biocombustible, una planta que tendrá la nueva tecnología.
Los científicos del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico, elaboraron un método, que afirman es relativamente barato, inofensivo y libre de residuos y consiste en verter en un reactor químico una masa líquida de algas, las cuales, una hora después , se convierten en petróleo crudo, gas, agua y biomaterial.
Este crudo posteriormente pasa por el proceso de refinanción convencional para convertirlo en petróleo útil, mientras que el agua y el biomaterial se pueden volver a usar para plantar más algas. Tras la refinación del petróleo crudo se puede producir combustible para aviones, gasóleo e incluso gasolina.
El biomaterial resultado de la reacción no contiene sustancias peligrosas, según aseguran los creadores, pero contiene fósforo que los científicos planean volver a usar para producir más algas y de esta manera hacer un proceso continuo. Con el mismo objetivo se pueden utilizar otros productos de conversión, como el potasio y el nitrógeno.
El último producto de conversión de algas es el gas inflamable, que también se puede refinar en gas combustible o simplemente quemarlo para producir energía.
Las algas se convierten en petróleo por el efecto de una temperatura de 350 grados Celsius y una presión muy alta de 205 bares, es decir, los científicos duplicaron el proceso natural de transformación de algas en petróleo que en el medio ambiente tarda millones de años, pero en el laboratorio solamente unos minutos.
A diferencia de otros estudios, los investigadores usan la masa líquida de las algas, algo que junto con otras invenciones suyas permitirá próximamente desarrollar tecnología redituable. En cambio la mayoría de otras tecnologías implica un proceso costoso de secado de algas, haciéndolas de esta manera no rentables.
El estudio llevado a cabo por los científicos del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico, gestionado por el Gobierno de EE.UU., llamó la atención de compañías de biocombustible, de las cuales una decidió unirse al proyecto. La nueva tecnología ha sido certificada y ahora los científicos de PNNL, junto con la compañía Genifuel Corp., están desarrollando una planta que la incluirá.
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